Análisis de Killzone Liberation (PSP)
La llegada de Killzone a la consola portátil de Sony representa una interesante ruptura con el género desarrollado en la entrega de PlayStation 2, una apuesta que puede representar algún problema para quienes estén buscando otro tipo de producto, pero, sin duda alguna, un interesante giro de tuerca dentro de una saga que se va a prolongar también en PS3 y una manera más que destacable por parte de sus desarrolladores en un intento por ofrecer un producto con personalidad propia para PSP.
Lo primero que vamos a notar es el cambio de perspectiva, ya que no estamos ante un juego de acción en primera persona, dando el salto a un ángulo de cámara isométrico en el que se mantiene la acción que cabría esperar de un juego con este nombre.
Del mismo modo, la ambientación vuelve a tomar como contexto un mundo futuro quizás no demasiado alejado en el que la humanidad, que ha superado ya las limitaciones planetarias, se enfrenta a una suerte de guerra civil contra los Helghan, un grupo independiente que ha tomado su propio planeta... que va mutando a sus habitantes, poco a poco, en otra especie, el helghast.
En el anterior juego nos enfrentamos contra los helghast en su invasión del planeta Vetka, pero en Liberation ya no seremos los que se defienden, sino los invasores. Es el momento de la contrapartida, y Templar, el soldado al que manejamos en el juego anterior, es parte de las tropas humanas. No podía ser de otro modo. El título no tardará demasiado en plantear todo el contexto necesario para dar paso a la acción, y a partir de ese momento todo hilo narrativo va a pasar a un discreto segundo plano en el que todo se supedita al desarrollo de la aventura. Hay personajes que son relevantes, como Metrac, que hacen que la historia progrese ocasionalmente, pero desde luego sus creadores tenían muy claro que querían desarrollar un juego directo que no diese muchas vueltas a sus planteamientos. Es algo prototípico del género de acción, y no debería extrañar a nadie. La historia es la suficiente como para dar una justificación a lo que sucederá, pero desde luego no da como para hacer una película (o quizás sí, vaya usted a saber.).
La historia ligera se compensa, por supuesto, con un desarrollo de la acción muy bien sostenido a lo largo de toda la partida, y si bien es cierto que en un primer momento podría parecernos que el juego reposa un tanto demasiado en algunos componentes estratégicos y/o de exploración, no tardaremos mucho en descubrir que esto no es así. La acción es el foco, sin muchas contemplaciones. Es cierto que empezaremos con una arma simple, débil, limitada al extremo, y que poco a poco iremos progresando y consiguiendo nuevo armamento, y que, del mismo modo, las misiones iniciales son sorprendentemente básicas (con apenas un objetivo o dos), pero todo ello va cuajando poco a poco en el título.
Los enemigos, por ejemplo, son variados, contando con armamento de todo tipo, destacando la aparición de los pesados tanques, sin ir más lejos. Atacan en grupos, y el nivel de inteligencia es respetable. Su tendencia al suicidio es reducida, pues sí es cierto que existen los inevitables –a la par que sorprendentes- errores de inteligencia artificial, pero en la mayoría del juego todo el sistema es más que eficiente y nos ofrece unos retos muy respetables capaces de mantenernos enganchados a PSP durante horas. Ocasionalmente puede darnos la sensación de que la dificultad aumenta de manera un tanto brusca, pero es que el sistema se ha desarrollado con el mimo suficiente como para que si estamos cerca de barriles explosivos, por ejemplo, el objetivo de los helghast se desplace hacia esos materiales con la esperanza de que seamos eliminados como consecuencia de su detonación. Intentar sacarnos de la cobertura con granadas, por ejemplo, es pan comido para ello.
Al principio se nos puede hacer un tanto difícil disparar con éxito, pero no deberíamos tardar demasiado en percibir que el juego tiene un sistema de apuntado complaciente para el usuario sin regalarle la victoria. Si disparamos en dirección a un enemigo, da la sensación de que el juego corrige la puntería lo justo como para que no se produzca una frustración en el jugador por no conseguir dar en el blanco, lo que podría ser difícil por la perspectiva del juego. En este sentido, todo el sistema de juego se ha solventado muy bien y no da la sensación de ser ridículamente fácil ni de ser poco accesible. Es, quizás, uno de los principales logros del título.
