Análisis de Warriors of the Lost Empire (PSP)
El género de rol, como podemos ver últimamente, está siendo muy explotado en todas sus vertientes y variedades: encontramos títulos de rol táctico, juegos de rol japonés –inspirados en los cánones del manga y la animación japonesas-, juegos de acción y rol, con combates en tiempo real o combates por turnos, etc. La verdad es que parece que el mercado empieza a estar un poco saturado de títulos de este tipo, aunque, ciertamente, es éste un género muy agradecido, dado que puede fusionarse fácilmente con elementos de otros estilos, creando híbridos que, en el fondo, son los que les dan un poco de variedad al catálogo.
Pero, aún así, el hecho de que haya tal cantidad de títulos de rol es significativo: seguramente son los que mayor salida tengan en el mercado, dado que probablemente en ellos el jugador puede realmente sentirse como un personaje dentro del juego, que evoluciona –como todos sabemos- a medida que avanza en la aventura. No obstante, conjeturas aparte, el hecho es que dentro del extenso catálogo de juegos del mismo tipo que salen mes tras mes para todas las plataformas habidas y por haber (en algunas más que otras) siempre hay sitio para juegos como el que nos ocupa: un juego de rol y acción, sin demasiadas pretensiones, que se basa en los cánones básicos y clásicos del género para crear una aventura sencilla y directa, aunque con unos patrones jugables muy repetitivos y, seguramente, obsoletos frente a los títulos de reciente creación que hemos visto últimamente.
Un grupo de mercenarios al servicio del Imperio Romano.
Warriors of the Lost Empire nos permite elegir entre cuatro personajes diferentes para llevar a buen puerto la aventura. Podremos manejar a un
Dispondremos, por otro lado, de una Maga Negra, la cual contará, además de con un extenso abanico de ataques mágicos, con una espada y un escudo que usará sin dudarlo en su defensa. Y, por último, podremos elegir a la Amazona, una veloz y experimentada guerrera que no contará con demasiada resistencia, pero que contará con una enorme agilidad que le permitirá evadirse sin problemas de sus enemigos, aparte de tener en su poder un arco que le permitirá defenderse a distancia, evitando el contacto físico con los diferentes adversarios con los que se enfrente.
Al comenzar una partida desde cero, deberemos de revisar las características de cada uno de los personajes para ver cuál se ajusta mejor al tipo de combate que queramos mantener a lo largo de toda la aventura. Una vez seleccionado nuestro personaje, podremos modificar algún que otro aspecto del mismo, como el color de sus vestimentas o su nombre, pero poco más. En seguida entraremos en materia, con una pequeña introducción que nos relatará brevemente la historia del personaje que hayamos seleccionado, y unos breves apuntes sobre el argumento general del juego. Lo justo y necesario para adentrarnos en la aventura sin demasiados problemas.
Por lo visto, el emperador Adriano desapareció hace algunas décadas de la ciudad de Antinópolis, después de haberla construido en honor del joven Antonioo, a quien el generoso emperador adoptó y al cuál consideraba como al hijo que nunca tuvo. Ahora, nos toca meternos en la piel de uno de los cuatro mercenarios protagonistas del juego para ayudar en la búsqueda de respuestas, ya que, desde la desaparición del emperador bajo extrañas circunstancias, hordas de malignos seres se han hecho con la ciudad, arrasando e inundando cada uno de los templos y edificios representativos de la misma. Nuestra misión consistirá en adentrarnos en cada una de estas localizaciones para, poco a poco, ir desvelando los misterios y secretos de Antinópolis.
Sistema de juego.
El título que nos ocupa se nos presenta como un juego de rol y mazmorras, en el que manejaremos las acciones de nuestros personajes en tiempo real, con lo que al final el título acaba convirtiéndose en una especie de ‘yo contra el barrio’, pero con la posibilidad de mejorar el nivel de nuestros personajes, con todas las connotaciones que esto implica. El problema del juego, a pesar de que al principio nos parezca un título de aventuras más que correcto, es que es invariable en su concepto y, ciertamente, cuenta con pocas opciones jugables, con lo que pronto se nos hará aburrido.
