Análisis Apollo Justice Ace Attorney Trilogy: Un recopilatorio ejemplar con el mismo pecado que su predecesor (PS4, Switch, Xbox One, PC)
Hace casi cinco años Capcom reavivó su saga de novelas visuales judiciales con un recopilatorio remasterizado de las primeras aventuras lanzadas originalmente en Game Boy Advance. Phoenix Wright: Ace Attorney Trilogy llevó a las plataformas actuales tres títulos imperdibles del género, y dos años después trajo a Occidente por primera vez el dúo de spin-off The Great Ace Attorney Chronicles. El 25 de enero este trabajo de preservación continúa con Apollo Justice: Ace Attorney Trilogy para PC, Switch, PS4 y Xbox One, un paquete que aglutina la cuarta, quinta y sexta entrega, junto a sus contenidos adicionales y numerosos extras, en una remasterización ejemplar que comete el mismo pecado que los dos anteriores títulos: no están traducidos al español.
Los Ace Attorney son novelas visuales que están entre las mejores de su clase. Son comedias judiciales que nos hacen investigar, entrevistar y deducir, convirtiéndonos en una suerte de abogado superheroico, mientras nos reímos, nos emocionamos, nos encariñamos con sus personajes y nos sentimos superinteligentes cuando llegamos a las conclusiones correctas en casos que siempre parecen imposibles. Son títulos brillantes por motivos narrativos y mecánicos, pero también por algo más intangible que surge de la combinación de la originalidad, del exceder las expectativas y de abrazar el mamarracheo.
Una segunda trilogía con muchas novedades mecánicas
Con Apollo Justice: Ace Attorney se inicia una nueva trilogía. Es recomendable pasar por el anterior trío de títulos para entrar de manera más orgánica en la propuesta jugable, y sobre todo, para conectar de manera más personal con algunos de los dramas que se exponen y con algunos de los personajes que vuelven, pero tampoco es una mala opción comenzar por aquí si tenéis acceso a este recopilatorio y no al anterior. Al fin y al cabo, nos ponemos en la piel de Apollo, un abogado novato que se ve envuelto en un complejo caso en el que está implicado el protagonista de los juegos previos, Phoenix Wright, quien se vio obligado a dejar su oficio siete años antes.
Así, a través de ese juego para Nintendo DS publicado en 2007, sus secuelas publicadas para 3DS en 2013 (Phoenix Wright: Ace Attorney - Dual Destinies) y 2016 (Phoenix Wright: Ace Attorney - Spirit of Justice), y sendos capítulos adicionales para estos dos últimos, se narra una trama que abraza a la vez que subvierte las historias de tribunales, mezclando el misterio con los pies en la tierra con ciertos elementos fantásticos, los dramas humanos con los personajes estrafalarios (desde fiscales rockeros a acusados magos), y los diálogos aparentemente ligeros y cómicos con una estructura que sorprende por cómo conecta los interrogantes de los varios casos que se incluyen cada juego, y los propios casos entre sí.
En lo jugable esto toma la forma de una aventura narrativa de investigación y deducción que habitualmente se compone de dos partes: la investigación propiamente dicha, donde se desarrolla el misterio y se acumulan pruebas, y los juicios en los que, más que defender a nuestro cliente, el objetivo es llegar a la verdad encontrando discrepancias en las declaraciones de los testigos. Así, en las primeras secciones charlamos con los personajes de las distintas localizaciones que podemos visitar en cada caso, estudiamos esos escenarios en busca de objetos como si se tratara de una aventura point and click, los analizamos para identificar posibles pruebas, mostramos objetos a los personajes para que reaccionen ante ellos y se desbloqueen nuevos diálogos, y en ocasiones contadas utilizamos herramientas forenses y otros utensilios que toman la forma de minijuegos sencillos, y que sirven para refrescar la experiencia.
En los tribunales, la apuesta se intensifica por la presencia de una barra de vida. Aquí escuchamos los testimonios de los testigos, y posteriormente pasamos a la fase de contrainterrogatorio, donde debemos detectar las posibles contradicciones o falsedades, presentando las pruebas apropiadas, de cada una de las líneas de diálogo de su testimonio. Si presentamos una prueba errónea, se nos resta parte de la barra de vida, aunque si nos quedamos a cero podemos repetir desde esa misma escena. El problema es que algunas deducciones a las que debemos llegar son demasiado enrevesadas, lo que en ocasiones nos lleva a probar cosas al tuntún, algo poco satisfactorio que se percibe como injusto.
