Análisis de Freedom Fighters (PS2, GameCube, Xbox)
Occidente se derrumba. De nada sirvió la doctrina Truman, ni la caza de brujas de McCarthy, ni los paternales consejos del Doctor Schwartz. Imaginémonos que, durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, no hubiese sido Estados Unidos la primera potencia en desarrollar la bomba atómica, sino la Unión Soviética de Stalin. La Unión Soviética termina la guerra europea haciendo uso de ésta, y aprovecha para adueñarse de toda Europa y de Oriente Medio. Comienza la Guerra Fría. Época Actual. Los Soviéticos han extendido su influencia para dominar la mayor parte del mundo y acorralar a los Estados Unidos. El último hito se produce en 1996, cuando el Partido Comunista de México logra una polémica victoria en las elecciones (con todo lo que esto último conlleva).
Sin embargo, la vida en los Estados Unidos sigue más o menos igual, aunque con menor bienestar y riqueza que en nuestra época; el americano medio no se da cuenta de la inminente amenaza soviética, solo unos pocos intentan alertar a la población del peligro que supone. Justo a la casa de la líder de estos disidentes es a donde Chris y su hermano van a hacer una reparación, cuando por arte de magia y sin que nadie se dé cuenta (pues tampoco nosotros nos daremos mucha cuenta de ello), salen a flote submarinos soviéticos en Nueva York, y en menos de lo que uno puede tardar en decir "No Confíe en los Comunistas", la mayor ciudad de los Estados Unidos ha sido conquistada por la Unión Soviética.
Sin lucha, pues durante meses habían estado entrando soldados, como un goteo, sin que nadie se percatase de ello. Y como toda dictadura recién instaurada que se precie, la primera medida es acabar con los disidentes. Es entonces cuando las tropas rusas, comandadas por el líder de la Unión Soviética (que hace trabajos de campo según parece) se topan con Chris y su hermano. Hacen prisionero a este último, y Chris se ve obligado a huir como puede. Es entonces cuando Chris se mete en la resistencia, que intentará liberar Nueva York (como primer paso para liberar EE.UU.) del yugo de la Unión Soviética.
Ésta es (por cierto) la historia de Freedom Fighters, un nuevo juego de EA Games para PlayStation 2, PC y Xbox que acaba de salir a la venta. Su desarrollo ha sido obra de IO Interactive, creadores de Hitman 2, toda una garantía que no ha defraudado y ha cuajado un excelente juego de acción, muy divertido, muy adictivo y con una inteligencia artificial portentosa. Aunque en un principio pueda parecer lo contrario, Freedom Fighters no es un ejercicio de patriotismo americano en la línea de la enorme cantidad de producciones bélicas y exaltadoras de EE.UU. tras el 11-S (empezando por el juego del ejército de los Estados Unidos). Evidentemente, los buenos son los americanos y los malos los rusos, y además todas las misiones terminan izando la bandera americana en un mástil donde ondea la soviética. Sin embargo, y aunque aún así los más acérrimos antiamericanos deberían huir de este juego (o bien comprárselo y perder siempre para satisfacer sus odios, cosa que sería bien absurda), Freedom Fighters no es un juego pro-americano sino más bien un juego de ideología revolucionaria y una parodia a los regímenes totalitarios más cercana a George Orwell que al Tío Sam. De hecho, los creadores son daneses.
Para contarnos la historia y para ambientarnos la ocupación soviética, entre cada grupo de misiones veremos un fragmento del nuevo telediario oficial de los Estados Unidos, presentado por una simpática mujer con mucho acento ruso; algo similar a lo visto en Headhunter, donde nos introducían en ese alocado mundo a base de telediarios (pero de imagen real, esta vez son CG). En este telediario nos cuentan los progresos de la liberación de los Estados Unidos, con un doble sentido muy humorístico satirizando la manipulación de la información de los totalitarismos y en particular de la desaparecida URSS. "Los locutores a los que estaban acostumbrados volverán a sus pantallas en cuanto completen su curso de formación en Alaska", "Los terroristas serán eliminados. Er... después de un juicio, por supuesto", "Nuestras fuerzas especiales están mejorando su entrenamiento gracias a voluntarios de los campos reformatorios de Alaska". Todo esto con intervenciones especiales de los jerifaltes de la Unión Soviética y los malos oficiales del juego (que como ya he dicho, hacen trabajos de campo), el General Tatarin y el Coronel Bulba (no es una broma, se llama así). Pero sin duda lo mejor de todo es la marquesina con noticias breves que se desliza por la parte inferior de la pantalla. Con cosas como: "¿Cansado de dar de comer a tus mascotas? ¿Trae a tu mascota al túnel Lincoln, la recogeremos y le daremos de comer por usted?". Y tres o cuatro breves después: "A partir de ahora todos los trabajadores podrán comer carne de nuevo. Preséntense en el túnel Lincoln para recibir cinco kilos de carne picada".