Comenzaremos la aventura en un campamento del ejército imperial, en el cual se nos explicarán las nociones básicas del juego y se nos irá relatando la aventura a medida que avancemos en la historia. Por otro lado, contaremos con un baúl en el cual podremos guardar y organizar los objetos de nuestro inventario, distribuirlos entre nuestra bolsa y nuestro cinturón (de los cuales hablaremos un poco más adelante), gestionar nuestra experiencia y nuestras habilidades y, cómo no, salvar la partida. De hecho, únicamente podremos salvar la partida en el campamento, nunca en las mazmorras, con lo que se nos hará necesario el volver constantemente al punto de origen (el susodicho campamento) para desarrollar la aventura sin demasiados problemas.
Y no sólo eso. Durante nuestras inspecciones en las diferentes mazmorras, se nos hará imposible pausar la acción del juego, ya que, aunque echemos mano de algún objeto del inventario o abramos el menú del juego, la acción dentro del mismo continuará, y los enemigos continuarán atacándonos. Menos mal que desde el primer nivel contaremos con un amuleto que nos permitirá viajar instantáneamente al campamento las veces que queramos, cosa que será absolutamente necesaria en los casos en los que las hordas de enemigos de alguna mazmorra estén a punto de acabar con nosotros y no queramos fallecer en el intento, con la consecuente pérdida de puntos de experiencia que esto conlleva.
En el campamento, por otra parte, dispondremos de un establecimiento en el que podremos mejorar nuestro equipamiento, a través de un extraño sistema de disolución y fusión de objetos –como ya hemos podido ver en otros juegos del mismo estilo: las propiedades de ambos objetos fusionados se unen en un mismo objeto, en caso de que la combinación la hayamos hecho correctamente; generalmente, descubriremos las mejores combinaciones a través del sempiterno sistema de prueba y error. Por otro lado, tendremos a nuestra disposición una tienda en la que podremos comprar objetos, ataques mágicos y bonificaciones de salud y magia, los cuales nos ayudarán significativamente en nuestra empresa.
Sistema de combate.
Una vez entremos en las mazmorras, deberemos de eliminar todo bicho viviente hasta llegar a nuestro objetivo final, generalmente un enemigo de mayor tamaño. Encontraremos todo tipo de enemigos: desde ratas, murciélagos o insectos de gran tamaño hasta guerreros de diversos tipos, aparte de seres mágicos y monstruosos como muertos vivientes, minotauros, etc. Cada uno de ellos tendrá unas características físicas y habilidades de combate diferentes, aunque, ciertamente, al final acaban por repetirse demasiado a lo largo de las diferentes mazmorras del juego.
Además, la inteligencia de nuestros enemigos no es demasiado elevada: muchas veces veremos como nuestros enemigos se quedan quietos ante nuestra presencia, hasta que realmente nos encontremos muy cerca de ellos, y, por otro lado, veremos atónitos como se autodestruyen al toparse una y otra vez con las trampas dispuestas en los diferentes escenarios, entre las que encontraremos, fundamentalmente, amplias zonas recubiertas de pinchos, así como columnas y paredes repletas de aristas puntiagudas que nos herirán con sólo acercarnos a ellas.
Por otra parte, los diferentes emplazamientos en los que se desarrollará la acción comprenderán diferentes niveles de dificultad, tanto en lo que respecta al nivel de los enemigos contra los que nos enfrentemos como en lo que se refiere a su longitud. Encontraremos mazmorras de tres a diez pisos, según sea su nivel de dificultad, la disposición de los cuales será aleatoria a partir de los niveles más elevados. Pero, a pesar de la citada aleatoriedad, las mazmorras acaban pareciéndose demasiado entre sí. Los escenarios apenas cambian, y nos dará la sensación de recorrer una y otra vez las mismas mazmorras en cada nivel.
