Análisis de This is the Police (PC, PS4, Switch, Xbox One)

Jack Boyd es el veterano jefe de policía de Freeburg, pero un día recibe el aviso de que seis meses más tarde le despedirán, así que decide que va a conseguir como sea medio millón de dólares para la jubilación. Con esta "buena" noticia y esa declaración de intenciones empieza This is the Police, una aventura que combina la estrategia con la toma de decisiones y con algunas mecánicas de aventura gráfica en una mezcla que consigue un resultado interesante y absorbente en la mayor parte del juego, aunque saber que ante ti tienes esos 180 días puede hacerse demasiado largo en ocasiones.

La base del juego es bastante sencilla: tienes dos turnos de trabajo, compuestos por policías -a los que asignas las emergencias que vas recibiendo- y detectives -encargados de las investigaciones-. Cada día trabaja uno de los dos turnos y, cuando recibes un aviso, envías las unidades que sean necesarias.

La dificultad estriba en tener los hombres necesarios y gestionar cómo y cuándo los envías a cada misión, porque puede llegar un aviso urgente y encontrarte con que todas las unidades están fuera. Hay que calcular la distancia a la que está el lugar del suceso, cuántos de tus hombres serán necesarios para solucionarlo y evaluar la posibilidad de que se trate de una falsa alarma.

Sobre estos cimientos Weappy ha construido un edificio por el que es cómodo moverse y que está lleno de detalles curiosos y con atractivo. Un ejemplo son las investigaciones: cuando llega un aviso, desplazas allí a los detectives y en los días siguientes van apareciendo distintas viñetas. Debes leer las pistas que tienes y ordenar las viñetas correctas en el orden exacto para averiguar quién es el delincuente.

En tres o cuatro ocasiones puedes también participar en minijuegos sencillos, son pequeñas sorpresas agradables porque te sacan unos momentos del aire enrarecido que se respira en Friburg en esos momentos. En algunos casos tendrás que decidir si envías refuerzos a los agentes, o elegir entre varias opciones para solucionar una situación complicada, aunque no tardas en aprender qué soluciones son las que dan mejores resultados.

Pero lo mejor del juego es como esta jugabilidad se va amoldando a los deseos del jugador y sus decisiones, que se revelan como el verdadero hilo conductor del juego. Aquí es donde el juego está bien tejido. Puedes ser un policía honesto y desoír a la mafia y las presiones políticas (aunque te será bastante difícil conseguirlo) o alguien totalmente vendido a intereses ajenos al bienestar de los ciudadanos y que ha caído tan bajo que es capaz de torturar físicamente a un detenido o seguir cobrando la pensión correspondiente a un agente muerto.

Las decisiones que adoptes irán configurando la personalidad del personaje protagonista

El mérito del juego es que consigue encajar todas esas opciones dentro de un mismo marco, de forma que, para los demás, serás un policía corrupto, alguien injustamente acusado o un hombre con doble cara. En nuestra partida optamos por cumplir con la mafia (lo que aseguró buenas cantidades de dinero), pero manteniendo las apariencias y cuidando a los agentes que mantienen la ley en la ciudad, lo que nos aseguró su lealtad y no tuvimos grandes problemas con la justicia.

Esta historia se va entretejiendo con lo que haces en el día a día mediante escenas con un estilo de cómic subtituladas, con un estilo low poly en el que la figura de Jack aparece de espaldas y los personajes no tienen cara, únicamente se ve algún rasgo físico destacado. Los personajes -incluso los que tienen un pequeño papel- tienen dobleces y la traición puede esperarte cualquier día.

Buena parte del mérito del juego se lo lleva la interfaz. La mayor parte del tiempo estás mirando una representación de la ciudad, en ella van apareciendo las llamadas y debajo están en efigie los policías activos en el turno. Pero no se hace demasiado pesado ni aburrido gracias a la sensación de acción de los puntos que indican los agentes que están cumpliendo una misión y a ciertos detalles como los cambios de luz, o que caiga una persiana a partir de las ocho de la tarde. Todo lo que hay en pantalla es sencillo, pero cumple su función a la perfección, es lógico y está bien pensado para que tengas toda la información necesaria sin perderte por intrincados menús.

