Análisis de Max Payne (PS2)
Pablo Grandío ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
Una conversión de un gran juego de PC
Poco después de la extinción de dinosaurios comenzó Remedy Entertainment, grupo de desarrollo finlandes, a trabajar en Max Payne, un juego de acción para PC potenciado por un engine llamado MAX FX, creado por la propia Remedy y capaz de mostrar un apartado gráfico increíble. El juego salió para PC el pasado mes de Julio en los Estados Unidos y en Agosto en España, colocándose ipso-facto en la cabeza de las listas de ventas de todo el mundo; no en vano, Max Payne había sido la mayor promesa de los últimos años y, al contrario que otros juegos que reciben mucha atención por los medios, cumplió con creces las expectativas. No tardaron en anunciarse las versiones para PS2 y Xbox, ambas disponibles en los Estados Unidos desde hace algún tiempo. Al contrario de lo que suele pasar, ha sido la versión Xbox la que más atención ha recibido por parte de los desarrolladores e incluso ha sido mostrada en las propias exhibiciones de Microsoft previas al lanzamiento de su consola. La versión PS2 que hoy nos ocupa lleva unos días en nuestro país y pese a que la conversión es ciertamente peor a nivel gráfico que las versiones Xbox y PC (en parte por la inferior potencia de PS2 y en parte por un insuficiente dominio del hardware), conserva la extremada diversión de un título que ha sido bautizado ya, de una manera no demasiado imaginativa, como "el Matrix de los videojuegos".
La historia del Antihéroe
Estamos en la siempre oscura y violenta ciudad de Nueva York, en la que vive un policía llamado Max Payne que, si bien tiene una faceta de su personalidad bastante violenta y visceral, está completamente encandilado con su mujer y con el hijo que acaban de tener. Sin embargo, tras llegar un día a casa algo raro sucede. En concreto, unos "yonkarras enfarlopaos" (en palabras del gran Luis Alberto Martín) han entrado en la residencia y matan a su mujer e hijo poco antes de que Max pueda llenar de plomo cada uno de los poros de sus cuerpos. Estos individuos estaban bajo los efectos de una droga llamada V, que en adelante Max se obsesionará con erradicar. Max entra en la DEA (la parte de la policía encargada de la lucha antidroga) y se infiltra en las mafias de la ciudad, con el objetivo de arrancar de raiz el mal que suponen. Tres años después, un día cualquiera, Max ha quedado con su contacto en una estación de metro cualquiera. Sin embargo, tal vez por el destino o como parte de un minucioso plan, todo está lleno de delincuentes y entre pitos y flautas Alex, su amigo y gran apoyo desde la pérdida de su familia, es asesinado. La culpa le cae a Max Payne, que ahora es considerado un delincuente. Es entonces cuando la historia propiamente dicha comienza, una historia que llevará a Max a todo tipo de lugares con el objetivo de descubrir que hay detrás de la droga V y vengar de una vez la muerte de su familia, y de paso el reciente asesinato de su amigo Alex. Nos esperan miles de tiros y varias decenas de juegos de palabras con el nombre "Max Payne" (que tu nombre se pronuncie como "dolor máximo" ya es mal agüero).
El Matrix de los Videojuegos
Max Payne podría definirse como un shooter en tercera persona que sigue la dinámica de uno en primera. El sistema de manejo es prácticamente el mismo, que ha sido trasladado a PS2 combinando los analógicos. Sin embargo, hay cosas que diferencian a Max Payne de un FPS, la más importante de ellas lo que los desarrolladores han bautizado como "tiempo bala". Activando el tiempo bala, la acción –el tiroteo- transcurrirá a cámara lenta, permitiéndonos apuntar con precisión y saltar de un lado al otro evitando los disparos enemigos. Ésta es una de las razones por las que el juego ha sido calificado como "El Matrix de los videojuegos"; las escenas en tiempo bala recuerdan descaradamente a la película de los hermanos Wachowski, con las trayectorias de las balas trazadas en el aire. Aparte del tiempo bala, tanto la estética, como la música y hasta algunas escenas (la entrada en el edificio de Aesir con sonido de detector de metales incluido) recuerdan a la taquillera película de 1999.
Interactividad con el escenario
Otro de los detalles que hacen especial a Max Payne es un mayor nivel de interacción con el escenario que, si soy sincero –además, 3D Realms también está "en el ajo"-, me recordaron al legendario Duke Nukem 3D. El botón de acción hace reaccionar a los grifos, a las máquinas de refrescos, a los armarios y a un sinfín de objetos presentes en el escenario. Podremos explorar los escenarios abriendo los armarios, los cajones, las taquillas... rompiendo cajas a base de balazos y un largo etcétera, encontrando en ocasiones objetos muy útiles como munición o Painkillers (que hacen las veces de botiquines acumulativos). En la exploración de los niveles también encontraremos (cuando una exclamación aparezca en la pantalla) eventos que nos narrarán la historia u objetos necesarios para continuar.
Además, el escenario cambiará con los tiroteos que tengan lugar en el, quedando objetos destruidos, marcas de bala por donde sea y manchas de sangre que días después harán blasfemar a las señoras de la limpieza.
