Análisis de Ragnarok Odyssey (PSVITA)

Ragnarok Odyssey es un action RPG que sigue la estela de la exitosa serie Monster Hunter. Nos llega completamente en inglés y sólo está disponible en formato de descarga digital. Aunque está basado en el rico universo de Ragnarok Online, poco tiene que ver con este, ya que como decimos se trata de un hunting game. El desarrollo ha corrido a cargo de Game Arts que son de sobra conocidos por los juegos de la serie Lunar y Grandia y lo cierto es que el resultado es meritorio y encontramos un juego muy divertido que nos incita a jugar siempre un poco más.

Nada más empezar veremos una espectacular introducción en la que un grupo de héroes luchan contra un gigante, pero más allá de la introducción tenemos que decir que la historia da un poco igual, al final todo es una excusa para ir de misión en misión venciendo enemigos y consiguiendo nuevas armas y objetos.

Empezamos eligiendo una clase, un sexo y modificando la apariencia de nuestro héroe carente de personalidad alguna. Cada clase está bien definida y diferenciada de los demás en su sistema de combate, de modo que podremos coger la que mejor se adapte a nuestro gusto o forma de jugar.

Tenemos el guerrero que tiene una espada a dos manos con un buen equilibrio entre velocidad, combos y daño, luego está el clérigo que puede usar un escudo para protegerse, el guerrero de fuerza bruta que usa martillos con un taladro a un lado, el clásico mago, el asesino que es el más ágil de todos con dos cuchillas y el de combos más largos y por último está el cazador que es ideal para luchar a distancia. A lo largo del juego se nos da la posibilidad de cambiar de clase cada vez que queramos y de hecho lo haremos muchas veces porque una de las virtudes del juego es la libertad que da al jugador para sentirse cómodo con su desarrollo. Que nos cansamos de atacar con la espada, pues nos cambiamos a cazador y atacamos a distancia con el arco, incluso si nos cansamos de la apariencia del personaje podemos cambiar los parámetros que configuramos del principio.

Ragnarok Odyssey tiene una estructura de juego en misiones cortas que lo hacen ideal para una portátil. Es cierto que puede llegar resultar repetitivo pero la fórmula funciona bien y se hace altamente adictivo, siempre tienes ganas de jugar una misión más. Como decimos se organiza por misiones que casi siempre son del mismo tipo, recolectar algunos objetos que sueltan los enemigos o que podemos encontrar en los escenarios o acabar con determinado número de monstruos.

Al final de los capítulos en los que está organizado nos enfrentaremos a jefes en batallas largas y espectaculares. El juego quizá peca de poco difícil ya que los enemigos o bien atacan poco o bien sus ataques no son demasiado difíciles de esquivar o parar, sin embargo engaña en los primeros compases y luego se vuelve más complicado. Además hace que nos confiemos y acabemos muertos más de una vez sin darnos apenas cuenta. Podemos morir hasta dos veces en una misión de modo que cada vez que morimos se reduce nuestra recompensa.

Nuestro personaje se encuentra en un pueblo desde el que podremos acceder a las misiones bien en el cuartel general de los mercenarios a los que pertenecemos o bien en la taberna donde se nos sube el grado de dificultad. También contamos con la posibilidad de mejorar nuestras armas o crear nuevas con los objetos que nos encontramos. Una de las pegas que le vemos es que no se nos informa de que enemigos sueltan determinados objetos escasos o en que misión podemos encontrarlos, de modo que para crear algunas armas o mejorarlas tendremos que echar mano de alguna guía o bien probar suerte hasta que los consigamos.

La edición especial lanzada en USA trae una guía con registro de los enemigos y la probabilidad que hay de que suelten cada objeto. Hubiese estado muy bien disponer de esta información integrada en el manual digital del juego. Por otro lado podemos comprar complementos decorativos y nuevos trajes para cambiar la apariencia del personaje independientemente de la clase que tenga. El caso es que tenemos muchas opciones de personalización y de colección de objetos que funcionan bastante bien.

Hablando de personalización, la joya del juego son las cartas que podemos anexar a nuestro traje y cuya cantidad dependerá de las ranuras disponibles que tengamos en el mismo. Por supuesto podemos aumentar el número de ranuras del traje para llevar más cartas. Las cartas nos otorgan mejoras de muchas maneras y hacen que seamos más rápidos, que tengamos más vida, que podamos sacrificar defensa por fuerza y un largo, largo etcétera. Las cartas las podemos comprar, cambiar en la tienda por otras o encontrarlas cuando matamos a enemigos. También cuando un arma alcanza determinado nivel puede ser transformada en una poderosa carta. Por otro lado y gracias al modo online podemos intercambiar objetos con otros jugadores. También en la guía de la edición especial americana hay un listado de las cartas donde se indica además en qué capítulo se consiguen según el nivel de cada una.

Ragnarok Odyssey usa un sistema de combate bastante dinámico y además es un ejemplo de cómo usar la pantalla táctil de forma integrada y nada forzada. Contamos con dos botones de ataque con los que haremos combos tanto en el suelo como en el aire. Hay ataques que elevan a los enemigos y entonces podremos saltar con ellos y darles la del pulpo en aire. Un botón de salto y uno para esquivar completan las acciones de los cuatro botones centrales de PSVITA. Luego cada clase tiene acciones específicas como cargar ataques o la capacidad de bloquear y repeler golpes. El botón R sirve para correr y el L para bloquear la vista sobre los enemigos.