Todo está bien engranado de forma que el juego arranca bastante fuerte, pero tiene algunas etapas en las que se convierte en algo monótono, sobre todo cuando hay poca acción varios días seguidos y ves que todavía te falta mucho para llegar a la meta de 180. Aunque luego es cierto que en algunas partes no eres consciente del paso del tiempo.

Algo caprichoso en el último tercio de la historia

Esa larga duración del juego (hemos tardado algo más de 15 horas) hace que al final se le vean las costuras; ves cómo intenta subir la dificultad aumentando el número de agentes que falta al servicio o intenta hacerlo, se repiten hasta la saciedad las excusas o los casos que atiendes, las pistas para resolver los puzles son crípticas o engañosas... lo que desluce un poco las impresiones de los primeros dos tercios del juego. En esta última parte decae bastante y se muestra algo caprichoso.

Weappy es consciente de que el jugador puede querer retroceder para cambiar algunas decisiones, y no lo pone fácil. Si se trata de reiniciar el día en curso es tan sencillo como salir y volver a entrar, pero no puedes volver a cualquier momento del pasado, sólo a ciertos días clave, y al hacerlo perderás la partida que estabas disputando, ya que el guardado es automático al final de cada día. Todo esto hace perder rejugabilidad.

Visualmente el juego no es ninguna maravilla, precisamente por la sencillez de la interfaz y los gráficos que consisten en poco más que bocetos, aunque cuidados en incluir los detalles necesarios. Es un recurso barato y lógico para un estudio indie que tiene que hacer tantas escenas, pero que llega a saturar cuando llevas varias horas de juego. Incluso hemos tenido un par de bugs no demasiado importantes (el más grave -sin titulares en los periódicos del día y ninguna llamada de urgencia- se solucionó reseteando el día).

El doblaje en inglés es excelente, con Jon St. Jon (conocido por poner la voz a Duke Nukem) como Jack Boyd. El resto de los actores está a la altura de St. Jon. Los textos están también en inglés.

La música es absolutamente deliciosa y variada. El juego intenta ser atemporal, pero el prirmer tercio tiene un catálogo lleno de jazz, ragtime, soul y música clásica que después evoluciona a otros estilos. Pero constituye un elemento distractor tener que elegir cada día la canción que quieres escuchar y que no se haga de formar aleatoria o siguiendo un orden dentro del catálogo que vas comprando en el juego. Los efectos de sonido son bastante sencillos: el sonido de las esposas al detener a algún delincuente y las sirenas.

Una propuesta intuitiva y accesible a la que dan ganas de volver

Aunque sea un juego muy estratégico y que, además, no incluye ningún tipo de tutoriales para enseñar a los novatos, This is the Police es tremendamente intuitivo y accesible, y en pocos días de juego hasta el más inexperto aprenderá a manejarse. La gran cantidad de decisiones -a todos los niveles- que el jugador debe tomar le hará sentir que el desarrollo de las aventuras de Jack podría ser muy diferente y sólo en los casos extremos las escenas de vídeo sonarán algo raras.

En su contra juegan su propia duración, ya que ni los giros en la historia logran distraer de esa sensación de que se extiende demasiado, y un final algo deslavazado. Los personajes secundarios son atrayentes, pero quedan tan desdibujados como el estilo visual del juego; pero en contrapartida ahí está el Jack de múltiples facetas que pueden girar.

This is the Police es una propuesta con puntos muy interesantes, amena y que combina elementos con mucho acierto. La parte de estrategia es accesible, aunque no facilona ya que hay que entender bien sus reglas, y se va enriqueciendo a lo largo del juego con nuevos actores como la mafia o la iglesia (ay, la iglesia). Ha sido un interesante viaje acompañando a Boyd durante medio año y es probable que en el futuro volvamos a convertirnos en el jefe de policía para explorar en profundidad otras opciones, y que nos sintamos así dice mucho de un juego.

Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Dead Good Media.