Análisis Legacy of Kain: Soul Reaver 1 & 2 Remastered: La mítica saga de vampiros regresa con un lavado de cara (PS5, PS4, PC, Xbox Series X/S, Xbox One, Switch)

Hoy por hoy son pocas las franquicias populares de los últimos veinte años que no cuenten con un remake o un remaster de algún tipo. Algunas han tenido una aceptación más que notable sin alterar en demasía el producto original, como en el caso de Tomb Raider I – III Remastered, mientras que otros, como el reciente Broken Sword – Shadow of the Templars: Reforged, se han esmerado un poco más a la hora de trasladar a las consolas de nueva generación el espíritu que los aupó a los altares de la industria en el momento de su aparición. En ambos casos, sin embargo, los aficionados han valorado muy positivamente contar con la posibilidad de disfrutar de clásicos de pura cepa actualizados a los tiempos que corren. Aunque a veces nos quejamos sistemáticamente de esta práctica entre los grandes editores, hay que reconocer que la respuesta entre los videoaficionados suele ser muy positiva. A fin de cuentas, ¿a quién no le gusta darse de vez en cuando un baño de nostalgia?

De entre todas las franquicias que han reaparecido en los últimos años, hay una ausencia que ha sorprendido por encima de otras, al menos a tenor de la demanda que parece tener entre su fiel grupo de seguidores: Legacy of Kain. Nacida a mediados de la década de los noventa, la serie empezó narrando la historia de venganza de un antiguo aristócrata renacido en vampiro, Kain, para poco después expandir su lore gracias fundamentalmente al trabajo de Amy Hennig, a quienes muchos conocerán mejor por ser la guionista de Uncharted. De su privilegiada imaginación nació el personaje de Raziel y todo el imaginario que lo rodea: desde el mundo gótico de Nosgoth, con su hipnótica y tétrica ambientación, a los enfermizos y corruptos comandantes de Kain. Además de su innegable capacidad inventiva, el gran logro de Hennig no fue tanto la historia que creó, sino la forma de contarla y de mantenernos enganchados a ella.

Celebrando el 25 aniversario

Puede que el primer Blood Omen fuese el que dio el pistoletazo de salida a la serie, pero no cabe la menor duda de que el encargado de popularizarla fue Soul Reaver. De poco hubiese servido la pluma de Hennig sin contar con un equipo de desarrollo capaz de dar forma a sus ideas, y de ello se encargó un estudio poco conocido, que por aquel entonces había llamado la atención por su trabajo en Gex: Crystal Dynamics. Plagado de jóvenes desarrolladores ávidos de crear un producto especial, la idea que manejaron a petición de Eidos Interactive, su editora, fue la de dar forma a un juego tridimensional que fuese capaz de exprimir el máximo rendimiento de PSX, que a finales de 1999 estaba dando ya sus últimos coletazos. Así nació el primer Legacy of Kain: Soul Reaver, y dos años después lo haría su secuela directa, Soul Reaver 2, en este caso en PlayStation 2.

Ambos títulos tienen un significado muy especial en el mundo del videojuego, no solo por los logros técnicos y relacionados con su mecánica de juego, sino también (y muy especialmente) por el enorme trabajo que se realizó en cuanto a crear un mundo rico en matices se refiere. A fin de cuentas, hablamos de una época en la que su profundidad narrativa estaba muy por encima de lo que cabía esperar en otras propuestas similares. Por este motivo, Legacy of Kain ha figurado desde hace ya tiempo en todas las quinielas de posibles remaster o remake. La espera llegó a su final el pasado 10 de diciembre, fecha elegida por Embracer Group, propietarios actuales de la IP, para el lanzamiento del título que hoy tenemos entre manos. Esta fecha tiene, por cierto, un significado especial, ya que coincide con el 25 aniversario de la franquicia.

¿Qué ofrece este remaster

Para celebrarlo, Legacy of Kain vuelve de la mano de Aspyr, un estudio estadounidense que recientemente se encargó del remaster del ya mentado Tomb Raider o del no tan bien recibido Star Wars: Battlefront Classic Collection entre otros. La idea es básicamente la misma: aplicar un filtro gráfico al motor original, mejorando texturas, algunos aspectos relacionados con la mecánica de juego y añadiendo algo de material extra en el proceso. La pregunta más lógica que podemos realizar ahora es, por lo tanto: ¿Qué es exactamente lo que se ha añadido en esta ocasión? Sobra decir que el cambio que mejor se aprecia a primera vista, como es lógico, es el gráfico.

Basta con echar un rápido vistazo a una de las imágenes que ofrecemos adjuntas en este análisis para entender que el cambio más drástico se ha producido en el diseño de los personajes, tanto de los protagonistas como de los enemigos finales a los que nos enfrentamos, que ahora lucen un aspecto más definido y temible. También se aprecia con facilidad un cambio en la tonalidad de las texturas, muy oscuras en ambos títulos originales (sobre todo en el primer Soul Reaver), ahora aclaradas y remozadas para la ocasión. La sensación que transmiten ambos títulos a primera vista es más que satisfactoria, algo a lo que contribuye también el hecho de poder alternar entre el aspecto nuevo y el original presionando un botón del mando.