Pero dejémonos de introducciones y ambientaciones. ¿Cómo es Freedom Fighters? Podríamos decir que es un juego de acción con ciertos toques tácticos y ciertamente no un mata-mata (al menos no en los niveles de dificultad elevados) sino un juego de acción con más chica donde nuestros enemigos serán lo suficientemente inteligentes como para luchar por su propia supervivencia, es decir, atacarnos con prudencia, esconderse de nosotros, parapetarse, perseguirnos, tendernos emboscadas y dispararnos a dar. Esta idea básica de juego de acción inteligente, como lo es Hitman 2, se complementa con la dirección de un grupo de soldados. En nuestras peripecias revolucionarias, llevaremos a cabo acciones que nos granjearán el respeto de nuestros camaradas, lo que hará que aumente una barra de carisma y subamos de nivel. Nada complicado ni demasiado RPG, el nivel indica la cantidad de soldados que nos seguirán al mismo tiempo.
La forma de controlarlos es extremadamente sencilla y sin embargo efectiva, siendo este un juego diseñado principalmente para consola pero que tiene también versión PC. Con los botones principales del mando (si jugamos con consola), daremos órdenes a nuestros soldados. Existen tres órdenes: "sígueme", "defiende esta posición" (quédate aquí) y ataca. Si pulsamos el botón a secas, daremos la orden en cuestión a un solo soldado, mientras que si mantenemos pulsado se la daremos a todos. Las dos primeras órdenes no tienen la menor complicación mientras que la de atacar hará que los soldados exploren en la dirección que estamos mirando, o bien hacia el punto al que estemos apuntando con nuestra arma en el modo primera persona. Nuestros sufridos soldados también actúan con inteligencia (con mucha más que nosotros, por cierto), y una vez hayamos avanzado en el juego y dirijamos a un grupo de media docena de soldados (el máximo es de doce) nuestra misión podría decirse que consistirá en dar órdenes y marcar la diferencia con nuestras audaces heroicidades (o cobardías), léase encontrar un pasadizo por el cual pillar a nuestro enemigo por la retaguardia, acabando con buena parte de ellos y tendiéndoles una emboscada que terminará en segundos ante la salida en tromba de nuestros soldados.
Y hablando de los escenarios, estos son en primer lugar enormes y en segundo llenos de secretos y pasadizos que pueden constituir una ventaja clave a la hora de acabar con los enemigos, los cuales muchas veces habrán tendido barricadas con mortíferas ametralladoras, tanto en trinchera como en torres, haciendo muy complicado un ataque frontal. Muchas veces no nos quedará otra opción que, rezando un padrenuestro y usando bien el escenario, acometer un asalto directo a la barrera, acabando con los soldados de las ametralladoras y atacando en tromba antes de que otro soldado enemigo ocupe su puesto.
Las misiones están estructuradas de una forma bastante curiosa que nos deja un poco de libertad a la hora de elegir por dónde empezar. La historia está dividida en varios capítulos que corresponden a una zona, y estos a su vez están formados por varias misiones, que podemos completar en el orden que queramos. Sin embargo, todas las misiones de una misma zona están íntimamente relacionadas entre sí y algunas veces tendremos que ir primero a una misión, hacer algo que nos permita completar la otra misión y por último terminar la primera habiéndonos deshecho de un obstáculo con ayuda de nuestros actos en la otra misión. Es un poco lioso pero se explica muy bien con el ejemplo del primer capítulo. Hay dos misiones, la de la comisaría y la del instituto. Para acceder al instituto deberemos completar la de la comisaría, y para poder avanzar en ésta tendremos que acabar con una gasolinera (en la misión del instituto) donde están apostados unos francotiradores rusos. Tenemos que ir primero a la misión de la comisaría, coger un C4 que amablemente nos cederán unos policías neoyorkinos que resisten a la desesperada, volver a la gasolinera y hacerla volar por los aires, liberar la comisaría y por último volver a la misión del instituto y completarla.
