Análisis de God of War (PS4)
Para conocer todas las misiones, secretos y coleccionables que esconde el juego, visita nuestra guía: Guía God of War (PS4) - Trucos y consejos
God of War no es solo una saga de videojuegos muy querida por muchos jugadores, es uno de los buques insignia de la marca PlayStation, y vuelve tras cinco años de ausencia por todo lo alto, con un auténtico juegazo, impecable y contundente en todos los aspectos. Una demostración de músculo por parte de Sony con la que reafirma su compromiso con las grandes superproducciones para un jugador, tras exclusivos para PS4 tan importantes como Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón (2016) y Horizon: Zero Dawn (2017).
A veces no es necesario esperar a que algo esté muerto o agotado para reanimarlo, y eso es lo que han hecho en Santa Monica Studio con este nuevo God of War, que redefine los pilares de la saga tomando prestadas algunas de las tendencias actuales del mundo de los videojuegos, pero que a su vez conecta perfectamente con las entregas anteriores y recupera sus mayores virtudes, siendo finalmente más similar a las primeras aventuras de Kratos de lo que muchos se esperaban.
Es cierto que cuenta con una narrativa más elaborada y sofisticada, desde el propio tamaño del guion hasta su deslumbrante dirección cinematográfica, y que su combate es más pausado y estratégico, menos frenético que en episodios anteriores. Pero una vez te metes en faena descubres que la mezcla de acción, exploración y espectáculo es bastante similar a la de las dos primeras entregas, y cualquier fan se sentirá como en casa, así como podrá satisfacer a cualquier debutante en la serie.
Si bien la mezcla de ingredientes resulta familiar, su ambición no tiene parangón dentro de la saga, con una aventura mucho más grande de lo que cualquiera se esperaba, que se puede tardar unas 25 horas en superar, y cerca de las 40 si quieres completarlo todo, ya que tiene multitud objetivos secundarios para perderte explorando su fascinante mundo, uno de los más bellos que hemos visitado en los últimos años.
Esto evidentemente se cobra un precio, y su desarrollado no es tan intenso ni tiene tanto ritmo como en las anteriores entregas, más condensadas. Pero el ser un juego más grande de los habitual, además de para satisfacernos con más horas de entretenimiento, se aprovecha para construir muy bien a los personajes y desarrollar de manera sorprendentemente rica y meticulosa la nueva mitología, realmente interesante, y con mucho potencial de cara a las posibles futuras entregas, que estamos seguros que llegarán visto el soberbio resultado de este juego.
El regreso de Kratos por todo lo alto
Tras arrasar el Olimpo griego en una sed de venganza que parecía nunca iba a ser capaz de aplacar, Kratos acaba en la mitología nórdica, en Midgard, el mundo de los hombres que fue creado por los dioses. Sin muchas más explicaciones, en una historia que dosifica muy bien sus respuestas y sorpresas, emprendemos un viaje con Kratos y su hijo Atreus, un personaje totalmente protagonista tanto en lo narrativo como en lo jugable, que no es una mera comparsa. La relación entre padre e hijo está realmente bien escrita, y su interesante evolución a lo largo del juego es el epicentro de la historia, manteniéndose las habituales intrigas y conflictos con dioses y otras criaturas, así como esos momentos épicos que te dejan con la boca abierta.
Y evidentemente para que lo disfrutéis igual que lo hemos hecho nosotros no vamos a dar ni un solo detalle más de una historia que tiene más peso que nunca, pero que no ha "naughtydogtizado" la fórmula God of War como algunos se temían tras su presentación en el E3 de 2016. A pesar de su gran longitud y contar con una narrativa mucho más elaborada, el relato fluye con gran ritmo, las cinemáticas nunca son demasiado largas, y estamos ante un juego terriblemente entretenido, con una mezcla perfecta de combate, exploración, puzles e historia, todo en su justa medida, algo que no es fácil de conseguir.
La nueva cámara que sigue la acción, ahora pegada a la espalda de Kratos, hace que cambie completamente el planteamiento jugable, ahora con unos combates más pausados y estratégicos, que te invitan más a pensar cada acción y a observar con atención el entorno y los enemigos, y no a pulsar los botones frenéticamente como en un hack and slash tradicional.
