Análisis de Tomb Raider Anniversary Edition (PS2, PC)
La aventurera Lara Croft, especialista en aventuras de plataformas con buenas dosis de acción, inició su carrera profesional en el año 1996 en PC, PlayStation y Saturn, sumándose a la lista de heroínas del mundo de los videojuegos, una lista que ha contado con tan honorables representantes como Ms. Pac-Man, Samus Aran o Elvira. Después de múltiples entregas, con algunos altibajos, algún cambio de mano, y otros derroteros, Eidos decidió que conmemorar el décimo aniversario de este personaje que ha conseguido en relativamente poco tiempo alcanzar una fama comparable a la de otros iconos del mundillo con bastante más solera retomando su primer videojuego era una buena idea. De este modo, Tom Raider Anniversary llega once –sí, ha habido un pequeño retraso- años para reformular esa primera aventura.
Por tanto, hay que tener en cuenta que aunque su aspecto ha experimentado un gran cambio, al nutrirse de los últimos avances realizados en el más reciente motor gráfico de la saga, el desarrollo del juego es el mismo al que se ya pudimos disfrutar hace más de una década.
Por supuesto, el control se nota más perfilado con el paso del tiempo, respondiendo de manera más suave y fiable, pero su jugabilidad es la misma que ya conocimos en su momento.
Esto hace, como ante tantos remakes, que el juego tenga una doble vertiente, sino más: en esencia, presentarse, por un lado, a todos los seguidores de la saga como un homenaje, una vuelta a los orígenes, con un envoltorio más actualizado y agradable para los gustos actuales (pues pasamos, prácticamente, del inicio de una generación, a mediados de los 90, al final de otra, con –incluso- todas las nuevas consolas ya en la calle); por otro lado, es una ocasión excelente para quienes no hayan podido disfrutar de este título en su momento y tengan interés en conocer cómo empezó todo. Por supuesto, esto es siempre un arma de doble filo, pues quienes sí lo jugaron encontrarán que resulta falto de novedades, y su jugabilidad no está tan evolucionada como en los títulos que han seguido.
Eso sí, hay que tener claro que eso no significa que el juego sea tosco en su planteamiento, pues, al fin y al cabo, lo cierto es que el salto que se ha dado en estos diez años no es tan palpable en realidad como el que se ha dado en las últimas dos décadas, evidentemente, entre otras razones porque ya estamos hablando de juegos realizados en gráficos poligonales y con unas estructuras asentadas que siguen hoy todavía vigentes. Era un plataformas bien diseñado, consistente, con un buen desarrollo, y todo eso se mantiene, claro, en esta reedición. De hecho, los usuarios más reacios lo serán más por el poco tiempo que hay entre el juego original y el remake que por los eventuales problemas de envejecimiento que podrían desprenderse.
Tomb Raider Anniversary mantiene la estética original y hace un trabajo excelente conservando la ambientación de los diferentes escenarios al tiempo que da el salto de calidad que le permite PlayStation 2 (el juego en PC es virtualmente idéntico) en este momento de su ciclo vital. El foco de atención en su desarrollo, por tanto, vuelven a ser las plataformas, con saltos ajustados, dejando a los enfrentamientos contra los enemigos en un segundo plano. Carece, igualmente, de añadidos que distraigan de la acción o aporten una mayor variedad a ésta, como se ha ido haciendo en otros capítulos de la saga, donde se ha ido dando cabida a varios momentos en los que se introducían momentos de variación en el núcleo jugable. Por supuesto, el otro gran elemento del juego vuelven a ser los puzles, también por encima de los combates. Algunos fáciles y otros retorcidos, aunque claro, esto varía mucho en función de si tenemos el título original fresco en nuestra memoria o no. Todo ello en ambientes con tendencia a un ambiente claustrofóbico, laberíntico, con pasillos estrechos y reminiscencias arcanas.
