Análisis de KillZone (PS2)
El primer juego que conocimos de Guerrilla Games parecía apuntar muy, muy alto. SCE se hizo con los derechos del juego cuando vio el trabajo de estos holandeses que ya han tenido la oportunidad de mostrarnos Shellshock: Nam 67 este mismo año. Una carrera meteórica muy corta y muy intensa que solo parecía tener dos finales posibles, el éxito total o el fracaso estrepitoso. ¿Al final en qué ha quedado la cosa? Veámoslo con tranquilidad y démosle un buen repaso al juego.
Está bastante claro cual será nuestro papel, agente oficioso que se las verá y se las deseará para poder decir aquella frase de "aquí paz y después gloria", no será otro que el capitán Templar. La misión no la acometeremos en solitario, sino que nos acompañaran otros militantes de la ISA – los que están dando el callo para que los Helghast no se salgan con la suya- que serán varios pero dos llegarán a ser controlables, Luger y Rico.
Mas adelante se unirá otro componente, Hakha, el cual es medio humano/medio Helghast, lo cual planteará alguna que otra situación de tensión entre los cuatro componentes de este escuadrón del que pende la resistencia de la colonia.
Verdaderamente hay detalles excelentes porque el juego parte de un punto idóneo, un motor gráfico potente y optimizado, pero usando pequeños trucos ya vistos muchas veces, consistente y precisa utilización de distintas calidades de texturas según nuestra distancia con respecto a los objetos. Está bien llevada a cabo y si no nos paramos a contemplarlo, la acción nunca dejará que nos fijemos en esos detalles. Bastante mas imperceptible que lo visto tantas veces en juegos como los Driver, que los coches de repente, cuando nos acercamos a ellos, pasan de ser latas de sardina a lo que deberían ser… coches.
Los efectos son bastante buenos, destacan el humo y la niebla volumétrica, aunque no son lo más reseñable sin duda alguna, todo quedará supeditado a la importancia del diseño de los niveles y los enemigos, que es auténticamente sorprendente. El nivel de calidad alcanzado por Guerrilla en este aspecto es encomiable, se nota el esmero y el buen gusto para ofrecernos una experiencia totalmente realista dentro del mundo futurista que el juego nos detalla con sobrada eficiencia.
La pena es que a veces – y aunque resulte risible- hay pequeñas ralentizaciones y no precisamente donde la acción se desborda (cosa que ocurre muchas veces), nunca llega a afectar para nada al juego, pero deja ver alguna laguna en ese aspecto y sobre todo molestan, cuando llevamos ya cierto tiempo jugando siempre es de las cosas mas molestas que se puedan encontrar, la falta de fluidez.
En cuanto a las texturas en general podemos decir que se ha realizado un gran trabajo teniendo en cuenta los problemas constantes de la PS2 en dicha contienda. Habiendo matizado los pormenores en ese aspecto solo cabe valorar positivamente el resultado final. La luz será otro aspecto importante en el propio diseño del juego. No cambiará en tiempo real a medida que transcurren las fases pero si que cambia de unas a otras, y es determinante. No todas las instancias están iluminadas, por ejemplo si estamos en un edificio habrá zonas claras y zonas oscuras, pero que muy oscuras, que dan un toque de realismo que se agradece. Esa artificiosidad de que todo se vea perfecto y no interrumpa la acción no tiene porqué considerarse algo positivo y Killzone lo demuestra. Por ultimo, sabed que Sony ha incluido la opción de 60 hz que siempre se demanda tanto y que tantas veces acaba en el olvido.
Para que os hagáis a una idea, cuando llevemos un par de horas de juego ya habremos perdido la cuenta de todo lo que hemos hecho, son batallas constantes y sin tregua alguna, avanzamos y nos encontramos en otra batalla, y avanzamos y en otra, y siempre cambiando de un sitio a otro, es imposible que el jugador se aburra.
Nuestros compañeros irán siempre a su libre albedrío y no tendremos forma de ordenarles nada, sino que ellos mismos decidirán qué hacer, por lo menos nunca mueren y entonces no tenemos que estar pendientes de ellos, sino ellos de nosotros. En todo caso nuestra vida se va rellenando, lo que la añade un toque estratégico teniendo que escondernos si vamos demasiado justos y no tenemos botiquines a mano.