El movimiento lo controlamos con el stick izquierdo y la cámara con el derecho. Luego hay un menú contextual que aparece cuando le damos a la pausa para repasar los objetivos de la misión o mandar mensajes en el juego online. Las pociones las tomamos con el control táctil o bien pulsando select y luego el botón asignado, pero con el control táctil funciona perfectamente y es comodísimo. A medida que avanzamos en el juego nos puede parecer que peca de machacabotones y puede que así sea, pero lo compensa con lo divertido que se hace y con la posibilidad de cambiar de clase y así variar la forma de encarar los enfrentamientos. Realmente hay mucho cambio entre jugar con el asesino por ejemplo y con el cazador.

Una de las cosas que nos hubiese gustado es que los personajes ganasen combos o nuevos movimientos de ataque a lo largo del juego. Es cierto que las cartas son la estrella de la personalización pero hubiese estado bien que los personajes variasen los ataques para no hacer las peleas repetitivas. Sin embargo esta repetitividad se ve compensada por el sistema de combate rápido y ágil creando enfrentamientos, sobre todo con los jefes realmente espectaculares, muy divertidos y dinámicos. También peca de repetir muchas veces las zonas, hay muchas misiones que hacer y aunque las zonas están bien diferencias se abusa demasiado de ellas y se echan en falta más, no tanto en la temática como en la cantidad.

Si bien no se ha descuidado la experiencia para un jugador donde tenemos muchas, pero que muchas horas de juego, también podemos jugar con otros jugadores vía ad-hoc o bien en partidas online de hasta cuatro jugadores, depende de cómo configuremos la sala. El juego online funciona bastante bien y se pasa genial cuando estamos jugando con gente. Tened en cuenta a la hora de comprarlo o no, que uno de los puntos fuertes es la posibilidad de jugar con gente ya que alarga la vida de título muchísimo y además funciona de forma realmente bien. Una de las pegas que podemos poner es que no podremos jugar con los que tienen la versión USA ya que el juego online tiene protección regional. Sabemos que mucha gente ha tirado de importación y aún más después de anunciarse que saldría en completo inglés y sólo en formato descargable. El caso es que es un pequeño lunar que no empaña la experiencia online del juego pero que debería haberse eliminado.

Técnicamente es bastante competente, si bien no es ni mucho menos de lo mejor que hemos visto en PSVITA, es cierto que saca partido a sus gráficos bien definidos y muy coloristas. Algunos enemigos tienen un toque simpático y muy anime y otros bastante más serios, sobretodo los jefes. Encontramos escenarios con buenos detalles que contrastan con otros bastante vacíos y monótonos. Donde sí se muestra espectacular es en los combates contra los gigantes, enemigos durísimos.

La verdad es que se trata de un juego que cumple sobradamente con lo que se espera a nivel técnico, pero también es cierto que las texturas son pobres en muchas ocasiones y aunque no afecta a la jugabilidad sí que estaría bien más nivel de detalle, muchas veces parece un juego antiguo al que se ha subido de resolución. Lo que sí molesta a veces es la cámara que si bien en espacios abiertos se comparta perfectamente bien, no lo hace tan bien en zonas pequeñas donde a veces nos deja vendido y no vemos nada de lo que pasa a nuestro alrededor. También es cierto que el sistema de enfoque a un enemigo funciona bien en espacios grandes pero en zonas pequeñas también hace que la cámara apunte a sitios raros por decirlo de alguna manera. Estos problemas de cámara no empañan el resultado final, pero son molestos a veces.

Kumi Tanioka es la compositora de la banda sonora, responsable también de la saga Final Fantasy Crystal Chronicles entre otras. Los cierto es que la banda sonora es bastante buena y épica. Podremos ir comprando nuevos temas en la tienda y además nos deja cambiar el tema que sonará durante la misión antes de empezarla. Los efectos de sonido también son correctos sin nada destacable. No hay voces durante el juego y a medida que avanzamos y se nos van dando explicaciones de las misiones.

Todo se hace en forma de texto y en inglés, porque el juego no ha sido traducido, ni siquiera el manual digital está traducido. No es que importe demasiado ya que en realidad las explicaciones que nos aportan los personajes son totalmente prescindibles más allá del tutorial inicial. Por otro lado el modo de un jugador no tiene una historia elaborada que despierte gran interés (aunque hay conversaciones bastante divertidas) más allá de ir de misión en misión acabando con enemigos, de manera que el idioma no es problema alguno, aunque una traducción al menos del manual digital es lo mínimo exigible.

Conclusión

Ragnarok Odyssey es un juego ante todo divertido y adictivo, sin estar exento de fallos, como el comportamiento de la cámara o pecar algo de machacabotones, además de estar en completo inglés. Está pensado para echar horas y horas bien haciendo misiones en solitario o bien jugando online. No hay que pasar por alto el hecho de que podemos cazar monstruos online en una portátil. La capacidad de personalización tanto en la apariencia como en las habilidades que dan las cartas hace que tengamos un juego en el que podemos configurar nuestro personaje a nuestro gusto y adaptarlo a nuestra forma de jugar.

Además es un ejemplo de uso de la pantalla táctil con una implementación con sentido y nada forzada. Nos hubiese gustado mucho que los enemigos fuesen más inteligentes o que gráficamente estuviese más pulido, pero es innegable que el título tiene una capacidad sorprendente de entretener y de mantenerte pegado a la consola y eso es más de lo que muchos supuestos juegos sobresalientes ofrecen.