Análisis Days Gone, una ambiciosa aventura con luces y sombras (PS4)
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Bend Studio es un equipo veterano, con más de 20 años de experiencia, pero llevaban mucho tiempo alejados del desarrollo de grandes producciones para consolas de sobremesa, y se nota en Days Gone, que es un buen juego, pero que quizás no está a la altura de lo que muchos se esperaban, o del listón que había puesto la propia Sony con sus últimos trabajos, que era muy alto.
Es una aventura de acción en mundo abierto muy entretenida, esmerada y con una gran ambientación, y tiene algunas ideas bastante buenas, como el satisfactorio uso de la motocicleta, o las impresionantes hordas con cientos de zombis a las que te tienes que enfrentar. Pero por otro lado, no consigue sobresalir en algunos de los pilares básicos de la experiencia, como el sigilo y los tiroteos, muy ramplones y con una deficiente inteligencia artificial enemiga, y su historia, bastante cuidada y por momentos interesante, finalmente queda desdibujada en una aventura demasiado larga y que peca de ambiciosa.
Porque Days Gone es mucho más grande de lo que nos esperábamos y de lo que necesitaba: unas 40 horas para terminar su trama principal. Y esto lo consigue alargando demasiado la historia y repitiendo una y otra vez un diseño de misiones que no da para tanto y que hace que caiga en el tedio, uno de los mayores pecados que puede cometer una aventura de estas características.
Si en las primeras horas puedes estar entusiasmado con su propuesta si te gustan este tipo de juegos y su ambientación, siendo capaz de perdonar sus carencias jugables porque es muy entretenido, visualmente espectacular y estás atrapado en la historia, en el tramo final probablemente estarás exhausto, y el flojo y poco variado diseño de misiones, los mundanos tiroteos y la narrativa que se desinfla habrán minado tu moral, y lo verás con peores ojos.
Y evidentemente Days Gone no tiene la culpa de que Sony haya lanzado algunos títulos especialmente buenos en los últimos dos años, ni de que hayamos disfrutado de toneladas de sandbox en esta generación, que han ido poco a poco elevando el listón del género. Pero sí tiene la culpa de querer abarcar más de la cuenta, de ser demasiado extenso estirando la historia como un chicle y sacrificando la variedad y la calidad de los contenidos, y en definitiva, de volver a repetir algunos de los errores más obvios y reiterativos de los juegos de mundo abierto.
Pese a sus carencias, más o menos graves o perdonables dependiendo de cada uno, es algo muy subjetivo, hay que dejar claro que si te gusta el género y te atrae su propuesta seguro que lo vas a disfrutar. E incluso este análisis puede que te ayude a que lo hagas más, al -posiblemente- haber moderado tus expectativas y no tener tanto hype, y saber que, aunque no es sobresaliente, te vas a encontrar un juego notable, entretenido y con bastante mimo y trabajo detrás, que no es poco.
El mundo contra Deacon St. John
Por más películas, series, libros o juegos que hayamos consumido, las historias en mundos que se han ido al garete por una epidemia de zombis o infectados, aunque manidas, son siempre un punto de partida muy interesante, y Days Gone no iba a ser menos. Aquí nos metemos en la piel de Deacon St. John, un motero que ha perdido lo que más quería, a su esposa Sarah, y que ni siquiera sabe por qué sigue luchando para sobrevivir en un mundo tan hostil y deshumanizado, seguramente por pura inercia e instinto de supervivencia.
Como si ya fuera una marca de la casa en las grandes producciones de Sony, tenemos una historia muy elaborada, que se nos cuenta a través de multitud de cinemáticas y diálogos mientras jugamos, y que sabe mantener nuestro interés a través de un par de importantes misterios, y de las luchas de poder de las bandas y campamentos de supervivientes. Estos grupos hacen lo posible por sobrevivir en un mundo infectado por los engendros, una especie de zombis con un comportamiento más animal y elaborado de lo acostumbrado en este tipo de historias.
Como en otros muchos aspectos de Days Gone, se nota el enorme esfuerzo que han puesto para crear una gran historia, construyendo personajes interesantes, creíbles y elaborados, dedicándoles mucho tiempo para desarrollarlos y que expongan sus motivaciones, posiblemente lo mejor de la narrativa. Esto a veces lo hacen a costa del ritmo, en un juego que no siempre fluye como debería, interrumpiéndonos en algunas misiones con constantes cinemáticas que no saben encajar adecuadamente con la jugabilidad.
