Análisis Sea of Thieves. Grandes aciertos y grandes fallos (Xbox One, Xbox Series X/S, PS5, PC)

Cuando eres un estudio histórico, es normal que sientas la presión con cada proyecto. Rare no sólo es conocida por sus grandísimos juegos, sino también por su versatilidad. Lo mismo te hacen un juego de plataformas en dos dimensiones que un juego de disparos en primera persona; un plataformas para adultos en tres dimensiones o un título deportivo para un periférico que te permite controlar el juego con tu cuerpo.

Tras tres años de larga espera desde que se anunciase, Sea of Thieves por fin está aquí. Si hay algo que nadie puede negar es que esta aventura de piratas no es un juego normal, y hacer algo único tiene sus pros y sus contras. Es un título muy difícil de analizar, porque cada jugador va a vivir una experiencia única, y eso complica definir unos criterios a la hora de valorarlo. En cualquier caso, vamos a contaros qué ofrece Sea of Thieves y dejar que vosotros decidáis si sois ese público.

Surcando los mares

Sea of Thieves es un juego de acción y exploración en primera persona, centrado en el cooperativo y siempre online. Nos ofrece una serie de misiones divididas en tres grupos o facciones, que nos llevarán a encontrar cofres del tesoro, a matar a ciertos enemigos o recoger animales. Todo ello, sin más indicadores que una brújula y unos mapas, uno de los factores importantes del juego.

En esta aventura pesa más el viaje que el destino. Sí, el objetivo es conseguir ese objeto para volver y subir de nivel, pero lo que se disfruta de verdad es lo que pasa por el camino. El mero hecho de navegar es un ejercicio cooperativo en el que hay que mover las velas, estar pendiente del mapa y no perder el rumbo, fomentando la comunicación en todo momento entre los jugadores, ya sea por el chat de voz o a través de unas órdenes contextuales que varían según lo que estemos haciendo.

Simplemente navegar ya es divertido, pero durante nuestras travesías nos encontraremos con rocas que esquivar, otros piratas que evitar (o encarar), reparaciones que realizar en nuestro barco, e incluso una batalla contra el mítico kraken. Es una aventura constante en la que nunca sabemos qué va a pasar. O casi nunca.

El principal pero de Sea of Thieves son las misiones y el contenido. Desde el primer momento temíamos que no hubiese mucho más que rascar más allá de lo visto en las betas, y parece que en lo que respecta a variedad de misiones no lo hay. Como decimos, lo que importa de verdad es el viaje, pero eso no quiere decir que se eche en falta algo más. Llega un punto en el que ir a buscar la X, a matar al esqueleto de turno o a recoger el cerdo de tal color deja de ser emocionante.

Rare ha conseguido mantener algunas de las misiones interesantes, como la búsqueda de tesoros con las adivinanzas, que son siempre diferentes y muy originales. Las otras, la verdad, no tanto. Hay que aplaudir a los desarrolladores por conseguir que "no hacer nada" –es decir, no hacer una misión como tal– sea tan divertido, pero después de invertir un buen puñado de horas quieres tener esa sensación de avanzar y progresar.

¿Un juego para todo el mundo?

Quizás uno de los mayores problemas a los que se ha tenido que enfrentar Rare es el de crear un juego multijugador en el que no haya barreras. La idea es que podamos jugar todos juntos sin importar tu nivel o plataforma. Yo puedo ser un pirata legendario y tú puedes acabar de empezar, y podremos jugar juntos cualquier misión. No hay niveles, sólo habilidad, y los enemigos más difíciles pueden ser derrotados siempre y cuando seamos lo suficientemente hábiles.

Así, al no haber niveles o mejores armas, toda la progresión se limita a niveles cosméticos, tanto para nuestro atuendo como para nuestras armas y para nuestro barco. Conseguir dinero para modificar nuestro barco es un proceso arduo, en el que lo más rentable es asaltar los fuertes marcados con la nube calavera para conseguir dinero; al menos hasta que desbloqueemos los niveles más avanzados de las facciones y, consecuentemente, sus misiones más rentables. Sobra decir que los jugadores que no se preocupen demasiado por la apariencia pueden no encontrar muchos alicientes para realizar misiones tan similares una y otra vez.