Por suerte, en el menú del recopilatorio hay un modo Historia que cambia la función del botón que permite pasar los textos automáticamente por otra opción que juega automáticamente, y que podemos activar y desactivar en cualquier momento; eso sí, al hacerlo se pierde la posibilidad de conseguir ciertos trofeos o logros. Pero no acaba ahí la cosa: en cada uno de los tres juegos, y a lo largo del transcurso de los mismos, se van introduciendo nuevas mecánicas tanto para las secciones de investigación como para las fases en los tribunales; nuevas maneras de identificar si los personajes ocultan algo y de llegar a deducciones.
No todos estos sistemas jugables están tan bien integrados en la base mecánica, aunque ninguno llega a desentonar por el tono relativamente fantasioso de los juegos, de igual manera que no todos los casos son tan atractivos como otros, ni todos los títulos comparten el mismo nivel de brillantez. Sin embargo, esto apenas es una nota a pie de página de una trilogía que encandila con un plantel de personajes entrañable con unos diseños maravillosos y unas animaciones descacharrantes; con un guion siempre notable y a veces excelente que destaca incluso en el ritmo en el que se suceden las líneas en la caja de texto; con una banda sonora con muchísima personalidad a pesar de que puede resultar machacona; y que a lo largo de las más de 90 horas del recopilatorio es capaz de mezclar chistes sobre bragas con reflexiones profundas sobre el sistema judicial.
Un gran recopilatorio donde pesa la falta de traducción
El trabajo de adaptación a las plataformas modernas es más que correcto. Es comprensible que las secciones en las que los juegos originales utilizaban la pantalla táctil (la versión para Switch sí permite utilizarla) y el micrófono se hayan sustituido por controles con botones y cursor, menos estimulante. Los tres títulos están disponibles desde el principio, y se pueden comenzar desde el capítulo que se prefiera. Está la opción para cambiar el fondo de la pantalla de título de cada uno de los juegos, así como la música que se reproduce de fondo.
Dejando de lado el Modo Historia antes mencionado y la posibilidad de revisar el historial de diálogos en la primera entrega de la trilogía, una de las mejores novedades está en la renovación gráfica de Apollo Justice: Ace Attorney, cuyos diseños bidimensionales de los personajes lucen genial en un televisor grande. De hecho, bastante mejor que los modelos tridimensionales que se usaron en sus secuelas, que también han sido adaptados a las pantallas de alta resolución junto a los escenarios, las secuencias animadas y las escenificaciones tridimensionales de algunos casos. El gran punto negativo está, como avanzamos al principio, en la ausencia de textos en español (que en Apollo Justice ya estaban) cuando el título se publica en siete idiomas; por cierto, la traducción al inglés de Dual Destinies procede de la versión de móviles, que mejoró la original de 3DS.
En el lado opuesto de la balanza tenemos una cantidad de extras genial que hará las delicias de los aficionados. Hay una galería de vídeos y una librería de arte que no para de crecer conforme completamos casos con ilustraciones, bocetos, el prólogo anime de Spirit of Justice e incluso trabajos completamente nuevos creados para la ocasión. En los juegos en 3D podemos utilizar trajes para los personajes, y existe una sala de conciertos para escuchar más de 170 pistas musicales (entre ellas arreglos orquestales inéditos) acompañados por los personajes de la serie en formato chibi. Lo más alucinante, aunque también más de nicho, es un estudio de animación que, con ciertas limitaciones, permite recrear o crear escenas con los personajes tridimensionales, incluso utilizando fondos en verde o en negro: los elementos perfectos para convertirse en un generador de memes (como, por otro lado, ya lo es la saga por sus propios diálogos).
Conclusión
Es una lástima que Capcom haya desistido de traducir al español estos títulos tan queridos y tan importantes para su género, pero por lo demás es un recopilatorio que solo se puede alabar. La labor de remasterización en lo visual, lo sonoro y en los leves retoques jugables es la justa para adaptar las obras a las plataformas y a las audiencias modernas, pero es en los extras donde se demuestra el cariño que la firma japonesa ha puesto en un recopilatorio que tiene como objetivo principal la preservación de juegos imprescindibles para los aficionados a los videojuegos de investigación y deducción. Un trabajo que esperamos que continúe, ojalá prestando atención al público hispanoparlante, con las entregas que aún están atrapadas en consolas antiguas y en tiendas digitales desaparecidas. Todo de cara a un resurgimiento de la serie que parece más cercano que nunca.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para PlayStation 4 facilitado por Plaion.