Con los ataques ubicados en los botones superiores R1 y R2, es inevitable mencionar la influencia de FromSoftware, que a tantos juegos ha llegado en los últimos años, pero partiendo de este esquema el combate de God of War tiene su propia personalidad y va creciendo y evolucionando a lo largo de todo el juego de manera muy satisfactoria, para acabar siendo mucho más completo, e intenso y espectacular de lo que puede parecer en un principio.
El hacha leviatán es una de sus grandes novedades, un arma que se comporta como el martillo de Thor, que podemos lanzar y atraer a nuestras manos cuando así lo deseemos, lo que da mucho juego tanto en los combates como en la exploración y los puzles, unos acertijos que son sencillos pero bastante abundantes.
Su sistema progresión, muy completo y más propio de un RPG -en una nueva demostración de que los elementos de rol están ya por todas partes- consigue que el combate vaya creciendo constantemente, añadiendo nuevas capas. Adquieres nuevos movimientos y habilidades, tanto para Kratos como Atreus, mejoras las armas y las armaduras, tanto sus estadísticas como sus propiedades para adaptar sus virtudes a tu estilo de juego, y consigues todo tipo de ataques especiales y poderes mágicos, que no dejan de incrementar las posibilidades en los combates, al mismo ritmo que crecen las amenazas a las que te enfrentas.
Pero el combate no solo es bastante completo, sino además sorprendentemente versátil, ya que permite jugar de diferentes maneras, como explotar a conciencia el cuerpo a cuerpo con los puños, el escudo y los parrys, u optar más por la larga distancia y los lanzamientos del hacha. Te puedes crear diferentes configuraciones, más defensivas u ofensivas, gracias al complejo sistema de runas que podemos equipar a las armas y las armaduras.
En resumen, el sistema de combate es realmente satisfactorio y divertido, lo suficientemente complejo para aguantar perfectamente una aventura tan larga sin que surjan síntomas de agotamiento, y los controles responden a la perfección, algo exigible en una gran producción como esta, pero que nunca hay que dar por sentado y siempre debemos alabar.
A esto ayuda la gran variedad -y diseño- de los enemigos, aunque hemos echado de menos algún jefe final más (se repiten demasiado ciertos "jefes medianos", como los trolls o los golems), de esos épicos y gigantescos a los que nos tenían acostumbrados, uno de los pocos aspectos en los que un fan se puede sentir decepcionado respecto a entregas anteriores. Si queréis conocer un poco más en detalle todo lo relacionado con el combate, podéis leer nuestras impresiones finales donde profundizamos más en él.
Pero lo que más nos ha gustado de este nuevo God of War es lo bien que mezcla sus diferentes elementos; nunca abusa de los combates, ni tampoco los echas de menos, hay exploración y puzles, pero estas partes nunca son lo suficientemente complejas o prolongadas como para ralentizar el ritmo de la aventura, y la historia tiene mucho peso, tanto la del propio Kratos y Atreus como la del nuevo universo en la mitología nórdica, pero nunca se exceden con la duración de las cinemáticas, y la mayor parte de la historia se cuenta ágilmente a través de diálogos y otros recursos mientras estás explorando.
Esto hace que sea un juego entretenidísimo, y sorprendentemente generoso en cuanto a contenidos. Tanto por la duración de la historia principal, como por la multitud de objetivos secundarios, desde grandes misiones hasta todo tipo de coleccionables, e incluso temibles jefes finales que conviene afrontar en el endgame, una vez te has pasado el juego, que cuenta con unas cuantas sorpresas.
Vas a querer ver todo lo que contiene el juego, porque incluso algunas de estas misiones secundarias te llevan a escenarios que de otra manera no verías, y el mundo que han creado es fascinante, tanto en lo técnico como en lo artístico. Hay libre exploración y ciertas dosis de backtracking, lugares a los que debes volver cuando tengas la habilidad adecuada, y la estructura del juego nos ha recordado mucho a de los últimos Tomb Raider, un buen referente para que os hagáis una idea de cómo se mezcla una aventura lineal y espectacular con la libertad de perderse por su mundo.