Para movernos entre las zonas usaremos las alcantarillas, donde también podemos hacer guardados rápidos (solo valen para una misión y dentro de la misión). Volveremos a entrar en la misión por la alcantarilla por la que la hayamos abandonado (muchas veces nos toparemos con que los soviéticos han vuelto a ocupar el lugar y tendremos que abrirnos paso de nuevo, pero lejos de los refuerzos –en solitario-. Este factor "interrelación en las misiones" está muy presente en los primeros compases del juego para luego volverse más leve y consistir en que será más sencillo completar una misión antes que otra. Por ejemplo, en una misma zona es más práctico conquistar el área por donde los soviéticos reciben refuerzos o destruir la zona donde repostan sus mortíferos helicópteros que ir directamente a por su cuartel general del área, recibiendo fuego de helicóptero y teniendo que hacer frente a cada vez más refuerzos rusos.
Gráficos
A nivel gráfico Freedom Fighters no es un juego espectacular en un aspecto en particular pero sí como conjunto, por los enormes escenarios, la cantidad de detalles que poseen, la variedad de las texturas y la ambientación en general. El juego hace un extenso uso de la simbología, de vez en cuando con intenciones satíricas como los carteles luminosos con palabras brillantes como "Libertad" o "Fraternidad" con hoces y martillos tintineantes a los lados. En las instalaciones rusas es masivo el uso de símbolos como la hoz y el martillo, las siglas en cirílico de la URSS (CCCP) y otras cosas. En cuanto a nosotros, el símbolo de los rebeldes (que aparece cuando completamos alguna misión) es un puño levantado, paradójicamente el clásico de los comunistas.
Los escenarios, como decíamos, son enormes y están llenos de cosas, desde vehículos a interiores de edificios en ruinas (a los que podremos acceder y trepar; y también los enemigos, claro). Son muy meritorios en tamaño y calidad, considerando que las tres versiones los mueven con fluidez (algo que no sorprende viniendo de los creadores de Hitman 2). Los personajes tienen un número de polígonos decente, si bien se echa en falta algo más de variedad tanto en los soldados de la libertad como en los enemigos (muy pocos modelos, da una imagen un poco repetitiva). Los efectos especiales no son muy numerosos pero las explosiones, la iluminación y otros detalles están bien recreados. Las diferencias gráficas entre las tres versiones no son muy notables y están en relación a las capacidades de cada máquina.
Sonido
La música del juego, al igual que la simbología de los revolucionarios, podría calificarse también de "comunista". La banda sonora parece la de La Caza del Octubre Rojo, con temas que suenan parecido al himno del Ejército Rojo y de la revolución rusa (especialmente el que se oye cuando cumplimos un objetivo), y luego otros temas más de película de acción. Es un apartado musical muy bueno (quizás un poco repetitivo) que se complementa con unos FX de buena calidad y un doblaje al castellano de bastante calidad y considerable tamaño.
Control
El control del juego en sus versiones consolas es muy fiable, se controla el movimiento con un analógico y la cámara con otro. Las acciones básicas de disparar, saltar, agacharse o dar un golpe con la culata se hacen con los botones superiores en el caso de PS2 y los gatillos y negro y blanco en el de Xbox, y como ya hemos dicho los botones "principales" sirven para dirigir a nuestro grupo y para la típica acción. La cruceta y pulsar el analógico derecho maneja el inventario. El control en consola tiene un gran fallo, el modo de apuntar en primera persona se hace pulsando el analógico izquierdo y esto no es demasiado cómodo, aparte de que si lo movemos hacia un lado nos moveremos nosotros también. El control PC es más completo aunque naturalmente usa más teclas, ratón para cámara y disparos, WASD para desplazamiento y otras teclas (bastante bien situadas, por cierto) para el resto de acciones.
Dos Jugadores
Terminando con las características de este juegazo que es Freedom Fighters, si bien su modo de juego para un solo jugador es intenso pero algo corto en duración, incluye un modo para cuatro jugadores en split screen (en la versión PC no, lamentablemente), consistente en que uno defiende una posición y los demás intenta atacarla. No alarga demasiado la vida del juego pero sí es una opción divertida.
Conclusión
Freedom Fighters es un fantástico juego de acción. Posee unos apartados técnicos sólidos, una jugabilidad a prueba de bombas con una inteligencia artificial de la que todo el mundo debería tomar nota y un toque muy original tanto en su historia como en su sistema de juego. Lamentablemente, su relativamente corta duración impide que un juego fantástico pueda ser de sobresaliente. Ojalá IO Interactive nos hubiese hecho liberar toda la costa Este. Ojalá juegos como éste se hiciesen más a menudo. Muy recomendado a los amantes de la acción.