Análisis de The Elder Scrolls V: Skyrim: Special Edition (PS4, PS5, Xbox One, PC)
En plena generación de la remasterizaciones y reediciones, a nadie le sorprendió que en el pasado E3 se anunciara The Elder Scrolls V: Skyrim: Special Edition, el regreso de uno de los juegos más exitosos de la última década. Criticado por los amantes más puristas de los RPG, alabado y sobre todo disfrutado por cientos de miles de jugadores, The Elder Scrolls V: Skyrim (2011) fue un éxito sin precedentes para Bethesda, con más de 20 millones de copias vendidas, unas cifras solo al alcance de marcas tan populares como Call of Duty o Grand Theft Auto.
Una saga de juegos de rol que comenzó en 1994 con mucha ambición, pero que no fue hasta la llegada de Xbox 360 y PlayStation 3 cuando consiguió llegar a un público masivo, a cambio de hacer ciertas concesiones, que disgustaron a los jugadores más veteranos. Una aventura de rol que descubrió todo un género a muchos, y que más tarde o más temprano tendrá una esperada continuación con The Elder Scrolls VI, con el que seguro Bethesda se encuentra manos a la obra.
Mientras tanto y para calmar la espera los jugadores de PS4 y Xbox One (también los de PC) se pueden echar a la boca este The Elder Scrolls V: Skyrim: Special Edition, una especie de versión definitiva con todos los DLC y unas pocas mejoras gráficas, que como su título indica no se han atrevido a llamar remasterización, ya que las mejoras visuales son más sutiles que significativas.
Antes de entrar a hablar de los pormenores gráficos, tenemos que admitir que nos ha sorprendido que su propuesta no ha envejecido mal, pese a tener cinco años, que en esto de los videojuegos a veces es un mundo. Sus combates y animaciones ya eran un tanto anticuados y toscos cuando se lanzó en 2011, y el paso del tiempo no ha hecho más grande esta herida, algo que entonces ya era mejorable. Y todo lo demás sigue funcionando: es un placer perderse por los bellos parajes de Skyrim encontrando todo tipo de aventuras, y tener esa grata sensación de libertad, de estar en un sitio enorme lleno de historias y lugares por descubrir.
Habiendo vendido más de 20 millones de copias, imaginamos que a estas alturas no quedan demasiados jugadores por probarlo, pero si sois uno de ellos, siempre podéis leer el análisis que publicamos en su día, en el que hablamos con auténtico entusiasmo de esta aventura de rol. ¿Es recomendable jugar a Skyrim hoy en día si nunca lo habías hecho? Por supuesto, sigue siendo un juego muy interesante y único cinco años después, con una capacidad para atraparte admirable, con cientos de horas de contenidos, y nunca es tarde para descubrir una saga tan importante como The Elder Scrolls, aunque sea en su versión más accesible y simplificada, y por ello más exitosa.
Si en cambio ya lo jugaste en 2011, no vemos demasiados motivos para volver a pasar por caja, a no ser que dejarás no disfrutaras de sus contenidos descargables, que son muy interesantes. Primero llegó Hearthfire, un DLC de precio reducido que nos dio nuevas posibilidades, como comprar terrenos, construir casas y decorarlas, y la curiosa posibilidad de adoptar niños y formar familias.
Después tuvimos Dawnguard, una expansión verdaderamente interesante, en la que podíamos convertirnos en el señor de los vampiros, obteniendo nuevos poderes, o bien ser un cazador de estas criaturas. Nuevas localizaciones, misiones, habilidades, armas, y todo lo que podíamos esperar de un buen DLC. Y finalmente llegó Dragonborn, el más ambicioso de los tres, que nos llevaba hasta una localización de Morrowind, la isla de Solstheim, donde encontrábamos nuevas aventuras y enemigos, armas, poderes o posibilidades tan chulas como domar dragones.
Por primera vez con mods en consola
Si de algo siempre han sacado pecho los jugadores de PC respecto a los de consola es de la posibilidad de utilizar mods, modificaciones creadas por la comunidad que pueden cambiar o mejorar de multitud de maneras un juego, desde los gráficos hasta las mecánicas, e incluso mejorarlos y arreglar fallos o bugs que ni Bethesda había conseguido arreglar.
Ya disfrutamos de esta posibilidad el año pasado con la versión de Xbox One de Fallout 4, con bastantes problemas y polémicas para llegar a PS4. Y ahora desde el día uno del lanzamiento The Elder Scrolls V: Skyrim: Special Edition tiene soporte para mods en consola, aunque los usuarios de la consola de Sony vuelven a estar en desventaja. Esto se debe a que los mods en PS4 tiene un límite de tamaño de 1GB, mientras que en Xbox One es de 5GB, y además en la consola de Sony no se pueden usar texturas y recursos externos, que no estén dentro del propio juego, mientras que en la consola de Microsoft no existe esta limitación.
Esto se traduce en que ahora mismo en Xbox One hay disponibles 207 mods, frente a los 76 en la versión de PS4. Y no es solo una cuestión de números, sino también de calidad, ya que algunos de los más interesantes como Frostfall, que añade mecánicas de supervivencia, solo está disponible en Xbox One (y PC por supuesto, el origen de todos estos mods).
