Llega a PS2 otra de las licencias basadas en la prolíficas propuestas de héroes de la factoría Marvel. Vivendi nos trae para la gris de Sony un juego que nos pone a los mandos de The Hulk (o La Masa en español), y nos invita a destrozar todo lo que se mueva. ¿Otra licencia echada a perder? Vayamos a verlo.
Todos conocemos de sobra la historia de The Hulk, pero este juego no se centra en cómo llegó a ser el inmenso monstruo que todos conocemos, o sea que nada tiene que ver con la película. Más bien la historia se centra en la lucha directa de Bruce Banner –The Hulk- y El Líder, aunque también nos encontraremos con viejos conocidos como Rampage o Flux.
The Hulk se muestra como un clásico beat’em up. A medida que acabemos con los enemigos iremos avanzando por el escenario hasta encontrarnos de nuevo con más zonas repletas de enemigos.
Gráficos resultones
La verdad es que la primera impresión que nos llevamos al evaluar el engine es bastante desigual. Por un lado los modelados de los personajes no están mal, aunque bien es cierto que no tienen una ingente cantidad poligonal, pero el toque que le han dado con la aplicación del Cel Shading está bastante bien, y se consigue con ello acercarse un poco a sus orígenes en el cómic. El problema viene con los escenarios, que en ocasiones resultan bastante vacíos, carentes de vida, e incluso las texturas se nos antojan algo sosas.
También podríamos hablar del selector de 60 hzs, que brilla por su ausencia. Quizás esto no sea un problema realmente grave, pero sí que puede ser una señal del poco cuidado que suelen dar a los videojuegos que aprovechan licencias. Hablando del modelado de los personajes, tanto de la parte Bruce como de la parte de Hulk, están bastante bien, algo que sobre todo notaremos en las secuencias que con el propio motor del juego nos narran la historia. Pero algo realmente extraño es que los diferentes enemigos que nos atacarán dejarán la apariencia de dibujo animado y tomaran un aspecto bastante poligonal, aunque menos vistoso. También en las secuencias de vídeo se nota un especial cuidado por el detalle, siendo de de gran calidad. Todos los escenarios pueden ser destruidos a base de golpes, algo que dota a las batallas de espectacularidad, pues podremos coger casi cualquier cosa con un tamaño bastante respetable y partirlo en las costillas de quien ose acercarse a nosotros.
Música a la altura
El apartado sonoro viene a mostrarnos una de las mejores caras del juego, pues todas las músicas que sonarán durante la aventura acompañan perfectamente tanto el espíritu frenético del juego como su parte mas calmada en las fases de exploración e infiltración. Los efectos sonoros también rayan a gran altura, pues todo tipo de explosiones, golpes, gritos y demás parafernalia referente a palizas inhumanas están representadas con un gran realismo y sobre todo con buen gusto.
Además, podemos estar de enhorabuena ya que el juego está completamente doblado a nuestro idioma, y así nos enteraremos perfectamente de la trama y de los cómo y porqués del entramado argumental.
¿Preparados para destrozar la ciudad?
Una vez agarremos el mando, notaremos como es un placer la sencillez con la que se desfiguran las caras de los policías, militares y otros monstruos variados que nos querrán atacar. El sistema de ataques se basará en combos de golpes que irán acumulándose una vez recojamos los ítems que dejan los adversarios y llenemos la barra de "furia" con la que nuestro amigo entrará en unos momentos en los cuales podremos elegir entre hacer ataques especiales para acabar con varios enemigos a la vez o bien realizar todo tipo de golpes a una velocidad mayor de la normal. Tenemos cuatro botones: saltar, agarrar, fuerza gamma y golpear, y jugando un poco con ellos podremos realizar bastantes acciones diferentes, como por ejemplo agarrar a un enemigo mientras nos acercamos a un grupo de más gente y acto seguido soltarlo contra ellos, o bien empujar a varios contra barriles explosivos,… pero nada no visto en otros juegos del género, en definitiva.
La variedad es en gran parte culpa de los escenarios, pues éstos dejarán que tomemos muchos de sus elementos como armas arrojadizas (pilares de cemento, grúas, camiones, barriles explosivos y un sinfín de elementos que nos ayudaran en nuestra tarea). Hay que decir también que la cantidad de combos diferentes es de 25, lo que asegura variedad y sobre todo resulta un aliciente para los más duchos en la materia.
También disponemos de una barra con la que con la fuerza gamma podremos atacar enemigos a distancia, teniendo en cuenta, claro está, que su duración es finita. Las animaciones de los personajes no destacan en ningún momento, y algunas como las de los policías, guardias y demás serán bastantes mecánicas, pues incluso algunas serán hasta ridículas.
En la variedad está el gusto
Un gran cambio y algo que aporta un cambio de aires son las fases de exploración en las que pasaremos a dejar reposar nuestra parte verdosa y seremos por unos momentos Bruce Banner. En este tipo de pantallas se nos propondrán misiones de infiltración, las cuales, todo sea dicho, en algunas ocasiones se limitan a pararnos en cierto sitio y esperar a que pasen los vigilantes, mientras que en otras se nos propondrán varios tipos de puzzles, que irán desde ir por ciertos sitio con el sigilo que se puede esperar de pasar entre unos perros que con el mas mínimo de los ruidos pasaran a abalanzarse a nuestras queridas yugulares. Aparte de esto están los puzzles, que irán desde encontrar ciertos tipos de cosas hasta activar botones o completar secuencias de números en un tiempo límite.
Un buen juego
Así es, The Hule resulta ser un buen juego que, a pesar de su alto número de fases, resulta bastante sencillo de completar, y que por la lógica ausencia de un modo para dos jugadores se queda un poco corto en cuanto a duración. En conclusión, el juego de la masa verde no es una obra de arte, pero sí que es una buena manera de saciar la sed de los fans por ver a la masa en su lucha contra The Leader, y sus impresionantes luchas cuerpo a cuerpo. Un juego que sale con el afán de aprovechar el tirón de su homónimo del celuloide y que se presenta como un juego a tener en cuenta por los amantes de los Beat’em ups, pero nada más.