Con todo, podemos encontrarnos con momentos en los que esto no funcione como nos gustaría, lo que unido a algunos momentos en los que los entornos son un peligro más relevante incluso que los propios enemigos, pero son situaciones un tanto marginales. En algunos momentos no nos quedará más remedio que repetir pasajes de algunas fases para saber exactamente en qué estamos errando para acabar masacrados miserablemente, pero es parte de la salsa del juego. Los menos afortunados se beneficiarán del completo sistema de guardado de partida, que no nos obliga a repetir grandes secciones del juego. Otro punto interesante es el control sobre los personajes que nos acompañen. Y es que a menudo vendrán con nosotros otros soldados (no en todas las misiones, pero no es algo anecdótico), algunos incluso serán habituales a lo largo de la historia, y podremos darles instrucciones básicas a través de la cruceta digital. Podemos hacer que hagan fuego de cobertura manteniendo una posición, pro ejemplo; centrarse contra enemigos específicos para proteger uno de los frentes, etc. Sin ser complejo y por tanto con muchísimas posibilidades, es lo suficientemente extenso y aplicable en el juego como para ser relevante.
Las misiones, sin embargo, pueden llegar a dar una sensación de repetición una vez concluido el título, ya que hay estructuras que son un tanto repetitivas. Sin embargo, durante la partida, será algo que por lo normal no se percibirá, ya que el ritmo tan bien llevado de la acción no permite apenas percibir esas fruslerías. Y es que, en su conjunto, todo el juego está muy bien llevado y lo que sí notaremos es que se hace corto y la historia no concluye con la maestría que podría esperarse. Un buen incentivo para ir jugando es que se potencia la rejugabilidad permitiéndonos acceder a la versión cooperativa de cada nivel que superemos.
El sistema multijugador se complementa con un modo competitivo con cuatro tipos de partidas: todos contra todos, por equipos, asalto y capturar la bandera. Nada es particularmente novedoso, pues son los modos más clásicos de los juegos de acción, y desde luego su integración en la cámara del juego y su desarrollo cuaja muy bien. Del mismo modo, los jugadores solitarios podrán enfrentarse al modo Challenge, en el que se nos darán misiones muy concretas (destruir un objetivo determinado en un lapso de tiempo concreto, sin ir más lejos), de dificultad creciente. Habrá que jugar a buscar el equilibrio entre lo que se nos pide y las armas, habilidades y demás que podemos equipar para lograr alzarnos con la victoria.
Se echa en falta una vez más la ausencia de juego en red, una posibilidad que no está siendo explotada con toda la profundidad y asiduidad que se debiera en el mercado portátil. Al menos, las partidas locales para hasta seis jugadores aseguran horas de diversiones a quienes puedan reunir toda esa gente. Es cierto que se ha comentado que en el futuro habrá contenido descargable (el juego presenta esta opción), prometiéndose mapas nuevos para el multijugador y la implementación del ansiado juego en red, pero a día de hoy, esto no está disponible.
Técnicamente es un juego notable, en el que los modelados son lo más destacable junto con unas animaciones suaves, muy bien enlazadas, que destacan sobre unos escenarios no tan variados como desearíamos. Tampoco cuentan con un nivel de detalle espectacular, pero el resultado global es sólido y los efectos lo dotan de una espectacularidad que ya querrían para sí muchos juegos. En esta línea, el sonido es también de gran calidad, aunque las melodías no son tan redondas, al resultar un poco repetitivas en ocasiones. Los efectos de sonido (explosiones, disparos, y demás) son una buena razón para usar auriculares y disfrutarlos a tope, al igual que las voces de los personajes, aunque algunos cortes son cansinos. El resultado global es sorprendente, y da buena muestra de las capacidades de PSP.