Análisis de PixelJunk Monsters Deluxe (PSP)
No es la primera vez que un título de PlayStation Network, para PlayStation 3, ve la luz en la pequeña portátil de Sony –Flow o Fat Princess, son dos buenos ejemplos-. PSP se suele beneficiar de algunas conversiones de consolas domésticas, como fue habitual en el pasado con PlayStation 2, pero no cabe duda que si hay algún tipo de fuente potencial para aumentar el catálogo de PSP, éstos son los títulos de distribución digital de otros sistemas. Fáciles de convertir –generalmente el apartado gráfico es lo menos importante del juego- y con una mecánica absorbente, los juegos de puzles o disparos disponibles para PlayStation 3 son una auténtica mina en potencia para las particularidades de PSP.
Uno de estos títulos en dar el salto a pantalla pequeña es PixelJunk Monsters Deluxe, perteneciente al grupo de juegos PixelJunk de Q Games que incluyen a Racers, Eden, Dungeons y Shooter, cada uno de ellos de un género diferente pero todos con un denominador común, gráficos sencillos y diversión directa. Monsters es, tanto en la versión PSN como en PSP, un juego de los denominados de "defensa de torres", un subgénero de la estrategia en tiempo real. No, en este tipo de juegos no se controla a un batallón, en su lugar, creamos torres de defensa o trampas en puntos del mapa para defender un lugar de las oleadas de enemigos, consumiendo recursos. Entre los títulos más recientes encontramos Savage Moon (también confirmado con versión para PSP), Defense Gris: The Awakening o Crystal Defenders, aunque quizá uno de los ejemplos más conocidos sea el minijuego presente en Final Fantasy VII en la torre de Fuerte Condor.
PixelJunk Monsters Deluxe no innova demasiado pero cumple todos los requisitos para ser uno de los juegos más divertidos en su género que podamos encontrar hoy día, en cualquier plataforma. Como decimos, el objetivo principal es defender un poblado, compuesto por un número de habitantes, veinte, del ataque de monstruos –que van desde arañas o gólems hasta murciélagos y otro tipo de animales- encarnando a un chamán (Tiki) que los defiende.
Nuestro poder de ataque físico es nulo y no podemos ni tocar a los enemigos –hacerlo nos hará desperdigar nuestro dinero acumulado, de una manera que recuerda a los anillos de Sonic-, pero contamos con la creación de torres de defensa para frenar y derrotar a los rivales. Esto es, nos desplazamos por el mapa, repleto de árboles que indican el lugar en el que podemos situar una torre, consumimos dinero, y cualquier enemigo que se acerque será dañado automáticamente. Cada monstruo que entra en nuestro poblado mata a un habitante, si todos fallecen, perdemos la partida.
El desarrollo, en general –ya que hay pruebas con reglas especiales, como enemigos que no ofrecen dinero, lo que requiere pensar muy bien el gasto inicial- consiste en empezar con una cantidad de monedas no muy alta para crear las primeras defensas básicas. La primera oleada no es demasiado peligrosa, así que es fácil acabar con ella. Los enemigos derrotados dejarán caer monedas y gemas, que si pasamos a recoger con nuestro hombre Tiki serán acumuladas. El dinero se utiliza para fabricar torres, así que derrotar a los rivales permite crecer aún más ocupando toda la superficie edificable. Cada torre posee un precio específico, y al vuelo –la partida no se pausa en las tareas de construcción- debemos escoger qué torre interesa en ese momento y en el futuro para ese lugar; una indicación en la pantalla avisa de cuál es el siguiente tipo de enemigo en llegar, así que es importante no perder de vista la variedad de posibles oleadas o corremos el riesgo de perder por especificarnos ante sólo un tipo de monstruo. Algunos de los nuevos rivales de hecho poseen una ingeniosa estrategia: son terrestres pero se desplazan suspendidos por el aire en globos que primero debemos explotar.
Respecto a las gemas, éstas se utilizan para mejorar los tipos de torres disponibles en ese momento. También para desbloquear otras no disponibles desde un principio, incluyendo algunas nuevas para esta versión como una torre-trampa o una que genera experiencia. Lo bueno de PixelJunk Monster es su nivel de dificultad, asequible para todo el mundo desde un principio pero que sube de forma gradual hasta convertirse en un reto incluso para el más experto, situándose en esa fina línea entre la dificultad más adictiva y la frustración. De hecho, posee un valor rejugable bastante alto, pues una cosa es terminar una fase y otra finalizar con nota perfecta, es decir, sin ninguna baja en el poblado. Las islas del juego, tres –la original, la de la primera expansión y otra totalmente nueva- y algunos caminos del mapa de cada zona, que distribuyen cada misión, sólo se desbloquean con un número determinado de "perfectos". En más de una ocasión nos sorprenderemos a nosotros mismos pensando que ésta será la última partida, y tras ella, jugaremos otra, "la última", un pique constante como sólo los juegos que más enganchan consiguen.
