Análisis de inFamous: Second Son (PS4)
Aunque ni siquiera le ha hecho falta para convertirse en un éxito de ventas, PlayStation 4 ya necesitaba un gran título exclusivo que demostrara las virtudes de la máquina, de esos para enseñar a los amigos y familiares y mostrarles qué supone una nueva generación de consolas. Seguramente dentro de un año o un poco más de tiempo cuando echemos la vista atrás no nos parecerá para tanto y ya habrá sido superado, pero ahora mismo se puede considerar el juego con mejores gráficos de nueva generación, algo que durante un relevo generacional es un valor en sí mismo.
Seguro que alguno habéis pensado en Ryse: Son of Rome, otro portento gráfico que nada tiene que envidiar a este, y que incluso en algunos momentos si nos ponemos a comparar capturas puede salir ganando.
Pero es más meritorio lo realizado en inFamous: Second Son, al tratarse de un juego de mundo abierto con una enorme y detallada ciudad para explorar, con unos estables 30 fotogramas por segundo y una resolución impecable de 1080p, con una imagen sorprendentemente limpia y nítida que no te cansas de observar. Preparaos porque vais a usar a conciencia el botón SHARE, en un juego que es todo un generador de preciosas postales.
De nada valdría semejante apartado gráfico si no estuviera respaldado por un gran juego detrás, y por suerte Sucker Punch Productions vuelve a demostrar su buen hacer con la tercera entrega de una serie que empezó en PlayStation 3, y que si bien está un escalón por debajo de los mejores sagas exclusivas de Sony como God of War o Uncharted, siempre nos ha ofrecido unas entretenidas aventuras de acción en mundo abierto con muchas posibilidades. Su nombre, sin un tres en el título, es toda una declaración de intenciones: nueva consola, nuevo protagonista, nueva ciudad y nueva historia.
Por tanto se convierte en un punto de entrada perfecto en la saga, ya que no hace falta haber jugado a los anteriores para seguir sin problemas el argumento. Si lo has hecho por supuesto encontrarás pequeños guiños y referencias, no deja de transcurrir en el mismo universo –han pasado siete años desde la primera entrega-, pero se nos cuenta una historia totalmente nueva, protagonizada por Delsin Rowe. Un joven amerindio que sin saberlo es un "conductor", que de manera accidental recibe un increíble poder, que cambiará su vida y la de los que lo rodean para siempre.
Tendrá que dejar su apacible vida en un pueblo rural a las afueras de Seattle para meterse de lleno en la gran urbe y combatir al D.U.P –Department of Unified Protection-, una organización creada por el gobierno para combatir a los conductores, reclasificados como bioterroristas. Una historia la verdad muy floja, con poca chicha, excesivamente sencilla y carente de grandes giros y sorpresas, pero al menos bien contada y con unos buenos diálogos, y que sirve perfectamente de hilo conductor y excusa para llevarnos de un lugar a otro y que conozcamos a otros jóvenes con increíbles poderes, que intentaremos tomar prestados.
Una de las señas de identidad de la saga y lo que le da nombre sigue presente, el hecho de que podemos seguir el camino del bien o del mal, ser héroe o infame. Aquí no hay lugar para los matices o los grises, azul y rojo marcan los buenos y los malos actos, y desde el principio del juego tendremos que elegir un camino. Dependiendo de si somos héroe o villano la historia será diferente, las conversaciones, las reacciones de la gente a nuestro paso, y lo que es más importante, ciertos momentos en los que tenemos disponibles dos misiones para avanzar en la historia, por el camino del bien o del mal. Por tanto para ver todos los contenidos del juego es necesario pasárselo dos veces, algo que merece la pena, ya que cambian muchos aspectos, como las tareas secundarias.
Si decidimos ser buenos, realizaremos redadas antidroga, ayudaremos a peatones en apuros que han sido heridos o rescataremos a sospechosos de ser "conductores". Si optamos por ser malos –la verdad, bastante más divertido-, tendremos que disolver manifestaciones a la fuerza, pegar palizas a músicos callejeros, destruir las celdas de los presos, o simplemente masacrar civiles. También hay ciertas tareas comunes para ambos caminos, ya que al fin y al cabo el objetivo más importante de la aventura es echar de la ciudad a las fuerzas del D.U.P, que tienen controlada cada calle de Seattle.