Sea of Thieves nos permite jugar en solitario o con una tripulación de dos, tres o cuatro personas, con un barco pequeño si somos uno o dos, y uno grande si somos tres o cuatro. Es habitual cuando te compras un juego que empieces a probarlo tú solo para acostumbrarte a las mecánicas antes de pasar a jugar con amigos, pero Rare ha decidido no incluir un tutorial, haciendo que el primer contacto con el juego sea bastante confuso, algo que nos obliga innecesariamente a tirar de internet o de nuestros amigos para averiguar el funcionamiento.

Pero supongamos que te da igual la progresión y que sabes cómo jugar, que a ti lo que te importa es jugar con amigos. Bien, todas esas barreras que Rare ha derribado para hacer el "juego multijugador más accesible" se encuentran con un molesto obstáculo: sólo podemos unirnos a alguien desde el menú principal. Esto quiere decir que si alguien está jugando y queremos unirnos, esa/s persona/s tiene/n que cerrar su partida, volver al menú e invitarte, un proceso nada ágil o conveniente.

Sea of Thieves tampoco es un juego para partidas cortas, y si en medio de una travesía un amigo quiere jugar contigo, o sales y pierdes todo el progreso, o tu amigo se espera un buen rato. Y cuando decimos un buen rato puede ser fácilmente hasta media hora, en función de la misión. Creemos que, de todas esas barreras que han quitado, se les ha olvidado quitar una de las más importantes.

Un placer para los sentidos

Donde no falla Sea of Thieves es en lo audiovisual. El juego tiene una espectacular dirección artística, lo que unido a una de las mejores recreaciones del agua que hemos visto, nos deja estampas memorables. Vamos a pasar muchas horas en el agua, pero no nos cansamos de verla. Navegar es un auténtico placer, y su estilo cartoon le sienta muy bien al tono general de la aventura.

Nosotros lo hemos jugado en Xbox One X, donde apenas hemos visto alguna caída de frames –con una tasa de 30 imágenes por segundo–, aunque sí es cierto que parece que usa una sincronización vertical adaptativa y en los momentos de mayor carga visual podemos ver como ésta se desactiva. Por último, destacar el gran trabajo de implementación del HDR, que es la guinda del pastel.

También hay un enorme trabajo detrás en lo sonoro. La música, tanto la que tocamos con nuestros instrumentos como la que suena en ciertos momentos está cuidadísima, y los efectos de sonido son excepcionales. Esto, unido a un gran uso del sonido envolvente, hace que jugar con un 5.1 sea una experiencia absorbente. El crujir de la madera, las salpicaduras del agua, las tormentas… Un apartado irreprochable.

Empezando a navegar

Sea of Thieves tiene una base sensacional. Pocos juegos consiguen hacer que sea tan divertido cooperar y que nos lo pasemos tan bien simplemente yendo en barco de un sitio a otro. Entendemos que lo que Rare ha querido hacer es un juego donde nosotros creamos la historia, y donde nuestra experiencia sea totalmente libre. Uno se va a encontrar con unos piratas desconocidos que le ayudaron a derrotar el kraken, y el otro se va a encontrar con unos que simplemente quieren matarte una y otra vez por molestar. La experiencia va a ser totalmente diferente para cada jugador, y esto lo hace un juego muy difícil de valorar.

Sí nos parecen más tangibles la falta de variedad en las misiones y el discutible sistema de progresión. Sabemos que para Rare las misiones son una excusa para que creemos nuestras historias por el camino, pero los alicientes para salir a altamar se acaban haciendo repetitivos. Y entendemos que en cierta medida este sistema de progresión es un sacrificio por hacer que cualquier jugador pueda jugar cualquier misión con cualquier persona, aunque esta accesibilidad luego choca con obligarnos a tener que salir de nuestra partida para invitar a un amigo.

Sea of Thieves es un juego único, que acierta en muchas cosas y falla en otras tantas. Tenemos que reconocer que Rare ha hecho un gran trabajo a la hora de crear este concepto, y a la vez tenemos que reprochar que un estudio de esta envergadura haya cometido ciertos errores tan básicos. Queremos pensar que esto es sólo un pequeño adelanto de lo que Sea of Thieves va a ser, y que el estudio británico va a coger el timón y llegar a buen puerto con próximas actualizaciones. No hay nada igual, así que no vas a saber si este juego es para ti hasta que lo pruebes.

Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código de descarga proporcionado por Microsoft.