Análisis de Red Dead Redemption (PS3, Xbox 360)
Rockstar lleva la fórmula GTA al salvaje oeste con excelentes resultados.
Pablo Grandío ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9
SONIDO
9.5
NOTA
9.7
DIVERSIÓN
10
JUGABILIDAD
10
Análisis de versiones PS3 y Xbox 360.
Red Dead Redemption llega con una enorme expectación, y no es para menos. La fórmula GTA se ha intentado copiar numerosas veces, con dispares resultados, pero este "GTA del oeste" viene de la propia Rockstar, creadores de Grand Theft Auto, y eso es un aval y un pedigrí. Tras un largo tiempo de desarrollo, llega al final la secuela de Red Dead Revolver, aquel título iniciado por Capcom, luego cancelado y finalmente repescado por Rockstar. No fue ninguna obra maestra, pero sí un juego bastante resultón, que ahora se adapta completamente al género del mundo abierto o "sandbox" para ofrecer una continuación de las aventuras de John Marston en el salvaje oeste... aunque ya no tan salvaje.
Tan iconizada por las películas de vaqueros clásicas, y luego por los spaghetti western, la época de la conquista del oeste comenzó poco antes de la Guerra Civil americana, y terminó paulatinamente, a medida que la civilización se fue imponiendo en esos yermos al este de California, y convirtiéndolos en las pujantes ciudades que son ahora. Pero la mayoría de las películas del género (hay excepciones como El Último Hombre, de Bruce Willis) y la visión general que se tiene de esa época y "mitología" no repara en que hacia su final, mientras en Arizona, Nuevo México y demás estados del suroeste todavía había forasteros, forajidos y tiroteos, el resto de Estados Unidos ya tenía coches y luz, y el país ya era el más económicamente avanzado del mundo. Es en esta época en la que se ambienta Red Dead Redemption, unos años después que el original; el ferrocarril está en todas partes, comienzan a verse coches y la mayoría de los ranchos ya cuentan con luz eléctrica, pero el viejo código del Oeste, y sus viejas costumbres, siguen presentes. John Marston está siendo testigo, y actor, del fin de su época.
Esta ambientación de principios del siglo XX permite a la historia y la atmósfera del juego la mezcla de conceptos y ambientes, que casi nunca se tocan en las películas del Oeste, pero que sin duda sucedieron. Hay caballos y cabalgatas, pero ya existen los coches; hay fogatas, pero las casas tienen luz, y hay prisa por civilizar las pocas tierras sin ley que quedan, porque el resto del país ya está en otra liga. Aunque la cercanía de la frontera con México, donde también viviremos aventuras (un tercio del mapa es en México), permite que entre en juego la relación con los vecinos, al borde de la revolución, aparte de otros "actores" clásicos del oeste, como las bandas de forajidos, los indios o los sheriffs. Y la creciente presencia del gobierno en unas tierras hasta ahora poco menos que dejadas de la mano de Dios.
Ésta ambientación de "choque de culturas" es uno de los grandes aciertos del juego, y permite que la historia se aleje un poco de las temáticas del cine de vaqueros para ofrecer esta otra visión, la del fin de una época. Aún así, el videojuego está plagado de homenajes a todo tipo de películas, de momentos que nos recordarán a los clásicos del western y, por el carácter de los personajes, sobre todo a la trilogía de Sergio Leone y Clint Eastwood. Del mismo modo que los GTA parodían una serie de clichés del cine de mafiosos y bandas, pero intentando al mismo tiempo ofrecer una historia coherente e interesante, Red Dead Redemption hace lo mismo con las películas de vaqueros, pero aquí no hay tanto sentido del humor como en Liberty City. John Marston es un tío verdaderamente duro, y la gente del oeste está curtida en mil batallas; y muchos tienen cuentas pendientes con nuestro protagonista.
