Análisis de Prince of Persia PSN (PS3, Xbox 360)
Los usuarios más veteranos de PS3 están de enhorabuena: vuelve Prince of Persia, el clásico que enamoró a los jugones hace más de una década, esta vez, en una nueva versión remasterizada, disponible para su compra en el servicio de juegos descargables de la PlayStation Store tras su lanzamiento un año atrás en la plataforma XBOX360. De hecho, con dicha llegada, otras compañías, tales como Capcom, se animaron a lanzar nuevas versiones en alta definición de sus grandes clásicos de antaño –léase Bionic Commando o el próximo Super Street Fighter II-, para los sistemas de distribución digital de PS3 como de 360, una moda que poco a poco va instaurándose y que agradecen principalmente, los jugadores con más años de experiencia en el mundillo.
Reviviendo un clásico
Con Prince of Persia Classic, sus desarrolladores han querido ofrecer un juego con un aspecto visual adaptado a los tiempos que corren (dentro del marco de los juegos descargables, claro está), pero que mantiene intacta toda la magia del original. A nivel técnico, estamos ante un título magistral en relación a lo que pretende ofrecer. Todo ha sido modelado desde cero, los viejos fondos en dos dimensiones han dejado paso a entornos 3D con texturas de buena calidad y gran variedad de detalles, manteniéndose el desarrollo clásico en scroll lateral. Nuestro protagonista también ha sufrido un completo cambio de look, pasando a tener el físico del príncipe que protagonizó la trilogía de la saga en la anterior generación (compuesta por Las Arenas del Tiempo, El Alma del Guerrero y Las Dos Coronas.
Además, han sido añadidos un par de nuevos movimientos a la lista de piruetas que podemos realizar, herencia directa, al igual que el aspecto del príncipe, de la trilogía anterior, siendo estos la voltereta hacia atrás y la posibilidad de saltar hacia una pared de forma que rebotemos para agarrarnos a un saliente.
De todos modos, hay que señalar que si bien estos nuevos movimientos dotan de mayor espectacularidad la acción, no son imprescindibles ni demasiado útiles en la práctica.
En cuanto al apartado sonoro, la banda sonora es más bien discreta. De hecho, durante los niveles no habrá música, tan solo cuando derrotemos a algún enemigo, bebamos alguna poción, resultemos muertos o finalicemos el nivel escucharemos una determinada melodía, siempre de tintes árabes. Los efectos de sonido en cuanto a la caída de baldosas, ruido de rejas, choques de espadas, etc., están bien conseguidos aunque pueden pecar de ser bastante genéricos. En conjunto este es un aspecto que sin duda podría haber sido mejorado aprovechando la remasterización del título.
La historia es simple, y no contendrá ninguna variación respecto al clásico. Aprovechando la ausencia del sultán, el visir Jaffar realiza una visita a la princesa para pedirle el matrimonio. Ante la negativa de ésta, Jaffar realiza un conjuro uniendo la vida de la princesa a un reloj de arena, de modo que una vez transcurrido el tiempo de una hora que contiene dicho reloj la princesa morirá. La única esperanza de ésta es nuestro protagonista, pero lo que ella no sabe es que él se encuentra encerrado en el fondo del palacio. Así las cosas, la única posibilidad que nos queda es escapar de nuestro encierro, y ascender por los pisos del palacio con el límite fijado en una hora, para poder rescatar a nuestra amada.
Comienza la cuenta atrás
Hay que tener en cuenta algo muy importante que afecta en gran medida al apartado jugable: no solo el príncipe posee una hora para salvar a la princesa, si no que nosotros también nos encontramos ineludiblemente atados a ese límite de tiempo. Así pues, el juego transcurre en tiempo real, por lo que no podremos perdernos demasiado en contemplar los escenarios ni en pensar nuestros movimientos. Los niveles están realizados de forma laberíntica, por lo que será fácil extraviarnos continuamente, aunque para evitar esto, se ha introducido una pequeña novedad que hace que nuestra aventura sea bastante más amena.
Dispondremos de una pequeña mariposa que aparecerá en cada nueva sección a la que accedamos, mostrándonos el camino correcto que escoger, algo que facilita mucho nuestro viaje por el palacio. En nuestro favor contamos con la posibilidad de que si escogemos reiniciar el nivel en lugar de continuar desde un punto de control tras haber muerto, también se reiniciará el tiempo transcurrido, de forma que si iniciamos un nivel con 50 minutos de tiempo restante, y según avancemos vemos que hemos perdido demasiado tiempo, reiniciamos el nivel y mantendremos esos 50 minutos intactos. En cambio, continuar la partida en los puntos de control consume tiempo continuamente, por lo que tendremos que tener bastante cuidado en cada movimiento.
Otra de las cosas que se mantienen invariables es la transición entre zonas. La pantalla solo nos mostrará una pequeña parte del mapeado, y cuando lleguemos a un extremo de la misma, atravesándola, la escena cambiará a la siguiente sección del nivel. Esto puede resultar molesto en determinadas ocasiones, cuando por ejemplo, tras atravesar una sección, tengamos que realizar un salto largo para no caer al vacío. En esta situación, si vamos en carrera, podemos no esperarnos dicho salto y caer inevitablemente a una de las múltiples trampas que pueblan el palacio.