Tras varios ataques masivos que pueden venir desde diferentes zonas del mapa, llegará el turno de un jefe final. Su movimiento es lento y generalmente da algunos rodeos innecesarios, pero su resistencia es muy superior a la de cualquier enemigo básico, así que será un buen momento para gastar todos los ahorros en la construcción de torres que vayan mermando su vitalidad. Como aún así algunas torres apenas arañan al jefe, será básico subir la experiencia de cada torre –señalada por una bandera de color- para multiplicar el daño. Esto se consigue de manera automática, cuando eliminan enemigos, o con nuestra ayuda, si nos acercamos y "bailamos" a su alrededor. Esta última estrategia es útil en los tiempos muertos, por ejemplo, cuando no necesitemos crear nuevas torres –o el dinero escasea- y dejamos que las oleadas vengan sin ningún peligro real.
Una mecánica simple pero bastante adictiva. La profundidad llega al conocer los diferentes tipos de monstruos o animales, algunos de ellos voladores, otros terrestres, y que cada torre tiene diferentes armas. Así por ejemplo contamos desde el inicio con una torre equipada con una ballesta que daña todos, aunque su poder es un poco limitado. Por otro lado, hay torres específicas para enemigos voladores que disparan ráfagas, o con catapultas para los afines a la tierra, cada una bastante dañina para las criaturas a las que van dirigidas, pero inocuas para el resto.
PixelJunk Monsters Deluxe ofrece aún más contenido que las versiones de PlayStation Network y se promete que es la versión definitiva del juego, gracias a nuevos enemigos, niveles, torres, música y otros extras sumados al original y su expansión. Además, el juego funciona bien en portátil, mejor incluso que en PlayStation 3. La mecánica parece nacida desde un inicio para ser jugada en este tipo de consolas; y frente a pasar varios minutos –algunas misiones llegan a la media hora- delante de una pantalla prácticamente estática, PSP ofrece la posibilidad de jugar en cualquier lugar, con la comodidad que ofrecen estas plataformas. De hecho, incluye una opción de juego adhoc y otra online, inédita en PlayStation 3, para jugar con otro compañero Tiki frente a las oleadas de enemigos. Se comparten algunos recursos, como las gemas, pero otros no, las monedas, así que dependiendo de nuestra rivalidad podemos tomarlo como un modo completamente cooperativo, que es lo lógico, o intentar luchar por ser el más útil de los dos. Si nuestra elección es colaborar, hay un lenguaje básico entre los Tiki para avisar de acciones al compañero, además de salas con chat de texto antes de la partida para intercambiar estrategias o consejos.
Como decíamos al inicio, el apartado gráfico en un juego como este es lo de menos, y la adaptación a PSP posee suficiente detalle como para no perder nada en su paso a portátil. El desplazamiento del mapa es suave, el juego es nítido, tanto con la cámara lejana como cercana y las animaciones son bastante fluidas; en definitiva, nada que no pudiéramos esperar de un juego de estas características. Aún así, tampoco desmerecemos el buen apartado artístico que hace que todo parezca un dibujo animado interactivo, agradable a la vista y con un estilo muy personal y alegre.
La banda sonora, creada por Otograph, es la misma que pudimos disfrutar en PlayStation 3 más algunos temas nuevos. Es música electrónica, no demasiado ruidosa, que facilita la concentración en este juego tan absorbente. Quizás peca de llegar a ser bastante repetitiva en las partidas más largas, pero la ausencia de ruidos estruendosos, tanto en las composiciones como en el propio sonido del juego, forman parte de ese conjunto orientado simple y llanamente a no molestar la concentración.
Conclusiones
PixelJunk Monsters Deluxe es uno de los juegos más divertidos en formato descargable que actualmente podemos encontrar, tanto en doméstica como portátil. En PSP destaca aún más todas sus virtudes: diversión, muchas horas de juego que incitan a volver a jugar una vez terminado, partidas online y adhoc, y un buen puñado de extras para desbloquear.
Únicamente los poseedores de la versión PlayStation 3 deberían dudar de la compra, pues quizás la nueva isla no sea suficiente motivo de nueva adquisición, pero los aficionados al género, e incluso cualquiera ajeno pero que busque un título sencillo y adictivo, no deberían dejar escapar esta pequeña joya de Q Games. No es sólo el mejor juego de defensa de torres disponible en PSP -y PlayStation 3-, es un imprescindible para quien busque un juego cerebral y estratégico alejado del ritmo veloz y de acción que generalmente satura el catálogo de lanzamientos de la campaña pre-navideña.