Como decíamos al principio, este ánimo de querer ser un juego tan grande se cobra algún precio, con algunas idas y venidas de más que alargan un poco artificialmente el relato. Pero este nuevo God of War vuela tan alto durante tanto tiempo, que no le vamos a criticar más de la cuenta que no pueda mantener durante más de 20 horas el mismo listón.
Visto en perspectiva y con el juego ya terminado, son cuanto menos curiosas algunas de las críticas de los mayores fans de la saga por los cambios introducidos en esta nueva entrega, porque precisamente son ellos los que van a quedar más satisfechos. Está repleto de guiños y referencias a los anteriores God of War, nunca de manera gratuita, siempre con buen gusto y un motivo narrativo.
Algunos de estos momentos son para levantarse de la silla y aplaudir, literalmente -ojalá que algún idiota no os estropee ninguno de ellos-, y solo los padres de esta serie podrían tratar con tanto respeto y cariño a su propia creación. Es genial el retrato de un Kratos más maduro, sabio y contenido, a pesar de su pasado sangriento, y cómo han construido un personaje mucho más complejo, más allá de una caricatura, sin perder por el camino su esencia.
Un espectáculo audiovisual
Y lo que acaba de elevar a God of War por encima de la media es su apartado audiovisual, simplemente espectacular, en todos los aspectos, algo al alcance de muy pocas producciones, toda una demostración de poderío por parte de Santa Monica Studio. No esperábamos menos, God of War desde su primera entrega se caracterizó por ello, con auténticos referentes gráficos tanto en PS2 como PS3, y aquí vuelve a conseguir lo mismo, aunque con armas un poco diferentes.
Los modelados tanto de los protagonistas como de los enemigos son sensacionales, con detalles cuidados al milímetro como la musculatura de Kratos que se modifica en tiempo real, con unas animaciones excelentes e increíblemente variadas, y cualquier aspecto, ya sea la iluminación o las texturas, es impecable.
Sí, técnicamente es intachable, tanto en PS4 como PS4 Pro, y es uno de los referentes de la generación, pero nos ha sorprendido todavía más su soberbia dirección de arte, con un diseño de escenarios y criaturas sensacional, que aprovechan de manera excelente la rica mitología nórdica. Es ahora cuando debemos agradecerles que no hayan enseñado demasiado el juego, ya que os van a sorprender muchas de sus localizaciones, con una gran capacidad para desencajar mandíbulas con su belleza.
Y por si todo esto no fuera suficiente, tenemos la quijotada de su director, Cory Barlog, que se empeñó en que todo el juego transcurra en una única toma, un gigantesco plano secuencia de más de 20 horas, sin pantallas de carga o fundidos a negro, lo que es simplemente asombroso, llevado la dirección cinematográfica en los videojuegos un paso más allá. Algo que no solo es una virguería técnica, sino que además narrativamente aporta mucho, la sensación de estar acompañando siempre en su épico viaje a Kratos y Atreus y estar metidos de lleno en la acción, incluso en las cinemáticas.
En un juego tan cuidado en todos sus aspectos tampoco podía fallar el sonido, con unos efectos sonoros espectacularmente contundentes, capaces de elevar la intensidad de los combates, una banda sonora genial, que acompaña a la perfección sin querer ser nunca demasiado protagonista, y un doblaje, ya sea en inglés o castellano, realmente bueno, de lo mejor que podemos escuchar en un juego completamente localizado a nuestro idioma, como acostumbra Sony en sus grandes títulos.
Una aventura de acción simplemente espectacular
God of War es el regreso triunfal de una de los grandes clásicos de PlayStation, que va a gustar muchísimo y que va a marcar el camino a seguir para las futuras entregas. Una aventura de acción que triunfa en todo lo que se propone, y que es una celebración por todo lo alto de un personaje y de una saga, y sobre todo de los grandes juegos para un jugador, un producto que muchos todavía demandamos, porque es el principal motivo por el que amamos los videojuegos.
Divertido, espectacular y enorme, con una historia y un universo realmente interesantes, visualmente deslumbrante, y un festín para cualquier amante de la serie; uno de esos juegos que justifican la existencia y adquisición de una PS4.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Sony.