Red Dead Redemption es, por lo tanto, un GTA del oeste, pero muy bien hecho. No se han dedicado a hacer un clon de su superventas ambientado cien años antes, sino que han reinventado la fórmula para que encaje como anillo al dedo en la ambientación, y cambiado ciertas partes de la jugabilidad para aprovecharse de las nuevas posibilidades que ofrece. La estructura de misiones es similar a la de GTA, ofreciéndonos el juego un mapeado abierto, completamente libre para el jugador, donde la historia va avanzando y a medida que lo hace entablamos relación con nuevos personajes u organizaciones que nos van encargando misiones, teniendo generalmente varios sitios a los que ir, en el orden que queramos, pero con una historia que va avanzando a medida que terminamos diferentes "líneas de misiones" y comenzando otras, mientras vamos ampliando nuestras miras y visitando otros lugares desde nuestro comienzo en el rancho de MacFarlane, la amable señora que nos rescata y que hace que comience la epopeya de Marston.
La extensión del mapeado es enorme y mayoritariamente rural, lo que da al juego una sensación de libertad mucho mayor que los otros "sandbox", una sensación parecida a la que sentíamos en las áreas rurales de GTA: San Andreas. Pero aquí la mayoría del mapeado es tierra de nadie, enormes llanuras, estepas o desiertos donde vivir aventuras, sitios inhóspitos donde lo más amable que podemos encontrar son buitres volando en círculo esperando a que el forajido de turno nos liquide para darse un festín. Este carácter abierto del mapeado se aprovecha en las misiones, y hace que nuestro caballo y la mecánica a la hora de cabalgar con él cobre un papel mucho más importante que el de los coches en los GTA.
Si uno de los aciertos de GTA IV fue integrar un control de los coches más realista, que exigiese cierto esfuerzo para el jugador, en Red Dead Redemption cabalgar también cuesta algo de trabajo y aprendizaje. Nuestro caballo tiene, de hecho, un vínculo con nosotros, y podremos llamarlo silbando (algo que está realmente bien), y a la hora de cabalgar con él tendremos que tener en cuenta lo cansado que está para acelerar y para mantener una velocidad.
Con un botón aumentamos el trote de nuestro caballo, y manteniéndolo pulsado mantendremos la velocidad, pero es difícil encontrar el equilibrio en el que aprovechamos la velocidad punta de nuestro caballo pero éste no se cansa, por lo que a la hora de cabalgar, aparte de seguir los sinuosos caminos del viejo oeste y procurar no chocar con obstáculos, tendremos que echar un vistazo a la barra de energía de nuestro corcel sin dejar de aprovechar su velocidad, sobre todo cuando tengamos prisa porque estamos persiguiendo a otro jinete. Si nuestro caballo se cansa nos tirará al suelo, y eso es muy humillante. Pero a medida que vayamos familiarizándonos con nuestro caballo, o domándolo, el vínculo de Marston con él se irá haciendo más fuerte, y el caballo será mucho más rápido, resistente y leal.
Pero el mundo abierto de Red Dead Redemption no solo sirve para cabalgar, porque de igual modo que está vacío de civilización, está lleno de pequeñas sorpresas, especialmente si nos alejamos de los caminos. Aparte de decenas de misiones secundarias que surgirán y que nos llevarán varias horas, hay numerosos encuentros al azar con forajidos, gente de todo tipo, animales que cazar, manadas de caballos salvajes que domar y un largo etcétera de situaciones que el juego nos propone para dotar de algo más de coherencia y realismo al mundo del juego, y que en muchas ocasiones nos harán distraernos del objetivo de la misión, o del destino al que íbamos, para empaparnos algo más del mundo del juego y perdernos en el salvaje oeste. Aparte de los minijuegos de cartas y azar que encontraremos en los salones, y los inevitables duelos que acarrearán.
Red Dead Redemption va por lo tanto mucho más allá de la historia, y quizás en este sentido ofrezca más cosas que hacer que GTA IV, porque tiene más variedad tanto en las misiones principales como en las secundarias y, por lo amplio y vasto del terreno, todo está mucho más encontrable, aunque a algunas cosas lleguemos por puro azar. Pero aparte, el juego ofrece una serie de facilidades para evitar que al jugador le ocurra lo que tantas veces ocurre con GTA: quedarse atrancado en una misión que no logra superar, o aburrirse de recorrer kilómetros y kilómetros y dejar el juego abandonado "para terminarlo más adelante", una autopromesa que casi siempre se olvida para pasar a otra cosa -o juego-. Rockstar es consciente de estas cosas que pasan con los GTA, y en Red Dead Redemption se ha asegurado de ofrecer facilidades al jugador con poca paciencia o poco tiempo libre. Las misiones cuentan con puntos de control intermedios, y muy generosos, haciendo que si fracasamos no tengamos que comenzarlas desde el principio; también nos permite con mucha frecuencia saltar trayectos largos entre ciudades o puntos de interés del mapa y hacerlos de forma automática, para no perder tiempo, aunque perdiéndonos la cantidad de situaciones al azar que plantean los trayectos por el mundo del juego.