La ciudad está dividida en distritos, y realizando diversas acciones iremos bajando el porcentaje de control del D.U.P en la zona. Por ejemplo destruyendo cámaras de seguridad, equipo y fortificaciones, descubriendo agentes secretos y cámaras ocultas, y acabando con los importantes centros de mando móviles. Cuando hayamos bajado este porcentaje lo suficiente desbloquearemos el enfrentamiento de distrito, una gran batalla en la que si ganamos echamos definitivamente de la zona al D.U.P, obteniendo algunas ventajas, como viaje rápido.
Todas estas tareas las vamos alternando con las misiones principales que hacen avanzar la historia, y es necesario entretenerse un poco. Primero porque algunas de las misiones principales no las podemos comenzar hasta que no hayamos acabado con el centro de mando móvil del distrito, y segundo porque necesitaremos mejorar los poderes obteniendo fragmentos, que conseguimos tanto de androides rastreadores que se mueven por el aire o que están en lugares ocultos, como al destrozar algunas de las instalaciones del D.U.P. No hay misiones secundarias como tales, con tramas paralelas o que impliquen a otros personajes, todo son tareas opcionales para echar al D.U.P. o para mejorar nuestros poderes.
Y hablando de poderes, no os vamos a desvelar los que todavía no se conocían para no estropearos la sorpresa, pero hay alguno más aparte del poder del humo y del neón. Cada uno tiene sus propios ataques a corta y larga distancia, en forma de proyectiles, habilidades especiales, como convertirnos en humo y meternos por los conductos de ventilación o escalar las paredes corriendo, y un tipo de misil que se gasta y que recargamos cuando volvemos a absorber una fuente de poder. Para obtener el humo tenemos que dirigirnos a alguna chimenea o coche ardiendo, y para el neón, a alguno de los muchos carteles que hay por la ciudad, o incluso los bajos de un coche con neones. Es bastante intuitivo y pronto sabes a dónde te tienes que dirigir para obtenerlos, y si tienes alguna duda, siempre puedes echar un vistazo al mapa que te indica las diferentes fuentes de poder.
En los enfrentamientos tiene un mayor peso el combate a larga distancia que el cuerpo a cuerpo, ya que si intentas acabar a golpes con dos o tres enemigos armados descubrirás qué rápido mueres. La dificultad en nivel medio está bastante bien ajustada, y hay que andarse con ojo en los combates, que son caóticos y masivos, lo que no quiere decir que puedas jugar a lo loco o durarás muy poco. Cada poder cuenta con sus pros y sus contras, y por ejemplo es muy interesante el disparo con el neón, ya que conecta la mecánica de disparo con el sistema de moralidad. Al apuntar a los enemigo vemos su cabeza marcada en rojo y sus pies en azul, pudiendo realizar la mala acción –matarles disparándolos a la cabeza-, o la buena, que es atraparles disparándoles a los pies. Lo mismo que cuando se rinden, que podemos ejecutarles o someterles.
Los enemigos tienen sus propios poderes, además de un poderoso armamento o incluso vehículos de apoyo como helicópteros, y uno de los puntos más flojos y que más desentonan es que cuentan con una inteligencia artificial pésima, por no decir inexistente, el juego está prácticamente roto en este sentido. Corren a lo loco y sin sentido –hemos visto algunos bugs bastante graciosos al respecto-, y nos ponen las cosas difíciles por cantidad y fuerza bruta, que no por su destreza a la hora de combatir. Esto no impide que los combates sean entretenidos y espectaculares, pero a veces te saca un poco de la experiencia lo estúpidos que son los rivales. No queremos dejar de comentar el buen uso que hace del panel táctil del DualShock 4, práctico e intuitivo, nada forzado, un ejemplo para otros juegos de la consola.
Estamos ante un juego siempre entretenido, ágil y dinámico, que te hace perder la noción del tiempo fácilmente, pero sin llegar a ser nunca demasiado brillante o sobresaliente. Mejora la jugabilidad de anteriores inFamous, se controla mejor, la escalada y exploración de los escenarios es más satisfactoria, está mejor resuelta, aunque todavía está lejos de ser impecable, y sigue presente esa sensación de poco peso del personaje, de que flota al saltar y moverse. Este es el menor de sus problemas, y sí es más importante lo que le cuesta sorprendernos con el diseño de las misiones, simplemente correcto, pero que nunca despunta, ni como sandbox ni como aventura de acción. Arriesga lo mínimo, y lo acaba pagando.