La gran ventaja del título aquí y ahora es que la detección de colisión es ampliamente superior gracias a la evolución de los entornos tridimensionales, la mayor pericia y experiencia de los programadores y, claro, la superioridad de las máquinas actuales. Esto hace que los movimientos sean más precisos, haya menos saltos fallidos como consecuencia de problemas o limitaciones técnicas, etc. Si le añadimos que hay más puntos de salvado, toda la experiencia de juego resulta, en líneas generales, mucho más asequible y suave, sin que esto implique traicionar la dificultad del juego original. En todo caso, tendremos desde un primer momento varios niveles de dificultad para escoger, por lo que tanto jugadores experimentados como novatos podrán acercarse al título con garantías de disfrutarlo y terminarlo sin más sufrimientos que los que ellos deseen.
Se ha mejorado notablemente también el apartado sonoro. Es cierto que la sensación de soledad que impregna a todo el juego se consigue, principalmente, por una sobresaliente ambientación sonora en la que no hay música ambiental más allá de lo estrictamente necesario, sino una cuidada selección de sonidos, que van tanto desde nuestros pasos sobre diferentes superficies hasta los de los diferentes elementos que haya en la zona. De esta manera, no sólo Lara hace ruido al, por ejemplo, realizar un esfuerzo físico, sino que éste se ve acompañado, por ejemplo, de la fricción de los pies al resbalar, u otros elementos.
El diseño de los niveles es de una gran calidad, como lo era en el original. La combinación de plataformas, combates y puzles aporta un conglomerado de retos en cada sección del juego lleno de elementos. Por su estructura, será esencial investigar los entornos a fondo para ir descubriendo las palancas, interruptores y demás elementos del escenario que poco a poco irán aportando luz a nuestro camino. Quizás al principio estemos un poco perdidos, pero según vamos descubriendo las diferentes reacciones de nuestras acciones a la hora de interactuar con esos objetos y vayamos solventando los diferentes puzles, se nos irá abriendo la ruta hacia el final de la fase.
Por su desarrollo, tendremos que revisitar diferentes secciones de los escenarios pues es altamente posible que nos olvidemos de algún elemento esencial para poder avanzar en la aventura. El juego no pretende guiarnos paso a paso en ningún momento, por lo que su dificultad se ve aumentada al no ofrecer ayuda al jugador en este sentido. No es realmente complejo, eso es cierto, pero al prescindir de ayudas y obligar al jugador a optar en varias ocasiones por una táctica de prueba y error hasta encontrar la solución acertada, esto prolonga su duración al retener un poco nuestro ritmo al avanzar en el juego. Entendemos que esto no sólo es un problema, sino que, de hecho, forma parte esencial de la idiosincrasia del juego, cuando se creó, y en esta nueva versión.
El problema es que, ocasionalmente, estos puzles y este planteamiento en absoluto guiado para unas resoluciones que no siempre son claras y lógicas, pueden llevar al jugador más temperamental a sentirse frustrado por no saber muy bien qué hacer. Y es algo que, claro, no se ve especialmente afectado por escoger un nivel de dificultad u otro. Por suerte, ninguno de los retos que se proponen en esta línea es totalmente oscuro, pero sí aportan algo más de dificultad. Puesto que hoy en día los juegos tienen cierta tendencia a ser cada vez más fáciles y asequibles, incluso en niveles de dificultad elevada, en cierto modo se agradece encontrar algo que puede ser un reto un poco mayor.
Del mismo modo, sigue habiendo saltos que exigen una elevada precisión y temple a la hora de afrontarlos. Como hemos dicho antes, la experiencia es más agradable por un control más refinado y un sistema mucho más eficiente de la detección de colisiones de polígonos (entre otras cosas, Lara no flota en los riscos apoyada sobre sus talones, y la frontera física de las plataformas empieza y acaba coincidiendo con la extensión visual de los polígonos; esto es algo que no siempre se conseguía hace unos años, y todavía hoy nos encontramos con casos de este tipo), pero esto no impide que haya retos ajustados y difíciles en el campo del plataformeo. Algunos de ellos, teniendo que ser superados varias veces, claro.
Lo que menos ha evolucionado, por otro lado, han sido los combates. Lara sigue contando con dos buenas pistolas con las que dar caña a los diferentes bichos que le salgan al paso, pero el sistema no se ha visto tan beneficiado de los años como el aspecto gráfico o los simples saltos, haciendo de los combates el elemento quizás menos atractivo del juego en realidad. Pero como ya hemos dicho anteriormente, Tomb Raider Anniversary, como el original, está mucho más centrado en las plataformas y en los puzles.