Pero sin duda la mayor novedad en este sentido, algo que hará que los puristas del videojuego se tiren de los pelos, es que si no logramos pasarnos una misión tras numerosos intentos, el juego nos ofrecerá simplemente saltarla. Este bache que ha impedido que mucha gente se termine algún GTA, por resultarles imposible una misión, se puede saltar en Red Dead Redemption. Así de sencillo, la historia continúa y el jugador no se ha quedado frustrado atrancado en ese tiroteo, o complejísima misión, que no es capaz de superar. El cliente -en este caso el usuario- siempre tiene razón, y si no puede pasarse una misión por lo que sea, hay que dejarle disfrutar del resto del juego. Un acierto enorme que probablemente haga que muchos se terminen el juego.
En lo jugable, aparte de cabalgar, el juego enfatiza mucho los tiroteos, el estereotipo por antonomasia de los western. El sistema de disparo es muy similar al de GTA IV, y de hecho tenemos un sistema de coberturas que han evolucionado, permitiéndonos saltar coberturas, abalanzarnos sobre otras, etc... para que así los tiroteos y las misiones de incursión ofrezcan más posibilidades y situaciones. Pero se añade un extra para los tiroteos, el "Dead Eye", que es una mezcla entre el tiempo bala y el sistema de marcado de objetivos visto en el último Splinter Cell. El tiempo se ralentiza y, en esos segundos, tendremos que marcar el blanco en los enemigos, sucediéndose luego el tiroteo a toda velocidad, como si fuese la escena final de Sin Perdón, o esos tiroteos rápidos en los que el vaquero saca su revolver y se carga a tres más lentos que él en un santiamén. La salud ya no tiene una barra sino que, como en todos los juegos de acción hoy en día, se indica visualmente en la pantalla, recuperándose tras unos segundos, una vez que vemos que la pantalla está tiñéndose de sangre y nos ponemos a cubierto.
El sistema de tiroteos y coberturas se complementa con un amplio arsenal de armas y, sobre todo, con un sistema de reputación y fama en el salvaje oeste que le da a Red Dead Redemption un ligero toque de juego de rol. El sistema está simplificado con respecto al de otros GTAs, y se nota mucho más a la hora de actuar. Por una parte tenemos fama, que se incrementa según nuestras acciones, y por otra iremos teniendo más o menos honor, lo que hará que los personajes del juego reaccionen de forma diferente. Si somos un reputado bandido, la gente de bien nos rechazará mientras que los forajidos y la mala calaña nos tratará como a un compadre. Si es justo lo contrario, si tenemos fama de justiciero, recibiremos los vítores del pueblo, pero los malos nos tratarán con desconfianza o con abierta hostilidad.
Al mismo tiempo, obviamente en el Oeste no hay policía por lo que no nos perseguirá por las estepas, pero las autoridades pondrán precio a nuestra cabeza y nos perseguirán para cobrar la recompensa. Si estamos en busca y captura, recibiremos el rechazo de tiendas, salones y otros locales, haciéndonos la vida más difícil pero, en la fórmula GTA, nuestro estado de busca y captura desaparece cuando nos maten o nos encarcelen, aunque el sistema de honor y reputación se mantiene e irá cambiando hacia un lado u otro, como en los Fable, según la calidad moral de nuestras acciones. En este sentido, mientras que las misiones principales del juego no nos ofrecen muchas alternativas, la enorme cantidad de actividades secundarias y opcionales sí nos permiten dejar nuestro toque de calidad heroíca o comportarnos como un hijo de mil padres.
