Pero Bethesda Softworks no tiró la toalla. Como dijimos en su momento, querían crear un gran juego de rol para un jugador antes de que todo fuera online. Y lo consiguieron; Morrowind trascendió en un género cuyas figuras estrella pertenecían al juego en red, y se ganó la fama de producto amplio, profundo, diverso y muy longevo. Fue además un juego bastante extensible, alrededor del cual se formó una gran comunidad de creadores de añadidos, amén de las expansiones oficiales. Tanto es así que aún hoy mucha gente juega a Morrowind. ¿Qué impidió a Bethesda por entonces alcanzar el sueño del género? Limitaciones técnicas sobre todo, y detalles que derivaron de estas. Ya en su día fue un título enormemente exigente en ese aspecto.
Casi cuatro años después de aquel análisis, tenemos un hardware capaz de limar esos detalles. ¿Marcan realmente la diferencia?
Como juego de la saga que se precia, en Oblivion empezamos prisioneros. El propio emperador (con voz del actor Patrick Stewart), nos hace una visita, pues nos ha visto en nuestros sueños. Le seguimos al salir pero atacantes desconocidos acaban con él. Durante el proceso creamos a nuestro personaje de similar forma a como lo hacíamos en Morrowind, con la salvedad de que en Oblivion tenemos mucha más libertad en lo físico, podemos modelar hasta el último de los rasgos faciales, de forma muy similar al Fight Night Round 3 de EA.
Una vez completado el proceso, llega el gran momento: la salida al exterior.
El aspecto paisajístico también cobra protagonismo. Campos increíblemente extensos saturados de vegetación que se mece con el viento, bajo la sombra de frondosos árboles que filtran la luz del sol, sólo son posibles de ver, hoy por hoy, en Oblivion. La distancia de dibujado también es asombrosa, más propia de juegos online enormes como Dark and Light.
Igualmente la física hace acto de presencia con una modificación del motor Havok. Nos daremos cuenta desde que matemos al primer lobo que nos corte el paso y este caiga de forma absolutamente realista por la ladera hasta acabar flotando en el agua. Uno de tantísimos detalles que contribuyen al "mundo vivo" del que tanta gente dice que consta este juego, y que comentaremos luego.