Acción pura con poco que pensar
Si eres de aquellos que odian las medias tintas, los prolegómenos y la diplomacia, Max Payne será tu juego. Exceptuando algún que otro uso de item o clave secreta Max Payne se reduce a disparar a todos los enemigos. A partir de la mitad del capítulo 2 no sólo habrá que disparar, sino que en ocasiones los niveles tendrán trampas –como las bombas por infrarrojos- y en otros contados momentos tendrá un toque plataformero –la persecución por los tejados, por ejemplo-; pero digamos que el 95% del juego es un tiroteo. Si os soy sincero estaría horas jugando al Max Payne sin cansarme, pero objetivamente puede llegar a volverse monótono, aunque mucho menos que un juego de acción en primera persona, ya que al introducir el "tiempo bala" y los magníficos shoot dodge (nos lanzaremos por los aires, pudiendo girar sobre nosotros mismos y disparar a donde queramos) la acción se hace mucho más variada y divertida que la de un FPS.
Además, hay otros detalles de estilo que merecen una mención. En muchas ocasiones, al terminar con el último maleante de un grupo de ellos, nos pondrán una repetición a cámara lenta de su muerte –extremadamente sangrienta, todo hay que decirlo-, cuando disparemos con nuestro rifle de francotirador la cámara seguirá a la bala a toda velocidad, hasta ver cómo nuestro enemigo cae inerte al suelo.
Una manera original de contar la historia
Al contrario de optar por una manera tradicional de contar la historia del juego –secuencias CG o cinemáticas del motor del juego-, los chicos de Remedy han optado por introducir viñetas de comics, acompañadas de las voces y los efectos de sonido pertinentes, causando un efecto bastante original y efectivo; como curiosidad, los personajes de las viñetas de comics son actores reales.
Max Payne... pero menos
Con este nada ingenioso juego de palabras podríamos definir el aspecto gráfico de Max Payne para PlayStation 2. Todos los elementos del juego de PC están ahí, pero han sido, por decirlo de alguna manera, rebajado. Los personajes usan menos polígonos que en las otras versiones, las texturas son de menor resolución y el framerate es de 30, sufriendo ralentizaciones en algunas ocasiones. Los efectos especiales también han sido rebajados, aunque siguen llamando la atención (especialmente los de chispas), pero definitivamente es una lástima comparar los gráficos de la versión PS2 y los de Max Payne para Xbox. Cierto es que Xbox es más potente que PS2, pero no tanto como se pone en manifiesto en las dos versiones del juego. Posiblemente esto sea debido, como suele pasar, a que la arquitectura de PS2 es muy diferente a la de PC, al contrario que la de Xbox, que es muy similar. Una lástima que los gráficos hayan sufrido en la conversión, aunque aún así siguen siendo buenos y algunos detalles, como ciertos efectos, sorprendentes.
Un excelente aspecto sonoro
A nivel sonoro, la música encaja a maravilla con la ambientación oscura y la acción constante del juego, con un tema principal genial, con algunos solos de piano que se te quedan grabados y con algunas melodías que realmente recuerdan a películas de acción –y sí, también a Matrix-. El sonido FX también es excelente, con todo tipo de disparos, explosiones y demás, realmente bien conseguidas. Por último, el juego está doblado al castellano de una manera soberbia, y Max estará hablando constantemente durante el juego, tanto en las escenas cinemáticas, como comentando aspectos de la aventura –en pasado, pues la historia empieza donde realmente acaba-. Un apartado brillante.
El control, con los mismos problemas de siempre
El control de Max Payne tiene las mismas limitaciones que todos los juegos en primera persona de la consola. Simplemente, las dos "setas" analógicas no proporcionan la precisión de un ratón y un teclado. Esto se ha arreglado usando el clásico auto-aim de los FPS de consola. Otra queja sobre el control, que podría haberse solucionado, es haber puesto un mayor número de configuraciones o incluso la posibilidad de configurar tu mismo los controles, aunque posiblemente no lo hayan hecho por el lío que supondría. Salvando estos inconvenientes, el control del juego es correcto, con una buena distribución de los botones y una curva de aprendizaje rápida. La dificultad del juego crece sin puntos de inflexión, siempre constante, pero no será muy difícil terminárselo en el nivel inicial de dificultad. Más adelante se abriran otros nuevos niveles de dificultad para los más "trigger happy".
Una buena opción para el usuario de PS2
Para un usuario que disponga de un PC potente será una tontería adquirir Max Payne para PS2 (después de todo, la versión PC es mejor), pero para los usuarios de PS2 que no tengan PC o que no tengan una máquina que cumpla los requisitos del juego, Max Payne es una gran opción para disfrutar del mejor juego de acción del año 2001. La conversión no ha sido todo lo buena que quisiéramos y el control tampoco, pero la esencia del juego sigue ahí, y eso es lo importante. Tiene una duración considerable (alrededor de 15 horas) y varios niveles de dificultad añadidos. Un muy buen juego que se añade al catálogo de PS2.Director y fundador
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