Finalmente, y poniendo la guinda a lo que es una de las mejores experiencias para un solo jugador de los últimos meses, Red Dead Revolver ofrece un multijugador muy interesante. Quizás no se convertirá en uno de esos que te roban la vida social, como el de los juegos en primera persona, pero sí tiene tanta calidad como el visto en GTA IV, y además Rockstar ha tomado buena nota de lo que ha gustado más o menos de este último para ofrecer un estilo y unos modos de juego que aprovechen la ambientación. Aparte de los clásicos deathmatch y sus variedades, incluyendo una curiosa adaptación de capturar la bandera, contamos con un modo de exploración libre, y en las próximas semanas se lanzarán gratuitamente las primeras misiones cooperativas del juego.
Quizás la parte en la que Red Dead Redemption destaque menos sean los gráficos. Aunque visualmente es toda una preciosidad, como ocurre en muchos otros juegos el largo tiempo de desarrollo ha pasado factura aquí y allá, pero donde se nota más es en las expresiones faciales de los personajes, competentes pero lejos de las vistas en otras superproducciones actuales. Por lo demás, el motor gráfico funciona a la perfección, especialmente el motor de físicas, que usa el sistema Euphoria (que usan otros títulos como Star Wars: El Poder de la Fuerza) para representar las animaciones de los personajes, y que funciona especialmente bien, como es de esperar, cuando reciben un impacto de bala.
Por lo demás, el modelado de los caballos y su extraordinario repertorio de movimientos destacan, así como el cuidadísimo diseño de todo el mundo del juego, tanto a nivel artístico como a nivel de variedad. Todo es el salvaje oeste, todo "sabe" a Western, pero al mismo tiempo no resulta monótono porque hay a suficiente variedad de entornos, de personajes, de vestimentas. Y sin duda, el paso del tiempo durante el juego, en combinación con los cielos despejados del salvaje oeste, nos permitirán ver los atardecer y amaneceres más impresionantes nunca vistos en un videojuego.
El apartado sonoro vuelve a tener un "lunar" en la faceta del doblaje. Al igual que los Grand Theft Auto, Red Dead Redemption está íntegramente en inglés; subtítulado al castellano, eso sí, pero en inglés a fin de cuentas, lo que es una lástima porque el doblaje en inglés es espectacular, tanto por la calidad de la interpretación como por el repertorio de acentos, destacando las chocantes diferencias entre los oriundos de esas tierras y los que vienen de fuera. Todo esto, así como algunas sutilezas, se pierden en los subtítulos, que permiten enterarse perfectamente de la historia, pero soñamos con el día en que toda esta riqueza de interpretación, de diálogos y de pequeñas sutilezas se traduzca algún día al castellano, como de hecho ya ha pasado con juegos comparables en volumen de diálogos, como Assassin's Creed 2.
Aún así, toda crítica hacia la ausencia de doblaje queda silenciada, nunca mejor dicho, por la espectacular banda sonora del juego, perfecta en todos los sentidos, y muy evocadora de los trabajos de Ennio Morricone en las películas de Sergio Leone. La primera vez que oigamos la música del juego inevitablemente nos recordará a las de Morricone, pero la duración de la banda sonora de Red Dead es abrumadora y aún manteniendo siempre el mismo estilo, cambia dinámicamente según la situación y en algunas cinemáticas ayuda a lograr clímax comparables a los de la famosa trilogía (Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo).
Puede que Red Dead Redemption no tenga el impacto de un Grand Theft Auto al no suponer una sorpresa ni una revolución en el género, pero es sin duda el mejor juego que ha adaptado esa fórmula, y a muchos usuarios, por el particular carisma de su ambientación y sus personajes, les conquistará completamente. Para todo fan de las películas del oeste, especialmente de las más revisionistas como Sin Perdón o los clásicos del Spaghetti Western, Red Dead Redemption se convertirá inmediatamente en una joya que jugarán durante horas y horas. Rockstar ha cogido la fórmula ganadora de Grand Theft Auto y la ha adaptado al Salvaje Oeste, como se esperaba, pero también ha exprimido todo el jugo que puede dar esa ambientación, adaptado y homenajeado los mitos y los iconos de esa época y las películas sobre ella, combinándolo todo para lograr uno de los mejores juegos del año que, por su carácter único, no tiene rival, y que todo el mundo, salvo quien aborrezca el género, debería probar.
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