Análisis de Space Siege (PC)
Creían que estaban a salvo. Pronto descubrieron que fue un error. Ahora tú decidirás el destino de la humanidad en este juego de acción y rol.
Alberto Pastor ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7.5
SONIDO
7
NOTA
6.5
DIVERSIÓN
6.2
JUGABILIDAD
6.5
Análisis de versión PC.
Siendo los creadores de títulos tan notables como la serie Dungeon Siege o el fantástico Supreme Commander, Space Siege se perfilaba como uno de los títulos más interesantes del presente año, y todo un referente para los aficionados a la acción y rol estilo Diablo. Por desgracia, no es oro todo lo que reluce, y aunque este nuevo juego de Gas Powered Games presenta ideas de lo más interesantes y una ambientación muy lograda, determinados aspectos lo alejan de los grandes referentes del género. Veamos por qué.
Solo ante el peligro
Decenas de inmensas naves de combate han llegado a la órbita terrestre. Son los Kerak, una especie alienígena con muy malas pulgas que ha decidido terminar con toda la humanidad de un plumazo. Ante tal contundencia, y viendo que las defensas terrestres no están siendo nada efectivas, miles de humanos se han lazado al espacio en grandes naves de transporte con el único propósito de escapar de esta masacre. Nosotros, nos encontraremos en el interior de una de estos cruceros, el Armsrong, que parece ser el único que ha logrado salir del cerco enemigo, si bien es cierto éstos han penetrado en la nave antes de que pudiera saltar a un lugar alejado del conflicto.
Encarnando al especialista en tácticas de combate Seth Walker, nosotros seremos los encargados de proteger a los civiles en este asalto mientras la inteligencia artificial de la nave, conocida como PILOT, busca la mejor solución para terminar con la vida de los enemigos. Y aunque en un principio todo parece salir bien, pronto descubriremos que la soledad se convertirá en una de nuestras principales compañeras en Space Siege.
Con este punto de partida tan interesante, aunque no por ello original, dará comienzo este nuevo juego de acción y rol desarrollado por el equipo de Chris Taylor en el que básicamente, deberemos movernos por las devastadas estancias de la nave Armstrong mientras buscamos a posibles supervivientes del exterminio y eliminamos a los enemigos que nos salgan al paso. Para ello, contaremos con un importante arsenal de armas de fuego y un variado repertorio de habilidades especiales que deberemos aprovechar al máximo para vencer a los contrarios. En este sentido, el juego resulta de lo más clásico a nivel de control.
Como en la citada serie Dungeon Siege, usaremos el botón izquierdo del ratón para dirigir los movimientos de nuestro avatar, mientras que con el derecho asignamos los objetivos a atacar. Con el teclado numérico, por otro lado, podremos controlar la cámara –aunque también se puede con el ratón-, usar las diversas habilidades especiales de nuestro héroe, u obtener acceso directo a los diferentes menús. A todo esto, debemos sumar también el control sobre el robot HR-V, una auténtica máquina de matar que nos acompañará a lo largo de la aventura –nos seguirá automáticamente- y a la que podremos dar diversas indicaciones para que actúe del modo que nosotros deseemos.
El problema, por desgracia, es que este sistema de control presenta en algunos casos situaciones realmente molestas. Principalmente, el hecho de tener que estar quietos para poder usar cualquiera de nuestras armas, ya sean estas de fuego o blancas, resulta de lo más cuestionable, máxime cuando los enemigos sí vendrán corriendo a por nosotros mientras nos disparan. Por otro lado, aunque la idea de controlar indirectamente los movimientos del robot HR-V está realmente bien, no lo está tanto su ejecución. Y decimos esto porque cuando nos encontramos rodeados de decenas de enemigos, disparando y usando todas nuestras habilidades de combate, no resulta sencillo también dirigir a nuestro aliado; algo que tampoco sería molestia si éste reaccionara bien ante los combates, pero no lo hace. Esto quiere decir que en muchos casos, se quedará inmóvil sin disparar a todos esos contrarios que nos están machacando, o bien se quedará quieto en medio del campo de batalla expuesto a los disparos rivales.
También resulta llamativa la forma en la que el juego nos sumerge de lleno en la acción. Sin pasar por ningún tutorial o sala de entrenamiento, en Space Siege iniciaremos la aventura luchando contra decenas de enemigos que no tendrán en cuenta que somos novatos en esto de defender a la humanidad en tales circunstancias. Por supuesto, poco a poco se nos irán descubriendo todos los detalles referidos a la jugabilidad de esta obra de Gas Powered Games como el sistema de subida de niveles, el equipamiento que llevará nuestro avatar, o todo lo relacionado con las habilidades especiales; pero sí es cierto que los menos duchos en el género, pueden sentirse algo perdidos en los primeros compases del juego.
Toda decisión tiene consecuencias… ¿o no?