Dichas trampas serán de diverso tipo, como pinchos que aparecen desde el suelo, o guillotinas. Estas últimas son especialmente difíciles de esquivar en algunos momentos, más que nada por la dificultad de verlas en el escenario. Así pues, mientas que los pinchos resultan bastante evidentes por los agujeros del suelo, las guillotinas están más ocultas, y será frecuente ver cortado nuestro progreso repentinamente debido a que una de estas simpáticas trampas nos ha convertido en pasto de los gusanos sin previo aviso.
Esquivando y combatiendo
Como antes hemos dicho, los niveles están construidos de forma laberíntica. Encontraremos continuamente puertas que no podemos abrir, o caminos que conducen a callejones sin salida. Gracias a la mariposa, todo será menos complicado, pero incluso así nos perderemos más de una vez. El objetivo es llegar a la puerta que nos abre el camino al siguiente nivel en el menor tiempo posible, y para ello, tendremos que reiniciar muchas veces las fases para evitar caer en caminos equivocados y hacerlo todo lo más lineal posible. A veces tendremos que usar nuestro ingenio para hallar las salidas, como cuando incuso siguiendo a la mariposa no veamos por donde continuar. Una de las posibilidades de que esto ocurra es que debido al sistema de transición entre secciones, nos encontremos en lo más alto de una sección, y no veamos un saliente al que debemos agarrarnos por encima de nosotros para avanzar.
Durante nuestra travesía también nos encontraremos con diversos enemigos a los que tendremos que derrotar con nuestra espada. Soldados de distinto rango (unos más poderosos que otros), e incluso esqueletos, intentarán impedir nuestro avance. En combate, disponemos de dos acciones, ataque y defensa. Al realizar dicha defensa, el tiempo se ralentizará unos instantes, permitiéndonos ejercer una contra. Sin embargo, esto en muchas ocasiones es complicado ya que si lo hacemos mal, seremos nosotros los que recibamos una contra imposible de bloquear.
Cada enemigo contará con un determinado nivel de vida que se nos mostrará en forma de pociones. Con cada golpe asestado, eliminaremos una poción del enemigo, al igual que él hará lo propio con nosotros. Encontraremos botes escondidos por las fases que nos permitirán recuperar puntos de vida, algunos más grandes que incluso nos añadirán pociones a nuestro contador, haciéndonos más resistentes. Pero también encontraremos otro tipo de pociones extrañas de distinto color que nos causarán efectos bastante contrarios a los esperados (como descendernos el nivel de vida).
Como un buen reserva
Prince of Persia Classic es un gran juego, con sus virtudes y sus defectos. Estamos ante un remozado de un gran clásico, con un impecable lavado de cara en lo referente a los apartados gráfico y artístico que nos presenta unos entornos preciosos, llenos de magia, que conservan todo el aroma de antaño. Sin embargo, este lavado de cara no lo es tal en el apartado jugable, el cual presenta algunos "peros" que pueden mermar la experiencia. La respuesta de los controles no es tan buena como nos gustaría, pasarse un poco con el stick o la cruceta provocará que el príncipe se abalance hacia el vacío sin poder remediarlo. Tras realizar un salto, también podemos sufrir este defecto, ya que si no retiramos el dedo de la palanca inmediatamente, podemos provocar que nuestro protagonista de un pasito hacia delante que puede resultar fatal.
En otras ocasiones, será el botón del salto el que no responda adecuadamente, cayendo inevitablemente. También en los combates podemos tener problemas en la detección de nuestros movimientos, y podemos no realizar los ataques o defensas en el momento adecuado debido a este problema.
En cuanto a los extras, Prince of Persia Classic se muestra como un título muy rejugable. A su ya de por si concepción de arcade de corta duración, se nos unen algunos extras interesantes. Contamos con unos rankings online en los que se cargarán nuestros resultados tras finalizar cada nivel, pudiendo comparar nuestras estadísticas contra jugadores de todo el mundo, lo cual nos incitará a mejorarlas para avanzar posiciones. Junto al modo Normal, contaremos con otros dos modos más de forma desbloqueable: Contrarreloj y Supervivencia. En contrarreloj, el objetivo será también salvar a la princesa en el plazo de una hora, volviendo al comienzo si no lo conseguimos en ese plazo de tiempo. Por su parte, en supervivencia, el objetivo será el más difícil aún: completar el juego antes de 60 minutos sin morir ni una sola vez.
Definitivamente, Prince of Persia Classic se muestra fresco como un buen reserva, manteniendo los valores que en el pasado le convirtieron en uno de los grandes, junto a un nuevo y atractivo aspecto visual adaptado a los tiempos que corren. Cuenta con diversos defectos que pueden mermar su jugabilidad, pero nada que no pueda ser superado por las horas de diversión que el título proporciona. Estamos ante un juego muy recomendable, sobre todo para los más veteranos del mundillo.