Tampoco está excepcionalmente escrito, aunque sí por encima de la media, y su enorme duración, como hemos dicho al principio, le hace un flaco favor a la narrativa, estirando una trama y unos personajes que no dan para tanto. La historia finalmente deja un sabor amargo, porque tiene momentos buenos e incluso alguna idea muy interesante (que no saben o no quieren explotar del todo, y que hubiera sido oro en manos de un estudio más atrevido y con más experiencia, como Naughty Dog), pero su resolución es muy convencional, como si pensaran más en las secuelas o en el endgame que en ofrecer un final satisfactorio e impactante.
Acción en mundo abierto de manual, con alguna idea original
Jugablemente Days Gone ofrece unas mecánicas ya muy vistas y poco sorprendentes en sus tiroteos, el sigilo o el sistema de progresión y "crafteo", y se echa en falta más personalidad en estos aspectos. En cambio, sí que hay algunas ideas interesantes y relativamente originales en su fórmula, como la divertida motocicleta, las espectaculares hordas de engendros o la manera de estructurar las misiones, con lo que han intentado hacer algo diferente.
Los tiroteos funcionan bien, sin más, con una variedad de armas y explosivos razonable, incluidas armas para el combate cuerpo a cuerpo, y un buen control, que hace que sea satisfactorio disparar y combatir, ya sea contra enemigos humanos o infectados. Y lo mismo ocurre con el sigilo, agacharte y esconderte entre las coberturas y la hierba para que no te vean, tener cuidado también de que no te escuchen, y teniendo en cuenta algunas circunstancias que pueden jugar a tu favor, como la oscuridad de la noche o la lluvia.
Las posibilidades del sigilo y el combate se van ampliando con el paso de las horas con nuevas armas y habilidades, como una muy importante llamada ‘concentración’, que nos permite ralentizar el tiempo a lo Max Payne y dar certeros disparos a la cabeza. Según cumplimos misiones y eliminamos enemigos obtenemos puntos de experiencia, con los que desbloquear habilidades en tres árboles distintos, en los que no hay demasiadas opciones. Es muy importante recoger recursos como munición y elementos de fabricación para crear explosivos o botiquines, así como chatarra para reparar la moto y las armas, por lo que vais a pasar muchas horas pillando basura de los escenarios.
Tanto por sus tiroteos como por el sigilo, y la manera en la que estos se usan, teniendo que asaltar decenas de campamentos enemigos a lo largo de la aventura, e incluso pudiendo marcar a los enemigos con unos prismáticos, nos ha recordado mucho a la saga Far Cry, para que os hagáis una idea bastante aproximada de lo que ofrece. Estas y otras mecánicas os van a recordar a multitud de juegos de los últimos años, incluida la ya clásica visión de detective o supervivencia para seguir rastros, buscar pistas y detectar los objetos que podemos recoger, así como ver a los enemigos a través de las paredes, una mecánica que la verdad ya nos cansa un poco.
Es una pena que la correcta base jugable se vea empañada en muchas ocasiones por una inteligencia artificial de los enemigos muy deficiente. Y sí, el listón está muy bajo en esta generación, pero cuando la IA es tan floja como en este caso se hace notar, y los enemigos tienen unos comportamientos erráticos y muy simplones que ensombrecen los tiroteos, e incluso el sigilo, ya que ni siquiera se asustan al ver los cadáveres de sus compañeros, y es demasiado fácil darles esquinazo y sorprenderles por la espalda, ya sean zombis o humanos.
Las espectaculares hordas de zombis
Days Gone se presentó en el 2017 con una espectacular demostración en la que nos mostraban al protagonista huyendo de una horda de cientos de zombis, en lo que parecía una de las mayores bazas del juego, de las más originales al menos. Y sí, las hordas están ahí, son más o menos numerosas e impresionan, es muy divertido y tenso enfrentarte a ellas, teniendo que idear una estrategia colocando explosivos y utilizando elementos de los escenarios a nuestro favor.
Pero nos ha resultado curioso que siendo uno de sus elementos más originales y diferenciadores con otros juegos de zombis o infectados, no hayan sabido darles el protagonismo que se merecen, siendo demasiado opcionales y secundarias durante la mayor parte de la aventura, y no teniendo grandes incentivos o recompensas por enfrentarte a ellas, siendo más aconsejable huir y no derrochar recursos.