Como buen juego de rol, en Space Siege nuestro héroe mejorará sus habilidades de combate y equipo a lo largo de la aventura. Sin embargo, a diferencia de otros títulos del género, en este caso debemos tener en cuenta por un lado una serie de mejoras que obtendremos tras subir de nivel propiamente dicho, y otras que adquiriremos invirtiendo una serie de puntos de mecánica que conseguiremos eliminando a los enemigos, recogiéndolos de los clásicos cofres o destruyendo determinados elementos del entorno.
En el primero de los casos, tras subir de nivel, tendremos que invertir los dos puntos de habilidad con los que se nos premiarán en cualquiera de las dos ramas que encontraremos: la de combate o ingeniería. En cada una de ellas, lógicamente, se nos presentarán diversas mejoras enfocadas a dos estilos de juego bien diferenciados, teniendo que alcanzar un nivel determinado en algunas de estas habilidades para desbloquear nuevas opciones, e incluso, en el caso de la ingeniería –que nos permitirá usar trampas explosivas, torretas y demás-, tener un número concreto de implantes cibernéticos para poder desbloquearlas.
En este último caso, como ya se intentara realizar una vez en Too Human, en Space Siege se jugará mucho con las decisiones morales de nuestros actos encaminadas a la mejora del ser humano mediante implantes cibernéticos. Como vemos, la forma habitual de mejorar nuestras habilidades de combate será la de invertir los puntos de destreza en nuevas opciones jugables. Sin embargo, tras unas primeras horas de juego, se nos ofrecerá también la posibilidad de mejorar nuestro cuerpo con determinados implantes que podremos instalar en centros especializados. Estos implantes pueden mejorar nuestra precisión, nuestra velocidad o fuerza… aunque tendrá un precio. Como nos comentarán algunos de los supervivientes de la masacre, usar estos implantes significa perder parte de nuestra humanidad, por lo que tendremos que decidir si usamos o no esta tecnología. Al final, dependiendo de lo que hayamos escogido, aparte de variar ligeramente la relación con los protagonistas de la acción, nos encontraremos con varios finales alternativos.
A todo esto debemos sumar también otro tipo de mejoras que compraremos en los centros especializados usando el dinero que recogeremos a lo largo de la aventura, y que en este caso tendrán la forma de piezas mecánicas. Con ellas, podremos mejorar cualquiera de las armas de nuestro avatar y su robot, o potenciar aspectos como su salud, capacidad de hacer daño, resistencia a los golpes, al fuego… y demás opciones. El problema, no obstante, radica en que estas mejoras resultan excesivamente caras para lo poco que ofrecen, sobre todo en lo referente a las armas de ambos personajes, ya que en este juego se aplica la siguiente regla: si encuentras un arma nueva, casi con total seguridad será mucho mejor que las anteriores, por lo que resultará estúpido invertir puntos de habilidad en estas armas teniendo otras mejores. Por lo tanto, en este campo se pierde ese toque de libertad que ofrecen otros exponentes del género en los que dependiendo de tus decisiones, la forma de afrontar la aventura puede variar considerablemente.
Demasiado lineal
Comentado el sistema de control y todo lo relacionado con las mejoras de nuestro avatar, hay que remarcar que Space Siege se trata de un título excesivamente lineal para el tipo de juego que se trata. Básicamente, toda la aventura consistirá en ir de un punto A a otro B exterminando por el camino a decenas de enemigos. No habrá complejos rompecabezas que nos obliguen a pensar en cómo superar una fase concreta, ni situaciones que rompan con la tediosa monotonía que nos acompañará a lo largo de nuestra odisea en el espacio. Y aunque la historia resulta por momento realmente interesante, sobre todo en los primeros compases de la misma, cuando no sabemos muy bien qué ha pasado en la nave, pronto nos daremos cuenta de que todo se resolverá de la misma forma.
Si a este hecho le sumamos la monotonía que presentan también los entornos del juego, el resultado no podía ser peor. Y es que aunque en algunas ocasiones los niveles parecen ofrecer varias rutas a seguir, al final únicamente habrá un camino correcto. Claro, si la búsqueda de un botín para conseguir un mejor equipamiento ha sido reducida a la mínima expresión –armas, granadas, equipo médico, piezas mecánica…-, y las batallas pecan de ser de nuevo reiterativas, al final serán muy pocos los alicientes que nos inciten a completar esta aventura de Gas Powered Games. Y es una pena, la verdad; pero es que resulta difícil de entender el diseño de los niveles del juego, o el propio desarrollo de la acción. Por poneros un ejemplo, en Space Siege comprobaremos cómo las medidas de seguridad de este crucero intergaláctico están redactadas en un rollo de papel higiénico. Si no es así, no tendría explicación el hecho de que todas y cada una de las estancias que recorreremos estén plagadas de barriles explosivos. Sí, vale, nos van a permitir en muchos casos terminar con los enemigos de manera inmediata si jugamos bien nuestras cartas, pero es que perfectamente se podría haber jugado con otro tipo de situaciones, y no repetir una y otra vez la misma fórmula.
