Análisis de Road Not Taken (PS4, PC)

Road Not Taken es uno de esos juegos que engañan mucho a primera vista. Por su aspecto gráfico podría parecer poco más que un simple juego para móviles, pero no es hasta que te sumerges en su propuesta cuando descubres todas las posibilidades que esconde, ofreciéndonos una aventura de puzles muy particular, desafiante, rejugable y, sobre todo, divertida.

Simple en apariencia, desafiante y profundo en la práctica

Lo primero que tenemos que mencionar es que estamos ante un juego al más puro estilo roguelike, aunque con una característica determinante: aquí los niveles los resolveremos usando nuestro ingenio. Los controles son lo más simple que os podáis imaginar, ya que solo podremos movernos y hacer levitar objetos para lanzarlos. El mapa está dividido en casillas y dependiendo de la posición en la que agarremos algo, solo podremos arrojarlo hacia esa dirección.

De esta forma si al pulsar el botón de hacer levitar objetos levantáis un árbol que se encuentra a vuestra izquierda, solo podréis lanzarlo hacia allí y no hacía abajo, derecha o arriba. Es aquí cuando las mecánicas del juego comienzan a complicarse, ya que muchas veces nos las veremos y desearemos para llevar ciertos elementos hacia donde queremos y tendremos que ingeniárnoslas para crear huecos que nos permitan hacer levitar las cosas desde una posición que nos sea favorable.

También hay que destacar que por lo general, cuando arrojemos un objeto este saldrá despedido hasta que se choque con algo, lo que no hace más que incrementar la dificultad del juego, especialmente cuando queremos que este se quede parado en un cuadro concreto. Eso sí, hay ciertos elementos que pesan tanto que tendrán un límite de casillas en su recorrido (sí, otra cosa más a tener en cuenta).

Un detalle tan interesante como importante es que cuando tengamos un objeto levantado podremos movernos, aunque hacer esto nos quitará parte de nuestra energía, o lo que es lo mismo, de nuestra barra de vida, por lo que conviene recurrir a este recurso lo menos posible. Eso sí, si hay algún obstáculo en el camino del elemento que tengáis levantado no os podréis mover hacia allí.

Otra de las dificultades que presenta la mecánica de levitación es que al pulsar el botón para realizar dicha acción levantaréis todos los objetos que tengáis a vuestro alrededor, por lo que no podréis escoger qué hacer levitar si os encontráis, por ejemplo, en una casilla en la que hay una piedra a vuestra izquierda y otra a vuestra derecha, ya que alzaréis las dos, con todos los problemas que eso puede conllevar.

Por si todo esto no fuera suficiente, también se ha incluido una mecánica de fusión de objetos. Si conseguimos hacer chocar varios objetos entre sí y estos forman parte de alguna "receta", crearemos algo nuevo o provocaremos una reacción determinada, lo que abre nuestras posibilidades enormemente, ya que hay una gigantesca cantidad de combinaciones distintas que iremos descubriendo a medida que avancemos y experimentemos.

Como habéis podido ver, para solo tener un botón de acción, la jugabilidad de Road Not Taken tiene mucha más miga de lo que podría parecer. Los controles son sencillos, sus mecánicas también y resulta fácil de entender lo que nos piden que hagamos, pero en la práctica tenemos que tener tantas cosas en cuenta que no pararemos de darle a la materia gris para encontrar la forma de avanzar y de cumplir con nuestros objetivos.

Buscando nuestro lugar en la vida en 15 años

En cuanto a lo que es el desarrollo del juego en sí, encarnaremos a un viajero al que le quedan 15 años de vida y que llega a un pueblo situado junto a un extenso bosque tras una fuerte nevada. Allí tendremos que conversar con sus aldeanos, conocerlos y entablar relaciones con ellos, lo que nos permitirá impactar en sus vidas de diferentes maneras, pudiendo conseguir incluso que se enamoren y que nos recompensen de diferentes maneras.

