Análisis de Rack n' Ruin (PS4, PC)
Ser el villano de la historia no es completamente original, existen abundantes juegos de esta temática –y algunos bastante buenos-. Rack n' Ruin es el último en caer en nuestras manos que parte de esa premisa, no somos exactamente el Señor del Inframundo pero sí uno de sus esbirros, Rack, que como el resto de demonios su propósito es sumir los mundos en la ruina, corruptos. El problema para Rack es que el ansia de destrucción del protagonista está acabando con los planetas, y ya sólo queda un cinturón de asteroides y lunas. Su maestro, interesado en esclavos, da un ultimátum a Rack: un pequeño mundo debe ser dominado. Sin embargo, Rack no tiene intención de obedecer a Ruin.
Rack n' Ruin es en esencia un juego de acción de vista superior, muy similar en planteamiento a multitud de juegos de la era 16 bits, y añade algunos aspectos de personalización e ítems o exploración con la sana pretensión de añadir profundidad sin llegar a confundirse con el rol. Lamentablemente, queda a medio camino de lo que promete.
El juego comienza mostrando los movimientos básicos y los diferentes ataques. El más sencillo consiste en un disparo, pero hay más alternativos como una espada para las cortas distancias. Bastan unos pocos minutos para darse cuenta de un control no muy satisfactorio, y no es porque sea terrible o injugable, sino porque no hay una respuesta agradable. Hay razones subjetivas y objetivas para esto, en estas últimas diremos que nuestro personaje apunta en ocho direcciones, en lugar de usar ángulos más sensibles, lo cual va en detrimento de la puntería a pulso.

Puede que conscientes de este manejo que se siente tosco, los desarrolladores han incluido un botón para autoapuntado que señala automáticamente a un enemigo cercano. No es cómodo pulsar constantemente dos gatillos para disparar en los momentos de acción y a múltiples enemigos, donde también la elección de objetivo puede no ser la correcta –y rectificar lleva unos instantes-. Tratándose de un lanzamiento basado en disparos y machacar compulsivamente botones, es un poco confuso. ¿Por qué no usar un control con los dos sticks? ¿Por qué no activar la cruceta digital para la navegación por menús? Misterios de Rack n' Ruin.
En esta aventura recorremos mazmorras que en realidad son bonitos laberintos de bosques, aldeas y entornos naturales que recuerdan constantemente al mapa que podríamos ver en un clásico RPG de acción tipo The Legend of Zelda, al cual intenta plagiar en varios sentidos sin mucha fortuna. No todo el entorno está accesible desde un inicio, hay mecanismos que impiden pasar por ciertas zonas, que traducido a la práctica significa que debemos investigar el terreno, derrotar a jefes y volver a esos lugares que se encontraban bloqueados con una nueva habilidad para acceder por ahí. La pena es que no hay una forma nítida de ver nuestro siguiente objetivo, se trata probar y dar vueltas por los bosques hasta dar por casualidad con el camino correcto.

En las pequeñas aldeas encontraremos algunos personajes secundarios con los que hablar. Nunca tienen nada interesante que decir a excepción de vagas descripciones del lugar que investigar y siendo sinceros, parece que es un elemento extraño en la jugabilidad que no aporta nada, ralentizando el apartado principal –la acción-.
Hay un repertorio de ayudas para dar un poco más de variedad a nuestro diablillo, bombas u objetos que añaden disparos a nuestro alrededor, entre otros ítems. Rack también dispone de un escudo para los momentos de apuros, y una barra de magia limita el abuso de algunas habilidades. La cuestión es que Rack n' Ruin no hace esfuerzos por invitar a usar la imaginación, más bien al contrario.