Análisis The Climb 2, si Oculus no va a la montaña, la montaña va a Oculus (PC)
Recientemente recibíamos la noticia de que Oculus Quest 2 es el casco de realidad virtual más usado en Steam; y con razón. Su precio y la posibilidad de usarlo también de manera independiente, sin depender de un ordenador, lo hace un dispositivo muy atractivo para cualquier tipo de usuario. Claro que, como dispositivo portátil, su potencia gráfica no puede compararse con la de un PC, y esto es algo que afecta a The Climb 2, haciendo que, al menos en este factor, sea un paso hacia atrás comparado con su predecesor.
Montaña arriba
The Climb 2 es un juego de escalada para realidad virtual en el que tenemos que, obviamente, escalar diferentes tipos de superficies. El núcleo gira entorno a dos mecánicas principales: la resistencia y la tiza. Para poder aguantar el mayor tiempo posible sin caernos, tenemos que vigilar la resistencia, lo que supone mantener nuestras manos entizadas y descansar regularmente agarrándonos con las dos manos. Además, si nos agarramos con el gatillo a medio pulsar, no gastaremos resistencia en la mayoría de las situaciones, algo que se convierte en una especie de técnica experta.
Como os podéis imaginar, es muy intuitivo, y tan sólo tenemos que buscar salientes a los que sujetarnos y agarrarnos a ellos. Hay diferentes variantes que tenemos que tener en cuenta, como superficies que hay que limpiar antes de poder agarrarnos a ellas u otras afiladas que consumirán nuestra resistencia mucho más rápido. Hay otros pequeños desafíos que dan variedad a la escalada, como escaleras a las que tenemos que agarrarnos para cruzar una zona, tirolinas o zonas que se derrumban bajo nuestras manos, pero en general todo se basa en encontrar el camino entre las montañas (o los edificios, algo que comentaremos luego).
The Climb 2 nos ofrece dos modos principales, uno casual y uno profesional. En el primero no tenemos que preocuparnos de la resistencia ni de la tiza, y es ideal para familiarizarnos con la experiencia. El segundo es el modo más «competitivo», por decirlo de alguna manera, donde tenemos que vigilar estos factores. Además, podemos competir por escalar posiciones en las tablas de clasificación a través de internet e intentar ser el más rápido en alcanzar las cimas.
Independientemente de que elijamos un modo u otro, creemos que es una experiencia divertida y hasta emocionante. Al principio es un poco chocante la sensación de que «arrastramos» el escenario en lugar de escalar, pero es una sensación que no tarda en desaparecer, y acabamos teniendo una sensación «realista» –entre muchísimas comillas– de escalada. El principal pero que le ponemos es que no haya una pequeña vibración o algo que nos indique cuándo estamos haciendo el agarre perfecto, ya que tenemos que mirar nuestras manos virtuales y ver si el círculo azul en nuestra muñeca está alineado o no.
Montaña abajo
En The Climb 2 vamos a encontrar 15 mapas nuevos, que nos llevarán desde Europa a Asia, pasando por Estados Unidos y el Ártico. Como os podéis imaginar, pasamos de montañas nevadas a entornos tropicales, así como, por primera vez, escalada urbana. Esto está genial y le da mucha variedad a cada zona que, además, ofrece varias rutas hasta su cima, aunque tenemos que reconocer que gráficamente nos ha decepcionado un poco.
Crytek ha hecho un gran trabajo a la hora de adaptar su motor a un dispositivo móvil, pero es un paso atrás notable en comparación con The Climb en su versión de PC. Pensamos que no se puede hacer mucho más en Quest 2, pero las texturas de las montañas, que las tenemos pegadas a la cara, tienen una resolución bajísima, algo que unido a la baja carga poligonal rompe un poco la magia. Es cierto que cuando te pones a escalar se te olvida esto, pero es poco habitual ver un secuela prácticamente una generación por detrás en lo gráfico.
Es, realmente, nuestra mayor pega, porque, por lo demás, funciona muy bien. La detección de movimientos es fantástica, no hay ningún problema de rendimiento y, además, nos llega en español (de Latinoamérica), y siempre agradecemos poder jugar en realidad virtual sin tener que leer subtítulos. Habría estado genial tener un modo para jugar sin mandos, gracias al reconocimiento de manos, si bien entendemos las limitaciones al tener que estar mirando en todas las direcciones constantemente y dejando las manos fuera del alcance de las cámaras.
El rey de la colina
The Climb 2 es un juego muy divertido, accesible para cualquiera pero que puede volverse muy técnico y exigente para quienes quieran competir por hacerse un hueco en las tablas de clasificación. Nuestra mayor queja es que gráficamente es una notable (y comprensible) paso atrás con respecto a la versión original en PC a raíz de las lógicas limitaciones de un dispositivo móvil, y aunque te acostumbras y casi que te olvidas cuando pasas a la acción, la inmersión visual y los paisajes no son los mismos.
Aun así, si os gusta el concepto de escalar, encontrar las mejores rutas y ser el más rápido, o, sencillamente, disfrutar de la experiencia de llegar a la cima, lo último de Crytek es un título recomendable.
Hemos realizado este análisis en Oculus Quest 2 con una copia digital proporcionada por H+K Strategies.