La historia principal si vas al grano se puede completar en 8 o 9 horas, pero es complicado resistirse a los encantos de las tareas secundarias, y una partida normal puede irse a las 15 horas tranquilamente. Y además hay que tener en cuenta que para ver todas las misiones que contiene hay que realizar una segunda vuelta, jugando siendo héroe o villano, por lo que no estamos ante un juego precisamente corto. Sí se echan de menos misiones secundarias como tales, pero no por un tema de duración, sino más bien de riqueza, de variedad de contenidos, que le hubieran venido muy bien al producto. También deja con la miel en los labios que a veces llega a humedecerse la yema de los dedos con temas tan interesantes como las drogas o la seguridad ciudadana, pero nunca profundiza en ellos, y pierde la ocasión de mojarse.
Como nos tiene habituados Sony en sus juegos cuenta con unos valores de producción excelentes, que no dejan de pulir producto tras producto y que cada vez dejan más en evidencia a muchos de los juegos de la competencia. El doblaje al castellano es prácticamente perfecto, con la conocida voz de David Robles –doblador habitual de Leonardo DiCaprio en España- poniendo voz al protagonista, estando también impecables los personajes secundarios. Pero descubres que no es perfecto cuando pones la pista original en inglés –con una cómoda y accesible opción- y escuchas el fabuloso trabajo realizado por Troy Baker, uno de las estrellas del doblaje de videojuegos –Joel en The Last of Us, Booker DeWitt en BioShock Infinite-, que lo borda aquí en inFamous: Second Son.
La banda sonora también está a la altura, con tres compositores distintos que han creado las melodías apropiadas para cada momento, incluso algunas relajadas que vienen como anillo al dedo cuando nos quedamos parados y embobados observando los preciosos gráficos. Reconociendo este gran trabajo, sí nos parece una pena que no se haya aprovechado apenas la ambientación, la ciudad de Seattle, la cuna del grunge, para haber incluido algunos temas más cañeros, tan solo con un par de apariciones testimoniales de Nirvana, cuando tenían mucho más donde elegir.
Y de los gráficos pues ya hemos empezado el análisis hablando de ellos, repetir son impresionantes, y aunque con sus cosillas mejorables, como todo videojuego que se precie, y más uno de mundo abierto, la verdad es que es una buena muestra de lo que podemos esperar de PlayStation 4 en los próximos años. Espectaculares efectos gráficos de humo, luz y partículas, un uso de la iluminación casi fotorrealista por momentos, y un modelado de los personajes genial, especialmente el del protagonista, del que simplemente su chaqueta ya te deja a veces embobado.
Las animaciones también son muy buenas, a veces un poco raras por esa sensación de poco peso, algo que se evidencia en la escalada, y un aspecto que nos ha encantado son las expresiones faciales. Sin necesidad de grandes muecas o gestos las caras de los personajes expresan sus sentimientos de manera perfecta en todo momento, a lo que ayuda la impecable calidad de imagen, es prácticamente imposible ver un diente de sierra en todo el juego. Casi no hay popping, aunque alguna vez lo hemos visto, y las físicas y destrucción del entorno, aunque un poco arbitraria –con los típicos objetos que se deberían romper pero no lo hacen-, en los elementos que tienen peso en el desarrollo de la jugabilidad –los coches, las instalaciones de la D.U.P.- cumple con nota.
Por comentar algo mejorable y que no penséis que es todo perfecto en lo visual, no hay un ciclo de día y noche real, jugamos en diferentes situaciones del día, pero el tiempo no avanza, no podemos ver cómo anoche o amanece, por lo que siempre tienen la iluminación controlada. Un "truco" que les perdonamos, porque la verdad tiene un aspecto imponente, estamos ante un juego visualmente impecable, y ante la que posiblemente sea la mejor recreación visual que hemos visto nunca de una ciudad en un videojuego. Por escalar el Space Needle y contemplar las espectaculares vistas ya que casi merece la pena jugarlo.
Toda una demostración de músculo
Si eres un usuario de PlayStation 4 que ya estaba con ganas de echarle el guante a algún título exclusivo, te gustan los juegos de acción y mundo abierto, y quieres ver de lo que es capaz tu nueva consola, inFamous: Second Son es más que recomendable. Nos hubiera gustado que arriesgara más en lo jugable, es muy continuista dentro de la saga, y en los narrativo, con una historia bastante floja, y se nota que se han esforzado más en impresionarnos por los ojos que por las manos. Pero eso no ha impedido que nos haya entretenido y mucho de principio a fin, haciendo el bien y el mal por las calles de Seattle, y se convierte sin demasiados problemas en uno de los mejores juegos de PlayStation 4, y uno de los mejores ejemplos de lo que puede dar de sí la nueva generación de consolas.