Hay multitud de mods interesantes, y que pueden cambiar el juego de muchas maneras, tanto para hacer el gamberro como para mejorar la experiencia. Por ejemplo Unofficial Skyrim Special Edition Patch arregla un montón de fallos y bugs que la propia Bethesda no ha arreglado años después; el aclamado The Forgotten City añade nuevas aventuras y localizaciones, Hardcore Difficulty: No Milkdrinkers incorpora un nuevo nivel de dificultad, y Ring of Increased Carry Weight nos permite llevar mucho más peso, y que no se llene el inventario a las primeras de cambio.
Eso sí, un detalle que hay que tener muy en cuenta es que con los mods activados los logros o trofeos no funcionan, y los archivos de guardado nos indican claramente si una partida tiene o no los mods activados.
Como veis esto de los mods es una nueva manera de descubrir un juego tan grande y complejo como Skyrim para los jugadores de consola, y si eres muy fan, puede que no sea una tontería hacerse con esta versión solo por redescubrir el juego de mil y una maneras gracias a los mods. Bethesda ha abierto la veda a una posibilidad que hasta hace poco era tabú en el mundo de las consolas, y esperamos que más compañías se apunten a la fiesta en los próximos tiempos.
Las mejoras visuales
Las versiones de PS4 y Xbox One de The Elder Scrolls V: Skyrim: Special Edition funcionan a 1080p de resolución y 30fps muy estables, lo mínimo que le podíamos pedir a esta nueva versión. El aumento de resolución es muy evidente si lo jugaste en Xbox 360 o PS3 (versión que además tenía sus propios problemas con el paso de las horas), pero además se han añadido pequeños detalles y mejoras visuales que hacen que el juego sea todavía más bonito, de maneras más o menos sutiles.
Iluminación volumétrica (muy parecida a la Fallout 4), reflejos en tiempo real, nuevos efectos de sombreado en la nieve y el agua, efectos de niebla y lluvia más convincentes, profundidad de campo dinámica, y detalles muy pequeñitos y curiosos. Por ejemplo, ahora el movimiento del agua en los ríos es realista, y no sigue una única dirección, sino que se va adecuando al cauce y el terreno que se va encontrando, y en general es más bonita.
Todas estas mejoras no hacen que el aspecto general cambie demasiado, y un jugador de PC que lleve años disfrutando del juego con un ordenador potente y con el apoyo de algunos mods, pensará que Bethesda no ha hecho lo suficiente. Pero a la hora de la verdad, y sobre todo si venías de jugarlo en PS3 y Xbox 360, el resultado de estas mejoras gráficas nos ha parecido bastante bueno, y el juego mantiene el tipo en Xbox One y PS4, y nos sigue pareciendo muy bonito.
Estas mejoras visuales se aprecian sobre todo jugando en directo, ya que con la perdida de resolución y detalle de los vídeos que os mostramos a través de internet, apenas se aprecian las mejoras. Pero os aseguramos que el juego luce bastante bien, y sigue siendo un placer explorar los bellos parajes de Skyrim. Evidentemente estas mejoras no hacen milagros, y las texturas son las que son, se han quedado anticuadas, y las animaciones, que en su día no eran ninguna maravilla, y el modelado de los personajes, sobre todo de sus rostros, sigue siendo bastante feo, algo que también ocurre en Fallout 4, un juego de 2015…
¿Se podría haber hecho más? Seguramente, pero hay que dejar claro que el juego luce muy bien en PS4 y Xbox One, y es perfectamente disfrutable hoy en día, y muy bonito por momentos. Como curiosidad, cuando salga este 10 de noviembre PS4 Pro, el modelo mejorado y más potente de la consola de Sony, Skyrim: Special Edition funcionará a 4K nativo en el nuevo hardware.
Otra mejora que hemos apreciado claramente son los tiempos de carga, menores que en la versión original de consola. Siguen estando lejos de la versión de PC, que pueden llegar a ser casi inexistentes, pero son sin duda mucho mejores que en la versión de Xbox 360 y PS3.
Al igual que el original, cuenta con voces en castellano, en un trabajo mejorable pero titánico en cuanto a tamaño, y la banda sonora compuesta por Jeremy Soule sigue siendo tan preciosa y espectacular como hace cinco años, inolvidable y digna de recordar. Como detalle amargo, los jugadores de PC y Xbox One han descubierto que en estas versiones la calidad del audio es peor que en el original, debido a la compresión, y ya ha dicho Bethesda que van a intentar solucionarlo.
Un gran juego cinco años después
Si bien las mejoras visuales de esta versión no son relevantes, aunque consiguen que siga siendo un juego bastante vistoso hoy en día, lo que sí nos ha sorprendido es que The Elder Scrolls V: Skyrim sigue siendo una aventura de rol muy atractiva y adictiva, y sin comerlo ni beberlo nos hemos vuelto a enganchar y sumergir en su propuesta, casi como si se tratara de la primera vez. Es evidente que si ya lo disfrutaste en su día las mejoras y añadidos no compensan el volver a pasar por caja, a no ser que seas muy fan y quieres experimentar todo lo que suponen los mods en consola, pero si nunca jugaste a Skyrim, bien merece una oportunidad una aventura tan inolvidable como esta.
Hemos escrito este análisis en su versión de Xbox One con un código de descarga que no ha proporcionado Bethesda.