Cada año que pasemos en dicho pueblo, varios niños se perderán en el bosque, por lo que nos tocará a nosotros ir hasta allí para encontrarlos y reunirlos con sus padres. Para abrirnos camino a veces tendremos que juntar un determinado número de objetos, aunque ojo, porque también hay enemigos y diversos peligros que no dudarán en bajarnos nuestra energía si no tenemos cuidado. Los monstruos y criaturas que nos encontremos solo se moverán cuando lo hagamos nosotros, por lo que es algo que tenemos que tener muy en cuenta cuando estemos resolviendo puzles.

Para pasar al año siguiente no es necesario rescatar a todos los niños, aunque claro, esto significará que los que no salvemos morirán, por lo que sus padres no nos mirarán precisamente bien. Además, la sensación de malestar al ver a un niño moribundo en una sala llena de obstáculos y no tener la energía suficiente para moverlo todo y llegar hasta él está muy conseguida.

Hablando de la energía, parte de esta se conservará de un año a otro, por lo que si queremos llegar hasta el final más nos vale ser todo lo eficientes que nos sea posible (aunque también hay muchas formas de recuperarla) en cada nivel. En el caso de que muramos en el intento, perderemos a nuestro personaje para siempre y nos tocará volver a empezar desde el primer año.

Como esto es un roguelike, cada partida se genera de forma aleatoria, por lo que cada vez que empecemos desde el principio nos encontraremos con diferentes aldeanos con los que entablar relaciones, algo que también se aplica al bosque, cuyo diseño cambiará radicalmente, ofreciéndonos objetos nuevos con los que interactuar, desafíos distintos, otros obstáculos, etcétera. Esto consigue que cada partida sea diferente y que siempre tengamos que estar pensando lo que vamos a hacer, ya que los puzles también varían.

Eso sí, las recetas y objetos que hayamos descubierto se quedarán registrados en nuestro libro, por lo que es algo que no perderemos, aunque no se puede decir lo mismo de los accesorios que hayamos encontrado, los cuales pueden ser equipados para obtener todo tipo de ventajas diferentes, aunque solo nos permitirán llevar dos de forma simultánea (el resto los podremos almacenar en la casa del pueblo, aunque si morimos también los perderemos).

En lo que respecta a su duración, los 15 años pueden ser completados perfectamente en una hora y media o dos, dependiendo de vuestra destreza resolviendo puzles, aunque claro, el hecho de que solo tengamos una vida y de que cada partida sea diferente le añaden un valor rejugable enorme, por lo que ni llegar al final será fácil (se trata de un juego muy desafiante en sus compases finales) ni os aburriréis pronto de él.

Gráficamente se trata de un título que a nivel técnico no destaca para nada, ya que se trata de un juego que perfectamente podría mover cualquier móvil actual o una consola de 32 bits, aunque como suele pasar con las producciones independientes, su mayor fortaleza se encuentra en su apartado artístico, el cual está muy conseguido y hace que sea muy agradable a la vista, ya que el diseño de personajes, criaturas y escenarios tiene mucho encanto y nos traslada con suma facilidad a un bonito mundo que parece estar sacado de un cuento de fantasía.

El sonido nos ofrece una banda sonora que encaja bien con lo que vemos en pantalla, pero que está muy limitada, ya que apenas cuenta con un par de temas distintos, ya que solo escucharemos música en los vídeos y en el pueblo. Eso sí, los efectos ambientales están muy logrados, especialmente cuando nos adentramos en el bosque, donde se convierten en nuestros únicos compañeros.

Conclusiones

Como ya hemos dicho, Road Not Taken es mucho más de lo que aparenta. Tras un manto de sencillez se esconde un adictivo y desafiante juego que nos tendrá realmente entretenidos ejercitando constantemente nuestro ingenio a poco que consigamos conectar con su propuesta. Puede que se eche un poco de menos algo más de variedad en ciertos momentos y que no sea un juego para todo el mundo, ya que su ritmo pausado acabará con los nervios de los más impacientes y de quienes busquen algo más directo, pero si lo que queréis es un buen juego de puzles, rejugable y que encima tenga un toque especial que lo haga único, lo nuevo de Spry Fox difícilmente os decepcionará.