Nada te impide enfrentarte a las hordas desde el principio de la aventura, pero ni te ves preparado para ello ni sabes para qué sirve, y en nuestra partida no fue hasta pasadas 30 horas cuando llegamos la momento en las que estas cobran su protagonismo, te explican cómo luchar contra ellas y te obligan a derrotar unas tres o cuatro para acabar la historia. Da la sensación de que han tenido miedo de que fueran un reto demasiado difícil, y lo han dejado como algo bastante opcional y secundario, que no han sabido encajar bien en el desarrollo de la aventura. Es una pena, porque es uno de los pocos elementos originales del juego, y pasa más desapercibido de lo que debería, dando todo el protagonismo a asaltar decenas de campamentos enemigos clónicos y repetitivos, algo que está muy visto.
Nuestra fiel compañera la motocicleta
Junto a las hordas, la moto de Deacon es uno de los aspectos más satisfactorios de todo el juego, es muy divertido conducirla, se controla genial y tiene un cierto toque de gestión a la hora de tener que estar pendiente del combustible y tener cuidado de no quedarte tirado a medio camino, o de recoger chatarra para repararla si la castigas con continuos golpes.
También podemos ir mejorándola para que sea más veloz y resistente, o aumentar el tamaño del depósito de combustible, y también podemos personalizarla visualmente, cambiando su pintura o añadiendo ciertos adornos. Sirve como punto de guardado rápido, lo que es una buena idea, y es interesante cómo vas aprendiendo a no alejarte nunca demasiado de ella, o a colocarla en lugares estratégicos por si te toca salir huyendo.
Cuando estamos estamos conduciendo no somos invencibles, hay animales que se pueden abalanzar y tirarnos, nos encontramos con trampas por el camino como cables de acero o francotiradores encaramados a los árboles que nos pueden atacar en cualquier momento, y también hay persecuciones en las que tenemos que acosar y derribar a otros moteros, aunque estos momentos no están demasiado bien resueltos, son menos apasionantes de lo que deberían.
Una estructura de misiones peculiar
Con la manera de presentarnos los contenidos y organizarlos han intentando algo nuevo, que va a generar muchos opiniones enfrentadas. No tenemos la típica lista de misiones principales y secundarias, sino que son una serie de tramas llamadas 'historias', en las que según cumplimos objetivos se van completando, subiendo un porcentaje.
Este sistema de organizar los contenidos en las primeras hora genera más confusión que otra cosa, por momentos no sabes si estás haciendo misiones principales o secundarias, y se acaban abriendo tantas tramas que es un tanto lioso, aunque por suerte el mapa del mundo es claro y meridiano, y te muestra perfectamente dónde están los diferentes contenidos y objetivos. Puede gustar más o menos este sistema, pero resulta fresco y al menos han intentado hacer algo distinto a la hora de organizar las misiones de un sandbox. Por cierto, el tamaño del mundo nos ha parecido el adecuado, ni demasiado grande ni demasiado pequeño, y apuestan más por la densidad que por la extensión, lo que nos parece un acierto.
Tenemos las misiones que hacen avanzar la historia, las secundarias que nos permiten obtener dinero, experiencia y mejorar los campamentos para desbloquear más equipo, hay multitud de coleccionables, un buen puñado de campamentos enemigos, los interesantes puestos Nero, que son un pequeño puzle en sí mismo y nos permiten aumentar la salud, la resistencia y la concentración, las 40 hordas de engendros, de tamaño variable, y también hay multitud de inesperados eventos aleatorios que nos podemos encontrar en cualquier lugar del mundo, como emboscadas o civiles que tenemos que ayudar. En definitiva, los clásicos contenidos que se pueden encontrar en un sandbox, algo en lo que quizás hemos echado de menos un poquito más de originalidad.
Uno de los mayores problemas del juego es que su diseño de misiones no es demasiado brillante ni sorprendente, tampoco los scripts o situaciones que ocurren en ellos son impactantes o memorables, y al final el desarrollo se acaba haciendo bastante tedioso y repetitivo, con un montón de misiones parecidas entre sí, casi imposibles de distinguir. ¿Recordáis esas tediosas misiones de los Assassin's Creed de seguir a un personaje escuchando una conversación, que finalmente quitaron de la saga por las quejas de los fans? Pues hay unas cuantas aquí, algo que no entendemos, cuando tantos jugadores han demostrado su descontento por ese diseño de misión en concreto.
Y volviendo a lo que decíamos al principio, con las mismas mecánicas e historia, pero con una duración entorno a las 20 horas en vez de a las 40, sería un juego mucho mejor, como demostró sin ir demasiado lejos el reciente Spider-Man de PS4. Ese exceso de ambición, de querer ser muy grande y largo, se acaba volviendo en su contra de una manera sorprendente, estirando la historia hasta que pierde toda su intensidad, con misiones muy repetitivas y poco inspiradas.