Esta linealidad se aprecia también en la propia progresión de nuestro avatar y su aliado. Si antes indicábamos que los entornos no dan opción a ser superados por varias vías, la recolección de nuestro equipamiento –implantes cibernéticos y armas- será igual de rígida. Esto significa que siguiendo el camino marcado por los desarrolladores, encontraremos las nuevas armas con las que equipar a nuestros protagonistas perdiéndose como indicábamos anteriormente ese componente de exploración que sí se encuentra en otros exponentes del género. Ya no iniciaremos por tanto una partida pensando: "hoy pienso encontrar un objeto único con el que mejorar las habilidades de mi personaje de forma considerable". Esto sin contar con el escaso repertorio de armas con el que nos encontraremos, aunque sí es cierto que determinadas habilidades como el lanzamiento de granadas o las trampas que obtendremos siguiendo la rama del a ingeniería, resultan muy efectivas y fantásticamente bien implementadas.
Un misterio que nos atrapa parcialmente
Antes indicábamos que la historia de Space Siege no es nada novedosa, aunque sí nos atrapará en sus primeros compases gracias a todo el misterio que rodea a nuestro despertar en la nave. Sin embargo, poco a poco este interés por saber qué está ocurriendo se irá diluyendo más y más, llegando al punto de desinteresarnos prácticamente por completo del destino del protagonista y sus aliados. Y esto pese a que el juego cuenta con detalles fantásticos que logran meternos de lleno en la acción, como el ver a nuestro avatar gritar cada vez que le instalamos un implante cibernético –verdaderamente le duelen estas actualizaciones-, o las historias que encontraremos revisando los diarios y agendas que encontraremos en la nave. Ésta, por cierto, también ofrece un acabado con muchos claros y oscuros.
A nivel gráfico, Space Siege se trata de un título notable. Cuenta con unos modelados de personajes francamente buenos, amén de contar con unas buenas animaciones. También, tanto el diseño de la nave como el nivel de detalle alcanzado en la misma resulta de nuevo muy notable, encontrándonos con zonas bañadas en sangre que nos harán andarnos con mucho cuidado, y otras mucho más agradables a la vista como jardines o salones de recreo que, por otro lado, evocarán a esa tenebrosa soledad que nos acompañará a lo largo de toda la aventura. El problema, no obstante, radica en el hecho de recorrer una y otra vez el mismo tipo de instancias con el mismo tipo de elementos decorativos, algo que unido a una jugabilidad demasiado lineal, restan un gran atractivo al juego, que está muy alejado de los variados y exuberantes entornos vistos en Dungeon Siege, por ejemplo.
Eso sí, el juego presenta en pantalla un gran número de enemigos que nos atacarán en masa sin sufrir ralentizaciones, contando además con unos muy buenos efectos especiales para representar las detonaciones, las columnas de humo o los rayos de plasma. En este sentido, la posibilidad de controlar la cámara con un notable grado de libertad aumenta la espectacularidad del juego. También, se agradece que nuestros rivales no sean unos meros peleles, ya que estos jugarán sus mejores bazas para ponernos las cosas realmente difíciles. Así, por ejemplo, no será nada raro ver cómo nos lanzan constantemente granadas o rayos aturdidores para dejarnos indefensos momentáneamente, algo que aprovecharán para castigarnos con la mayor virulencia posible.
Por último, en lo referente al apartado sonoro, Space Siege cuenta con unas buenas composiciones musicales que nos acompañarán a lo largo de la aventura, complementando a la perfección los buenos, aunque no sobresalientes, efectos sonoros que recrearán eficientemente el sonido de nuestras armas, las explosiones, etc. LA historia del juego se nos irá relatando a través de diferentes diálogos entre el protagonista de la acción y los supervivientes –que dejaremos a buen recaudo en un centro sanitario- en perfecto inglés, si bien es cierto los textos han sido traducidos a nuestro idioma.
En definitiva, la nueva obra de Gas Powered Games decepciona, y lo hace mucho más tras su excelente trabajo con Supreme Commander. Como hemos comentado, estamos ante un título que parte de un punto de inicio francamente atractivo, pero que poco a poco se va diluyendo por culpa de un desarrollo de la acción excesivamente simple y lineal, y una monotonía tanto en las misiones como en los entornos que no ayudan en nada a mantener el interés por Space Siege. Esto no significa que estemos ante un mal juego de acción y rol, puesto que el nuevo trabajo del equipo de Chris Taylor cuenta con algunos aspectos muy interesantes que sin duda agradarán a los aficionados al género, como su sistema de combate, que en algunos aspectos está realmente conseguido -da gusto combinar determinadas habilidades, aprovecharse de nuestro aliado robot, o usar el entorno como arma-, aunque también peca de ser algo simple y no aprovechar algunos de estos aspectos para dotar de un mayor componente táctico a las escaramuzas.
De lo que no hay dudas es que éste podría haber sido un título mucho mejor del que finalmente hemos recibido, y esto se debe principalmente a un enfoque jugable que no llega a cuajar por todo lo comentado anteriormente. Una pena, de verdad.
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