Otro de los añadidos de este remaster está directamente relacionado también con el motor gráfico: la posibilidad de rotar la cámara utilizando el stick analógico derecho del mando, un concepto que, pese a dar por sentado en los tiempos que corren, no era precisamente habitual a finales del siglo pasado. Gracias a esta opción, no solo podemos medir mejor los saltos y los ataques que realizamos durante los combates, sino también apreciar mejor el mundo de Nosgoth. La rotación de la cámara no es perfecta y en ocasiones nos "ayuda" a apreciar mejor algunos de los errores de los originales, como ciertos movimientos un tanto robóticos de Raziel (a quien ahora también podemos manejar con el analógico, ampliando su rango de movimientos) o de los enemigos, que tienden a pulular por los escenarios sin ton ni son. No se trata en ningún caso de algo relacionado con este remaster en particular, pero su presencia nos recuerda que la base de la mecánica, para bien o para mal, sigue siendo exactamente la misma que la que pudimos disfrutar en su día.

Además del remozado gráfico y de los cambios en la estructura jugable, Aspyr ha incluido dos elementos que los aficionados pedían a gritos: un mapa y una brújula. Tanto la primera como la segunda entrega de Soul Reaver son títulos de su tiempo, parcos en lo que respecta a ayudas o a puntos de guardado se refiere. Saber orientarnos por Nosgoth era tan importante como aprender a manejarnos en los combates, y para ello no quedaba más remedio que hacer uso de nuestra curiosidad e intuición. Así, explorábamos cada rincón de los mapeados para descubrir qué hacer a continuación o cómo solucionar ese puzle que se nos resistía. Curiosamente, la inclusión de estos dos nuevos elementos no es tan crucial como cabría esperar en un principio: sirve para tener una idea de dónde nos encontramos, pero no nos guiará como ocurre en los juegos modernos. Tampoco hace falta, ya que parte de la esencia de los originales residía, como decimos, precisamente en conocer el mundo y saber manejarnos en él.

Se aprecia que los cambios introducidos por Aspyr no han modificado prácticamente nada el código original que Crystal Dynamics empleó en el desarrollo de las obras primigenias. Se trata asimismo de un rasgo distintivo de este remaster, que por suerte sí se prodiga a la hora de ofrecer material adicional.

Por y para auténticos aficionados (o simples curiosos)

Ya desde el anuncio de este Legacy of Kain: Soul Reaver 1 & 2 Remastered, uno de los puntos en los que más se hizo hincapié fue en la inclusión de material extra. Aspyr ha hecho un buen trabajo añadiendo contenido muy interesante, sobre todo en lo referente al lore, con toneladas de texto para profundizar en la saga. Sin embargo, el plato fuerte de este material es sin duda la presencia de los denominados "Niveles Ocultos". En su día, por falta de tiempo para poder terminar con el desarrollo del Soul Reaver original (entre otros motivos donde destaca siempre el económico), Crystal Dynamics tuvo que retirar parte del contenido (el polémico final original, por ejemplo, no estaba previsto para ser tal cual lo conocimos), y aunque no podemos revisar todo lo que se descartó en su día, sí que nos podemos adentrar en estos niveles para curiosear por ellos.

Además de estos niveles (tan interesantes como vacíos), se incluye también las bandas sonoras originales, todas las cinemáticas, vídeos de presentación, demostraciones de juego, un buen puñado de artes conceptuales tanto originales como de aficionados, etcétera. Para terminar con los nuevos contenidos, podemos hacer uso de un Modo Foto que nos permite nuevamente recrearnos con el magnífico diseño de personajes y de niveles del que hacen gala ambos títulos.

Conclusiones

Puede que muchos esperasen un remake o un remaster más potente que el que finalmente ha llegado al mercado, pero no por ello podemos (ni debemos) dejar de valorar positivamente lo que ofrece esta vuelva a la actualidad de Legacy of Kain. Que las dos primeras entregas de Soul Reaver son de lo mejor que podemos encontrar en esta industria no es ningún secreto: volver a disfrutar de ellas o descubrirlas por primera vez en una edición adaptada a los tiempos que corren es siempre un placer.

Aunque arrastran algunos defectos del pasado, este es el momento perfecto para sumergirnos en el mundo de Nosgoth y de disfrutar de la narrativa de Amy Hennig en todo su esplendor, con un Raziel en mejor forma que nunca. Solo esperamos que este sea el renacer de una franquicia que, con suerte, aún tiene mucho futuro por delante. Por el momento, nos conformamos con el presente, que no es poco.

Hemos realizado este análisis en PS5 con una versión digital del título comprada en PS Store.