Al principio controlaremos exclusivamente a Templar, pero después se nos une Luger, Rico y por último Hakha, un espía infiltrado en las líneas enemigas que ha sido descubierto. A partir de este momento junto al resto de los ISA (nustro bando) estos compañeros se irán haciendo inseparables en la fragor de la batalla, de hecho en cada fase podremos escoger a quién controlar, y cada uno posee algún detalle característico que lo hace distinto, aunque básicamente son idénticos, Luger tendrá un visor térmico o Rico será experto en armas pesadas como buen mastodonte que es. Las fases también cambian sensiblemente dependiendo de a quién controlemos.
Como en pocos juegos hemos visto, los enemigos serán los Helghast, Helghast y… Helghast, serán siempre los mismos, cambiara su potencia física y las armas que lleven encima, pero el enemigo siempre será el mismo -poco cambia la apariencia, por no decir que unos llevan casco y otros no-. Por ello está recibiendo cuantiosas críticas, pero es que intenta emular las grandes batallas del siglo XX- pero calcadas, como las estaciones que se pueden ver en "Stalingrado" y "Enemigo a las puertas"- en cuanto a realismo, y básicamente los soldados en las guerras son soldados, a nivel personal no nos ha causado ningún trauma, pero tal vez haya personas que no les guste.
Si nos encontramos detrás de una pared con un cristal que acabamos de estallar a disparos, podremos guarecernos bajo ella, o con el botón de saltar situarnos delante y quedarnos frente a los enemigos, os podemos asegurar que es una acción que repetiréis gustosamente una y otra vez. Lo que tampoco pasareis por alto será la animación de los dos guantazos que les soltaremos a los "independentistas" cuando los tengamos pegados, será una solución de urgencia de lo más efectiva. Una pega que realmente tiene el juego es la de no dejar guardar las partidas cuando queramos, por suerte se lleva bastante bien y no nos pone en tesituras complicadas, poniendo los puntos de control de una manera bastante lógica. Tal vez se pretenda de este modo aumentar la duración del juego, unas 9 horas, pero es importante no frustrar a los jugadores; por suerte, en Killzone no llega a ocurrir.
Repitiendo lo mencionado anteriormente no tiene por qué ser malo, ya que en este juego la acción no decae ni un segundo ni habrá una sola fase que no os apetezca rejugarla. Desde luego tiene bien poco que ver con la libertad de juegos como Deus Ex dentro de las aventuras de acción, pero como pasa siempre, todo tiene sus pros y sus contras, y unos jugadores preferirán un tipo de juegos y otros otro. Las animaciones son muy buenas, tanto de nuestros rivales como la de los ISA, tanques, aviones, los Helghast descendiendo por cuerda desde helicóptero, todo muy currado, la única tacha es la animación de cuando nos pasan al otro barrio, un poco extraña por decirlo de algún modo.
Un buen ejemplo es que si hay un enemigo lanzando granadas, no se limita a tirar a un sitio y si pasamos por allí nos da, como nos vea ya nos podemos andar con ojo si no queremos que nos haga añicos, porque nos lanzará allá donde nos movamos, y si le intentamos pillar nos encontraremos a sus compañeros cubriéndole mientras recarga.
Lo mejor de todo es que los movimientos faciales están sincronizados con el habla, el resto lo ponen los dobladores, que para algo tenemos los mejores del mundo. Los efectos de sonido son de lo mejorcito que se ha visto, cada arma que usemos, cada terreno que pasemos o en el cual reboten las balas tendrá su propio sonido, todos ellos de una gran calidad. La música sigue muy en la línea de Harry Gregson-williams, Trevor Rabin o Hans Zimmer, tiene un aire muy parecido a La Roca, tanto en la citada música como en cierta estética de la cual hablaremos mas adelante.
Tiene sus defectos, pero es muy absorbente, está muy trabajado y no decepcionará a nadie, a nadie que quiera disfrutarlo de verdad. Los que quieran seguir comparándolo con Halo para que parezca una promesa incumplida, perfecto, es totalmente lícito, pero se están perdiendo un juego excelente.