Análisis de Deadlight: Director's Cut (PS4, PC, Xbox One)
Si algo nos ha dejado claro esta generación de consolas es que las remasterizaciones han venido para quedarse. Ahora le toca el turno a Deadlight, la ópera prima de los españoles de Tequila Works, una aventura de acción, plataformas y puzles en 2D estrenada originalmente en el 2012 para Xbox 360. Su recepción por parte de crítica y público fue bastante tibia, ya que su espectacular apartado artístico no conseguía esconder ni sus carencias jugables y narrativas ni su escasa duración, aunque al menos supo recompensarnos con una tarde entretenida frente a nuestra consola y, posteriormente, en PC.
Centrándonos en este Director's Cut, decir que estamos prácticamente ante el mismo juego que ya analizamos hace cuatro años, de modo que si os llama la atención os recomendamos que consultéis el texto que le dedicamos en su momento para profundizar en sus diferentes aspectos, ya que aquí nos centraremos en sus pocas y escasas novedades.
Como ya hemos dicho, se trata de una aventura de desarrollo 2D ambientada en un apocalipsis zombi que se produce en 1986. Nuestro objetivo no será otro que el de avanzar por una serie de niveles lineales buscando la manera de llegar hasta la salida.
Por el camino tendremos que resolver ciertos puzles basados en físicas y combatir (o esquivar) zombis, unos enfrentamientos que nos animarán a hacer uso del entorno, ya que nuestras habilidades de combate suelen dejarnos en desventaja frente a nuestros adversarios.
Por desgracia, el desarrollo del título sigue resultando un tanto repetitivo por culpa de un diseño de niveles mejorable (que no malo) y muchas de sus situaciones abusan demasiado del "ensayo y error", dándonos muy poco tiempo para reaccionar ante algunas trampas y obligándonos casi a que memoricemos todos los obstáculos y peligros del escenario para salir con vida. Por ello, los puntos de control son constantes, de modo que apenas perderemos unos pocos segundos repitiendo zonas desde nuestra muerte, evitando así que la experiencia pueda llegar a resultar frustrante y quitándole peso e importancia a nuestros fracasos.
Uno de los aspectos menos pulidos del título original era sus controles, algo que para la ocasión se ha revisado para bien. Siendo sinceros, la mejora es notable hasta cierto punto, ya que a la hora de saltar y superar secciones plataformeras hemos notado algunas imprecisiones que siguen evitando que su control sea todo lo redondo que nos gustaría, aunque al menos ahora es mucho más agradable de jugar.
Entre otros añadidos, tenemos la inclusión de la dificultad Pesadilla, que hasta el momento era exclusivo de PC, y que nos servirá de excusa para alargar su duración con una segunda vuelta mucho más desafiante, siempre y cuando nos queden ganas de rejugarlo.
Pero la gran novedad de esta versión la tenemos en la nueva Arena de Supervivencia, una modalidad en la que tendremos que enfrentarnos a oleadas infinitas de zombis para aguantar vivos todo lo que podamos. Lo interesante es que aquí contaremos con nuevas armas, como una ametralladora o un rifle francotirador, y el escenario ofrece muchas posibilidades para ser utilizado en nuestro favor. Se trata de un añadido curioso, aunque no creemos que vaya a manteneros entretenidos tras unas pocas partidas a menos que os piquéis intentando obtener la máxima puntuación y competir en los marcadores online.
Un detalle que nos ha gustado es que se hayan incluido varios diarios de desarrollo y un libro de arte digital, un material extra muy interesante de cara a conocer más sobre cómo fue la creación de esta obra.
Gráficamente no esperéis demasiadas mejoras respecto a Xbox 360 más allá de una mayor resolución (1080p) y de unas animaciones mucho más suaves, naturales y fluidas (algo que también ha ayudado a la mejora de los controles que mencionamos anteriormente). Eso sí, el título sigue contando con un apartado artístico espectacular que consigue que cuatro años después siga ofreciéndonos una experiencia visual muy satisfactoria, a pesar de no ser nada puntero en lo técnico.
Del sonido poco más que comentar de lo que ya os dijimos en su momento: una preciosa banda sonora sin casi ninguna presencia y puramente ambiental donde destaca su tema principal (realmente bueno), una ambientación sonora magnífica gracias al buen uso que hace de los efectos y un doblaje únicamente en inglés que se limita a cumplir sin muchas más pretensiones.
Conclusiones
Deadlight: Director's Cut no supone ninguna gran mejora frente al original y sus añadidos acaban por resultar algo meramente anecdótico que no aportan ningún incentivo real ni para quienes ya lo hayan jugado en su momento ni para los nuevos compradores. Además, su precio de 19,99 euros nos parece excesivamente caro para un juego de hace cuatro años que puede ser completado en apenas tres horas y con casi todos sus secretos a poco que no os quedéis atascados y avancéis a buen ritmo, por lo que quizás prefiráis esperar a algún tipo de rebaja antes de haceros con él en el caso de que todavía no hayáis tenido la oportunidad de probarlo. Eso sí, no os equivoquéis: dista de ser un mal título y a pesar del tiempo que ha pasado sigue resultando una aventura entretenida que sabe dejarnos grandes momentos a nivel visual.
Hemos realizado este artículo con una copia digital de la versión final de Xbox One que nos ha proporcionado Koch Media.