Que su historia fuera más al grano no quiere decir que fuera un juego necesariamente más pequeño, ya que tiene un montón de contenidos secundarios, coleccionables y las divertidas hordas, y deberían haber ofrecido una trama más intensa y redonda y con unas misiones principales más cuidadas y memorables, y que luego el jugador se entretuviera en su mundo tanto tiempo como quisiera, aunque incentivando de una manera inteligente el afrontar los contenidos opcionales, más allá de completar una 'lista de la compra' de objetivos o hacerse con todos los trofeos. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con los campamentos, sus mejoras y gestión, se podía haber hecho mucho mejor, es demasiado simple.
De todas maneras, pese a sus evidentes carencias y problemas, si te gustan los juegos de mundo abierto los vas a devorar y te va a entretener bastante, pero tenía potencial para haber sido mucho mejor, y estamos seguros que si tienen la oportunidad de hacer una secuela habrán aprendido de estos errores.
Una ambientación espectacular, aunque con algunos defecto visuales
Como en otros aspectos que ya hemos comentado, visual y técnicamente Days Gone también tiene altibajos, con detalles realmente buenos, como su ambientación, que nos ha parecido simplemente espectacular, o el logro técnico de poner cientos de engendros a la vez en pantalla sin que el juego se rompa.
Pero junto a esto, las animaciones, aunque para nada son malas, no están al mismo nivel de las mayores superproducciones del mercado, al igual que las caras y expresiones faciales de los personajes, en ocasiones muy buenas, en otras no tanto. Lo que sí es más negativo es que hemos experimentado todo tipo de bugs y glitches visuales, aunque hay que dejar claro que la mayor parte de ellos antes del enorme parche de más 20 GB que salió unos días, que ha mejorado las cosas, pero no las ha solucionado del todo.
Por ejemplo, cuando te mueves a toda velocidad con la motocicleta, a veces se le atraganta el mundo abierto y se producen microparones de imagen, hay ciertas ralentizaciones en momentos puntuales, y hay algún detalle cutre, como que la linterna sea un objeto invisible, un haz de luz que sale de la nada. Pero aunque estos fallos visuales son evidentes y están ahí, tenemos que remarcar que realmente tampoco son nada que nos haya amargado la experiencia jugable, que es lo más importante.
Porque visualmente nos ha parecido uno de los mundos más bonitos que hemos visto en esta generación, que es sin duda lo más positivo de su apartado gráfico. La buena dirección de arte junto con una gran iluminación consiguen imágenes con mucha fuerza, y los efectos climáticos como la lluvia y la nieve en tiempo real le ponen la guinda a un juego realmente vistoso, más allá de sus fallos o carencias técnicas, que las tiene, y que imaginamos se seguirán puliendo en los próximos días y semanas a base de parches, ya que esta misma mañana se ha lanzado una nueva actualización de 13 GB.
El sonido, como en todas las producciones de Sony, está muy cuidado, con una correcta banda sonora que no suele tener demasiado protagonismo ya que se lo cede a los efectos de sonido, muy buenos, junto a un doblaje al castellano bastante meritorio, una marca de la casa. Especialmente la voz del protagonista es muy acertada, a cargo del conocido actor de doblaje Claudio Serrano, la voz de Batman en España. Otros personajes secundarios no están a la misma altura, pero en general es un buen trabajo.
Un buen juego de mundo abierto, con todas las virtudes y los pecados del género
Days Gone es una aventura de mundo abierto muy entretenida y con una gran ambientación que sabe enganchar con una historia interesante, con unos tensos y divertidos enfrentamientos contra los engendros, así como unos satisfactorios paseos en motocicleta por sus bellos parajes. Es una pena que en el proceso cometa muchos de los fallos más habituales de los sandbox, como la repetitividad de los contenidos, una duración alargada artificialmente y un diseño de misiones un tanto pobre, junto a la deficiente inteligencia de los enemigos y el caer en muchos de los convencionalismos del género, lo que hace que no resulte todo lo fresco que debería y que podría haber sido.
En cualquier caso, si te atrae lo que propone te a va a entretener durante un buen puñado de horas, y tiene potencial para convertirse en una saga y un interesante punto de partida para Bend Studio, con el que seguir creciendo y poder hacer mejor las cosas en el futuro, ya que quizás han pecado de ambiciosos con este proyecto, que les ha venido un pelín grande. Lo han dado todo eso sí, y pese a sus carencias se nota el gran esfuerzo y la dedicación del estudio, algo que el jugador siempre agradece, en una aventura con multitud de fallos pero no pocas virtudes.
Hemos realizado este análisis en una PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Sony.