Para enfrentarnos con nuestros enemigos contaremos, aparte de con nuestros ataques básicos (que podremos realizar consecutivamente en forma de pequeñas combinaciones de golpes), con un repertorio de habilidades y técnicas especiales de mayor poder, que iremos consiguiendo a medida que vayamos subiendo el nivel de nuestro personaje. Estas habilidades las pondremos en práctica pulsando el gatillo lateral izquierdo junto con alguno de los botones frontales de la consola. Podremos asignar una habilidad a cada botón, con lo que contaremos con un repertorio de hasta cuatro técnicas diferentes para poder usar en combate. Huelga decir que estas habilidades consumirán puntos de magia, los cuales, por otra parte, se irán recuperando a medida que pase el tiempo.
Nuestro inventario durante los combates será el que tengamos disponible en nuestra bolsa de viaje, por lo cual se hará necesario que revisemos su contenido cada dos por tres en el menú del baúl, en el campamento que nos sirve como base de operaciones. Por otra parte, contaremos con un cinturón en el que podremos poner hasta siete objetos para usarlos inmediatamente, algunos de los cuales (como las bombas o las armas arrojadizas) sólo podremos utilizar en caso de que estén colocados en el mismo. Podremos colocar objetos en el cinturón desde el menú de juego tanto en las mazmorras como en el campamento, pero éstos deberán estar siempre presentes primero en nuestra bolsa de mano, la cual, por cierto, tiene también una capacidad limitada.
Los enemigos finales de cada mazmorra, ciertamente, son de mayor tamaño y espectacularidad que el resto, aunque, lamentablemente, cuentan con patrones de ataque muy similares entre sí, además de resultar bastante fáciles de evitar, con lo que no resultan demasiado desafiantes para los jugadores más experimentados. Una de las características del juego que sin duda llama más la atención es la posibilidad de jugar en modo cooperativo junto a otro jugador, aunque en este caso la historia parece pasar a un segundo plano y sólo nos dedicaremos a pasar una mazmorra tras otra, con lo que la sensación de hacer una y otra vez lo mismo se mantiene invariable durante cada partida.
Apartado técnico.
Gráficamente, el juego no es ninguna maravilla, pese a que todo él ha sido diseñado en tres dimensiones. Los escenarios son casi idénticos entre sí, y los enemigos acaban repitiéndose demasiado a lo largo de las sucesivas incursiones que hagamos en las diferentes mazmorras. Por otra parte, algunas de las animaciones de los enemigos son bastante extrañas, aunque las animaciones del personaje que controlamos en el juego están bastante conseguidas.
Todo en el juego resulta bastante convencional y genérico, incluyendo la música y los efectos de sonido. Sin duda, la música de carácter épico le va que ni pintada al juego, aunque también acaba por cansar al jugador. Además, muchos de los temas musicales no están todo lo conseguidos que cabría esperar, teniendo en cuenta que ha sido producida por Yuzo Koshiro, autor de muchas otras bandas sonoras de videojuegos, como Etrian Odyssey o Castlevania: Portrait of Ruin.
La jugabilidad funciona bastante bien, aunque -como ya hemos dicho- al jugador pronto le dará la sensación de que está haciendo lo mismo tras sucesivas partidas. Sin duda, la experiencia de juego se aproxima mucho más a la de un juego de acción que a la del género de rol, cosa que no tendría por qué constituir un punto negativo, pero que, sin duda, desfavorece al juego debido a la constante repetición en la acción que veremos durante toda la aventura.
Conclusiones.
Warriors of the Lost Empire ha resultado ser un juego genérico que pronto caerá en el olvido en nuestras estanterías. A pesar de que, en principio, contaba con muy buenas expectativas y un sistema de control sencillo y atractivo, acaba por convertirse en un juego convencional y repetitivo que no tiene nada nuevo que aportar el género. Recomendado para los amantes del rol de acción, aunque éstos seguramente encontrarán opciones mucho mejores dentro del catálogo de la portátil de Sony.