Análisis de Rise of Legends (PC)
A mediados de 2003 Big Huge Games, bajo la producción de Microsoft, lanzaba al mercado un innovador juego de estrategia en tiempo real y por turnos en el que, mezclándose elementos característicos de ambos géneros, se ofrecía una experiencia de juego fantástica. Sus desarrolladores supieron desechar los defectos más comunes en cada uno de estos dos estilos de juegos de estrategia, y se centraron en pulir las virtudes de ambos, creando un título en el que tanto los combates en tiempo real contra otros ejércitos en entornos de grandes dimensiones, como la gestión de recursos y los movimientos por turnos en un gran mapa del mundo, cobraban un protagonismo único.
Con Rise of Legends abandonan la realidad y fidelidad histórica de las distintas naciones del original para sumergirnos en un mundo de fantasía en el que tres grandes facciones, Vinci, Alin y Cuotl, se enfrentarán a muerte cada una aprovechando sus virtudes. Aún así, las bases jugables del original se mantendrán intactas, por lo que las fronteras nacionales seguirán jugando un papel fundamental en el desarrollo de la acción.
El elemento más definitorio en el concepto de juego de Rise of Legends es el de las ciudades y los distintos distritos que las forman. Aquí, a diferencia de lo visto en otros títulos de estrategia en tiempo real, tendremos que levantar nuestra nación alrededor de la ciudad que nos proporcionarán al inicio de cada partida, o que conquistaremos en determinadas misiones. Por lo tanto, no podremos construir nuevos emplazamientos para levantar campamentos en cualquier lugar del escenario; tendremos que conquistar las posiciones enemigas, o apoderarnos de las edificaciones neutrales ya sea mediante la fuerza bruta o a través de acuerdos comerciales. No obstante, esto no implica que la construcción de edificaciones no exista. En esta producción de Microsoft podremos construir minas alrededor del Timonio, que es el recurso principal; o torres defensivas y edificaciones en las que comprar a las distintas unidades de combate. También, como comentábamos, las ciudades estarán compuestas por distintos distritos que nos proporcionarán todo tipo de mejoras, ya sean económicas, militares o de ciencia.
Básicamente, cada vez que iniciemos una nueva misión, en pantalla aparecerá nuestro héroe principal al lado de una ciudad simple. Pinchando sobre la misma nos aparecerán cuatro opciones, que variarán dependiendo del bando que controlemos, pero que a grandes rasgos ofrecerán beneficios similares. Así, usando el timonio y el oro en el caso de los Vinci y Alin, o el timonio y la energía en el caso de los Cuotl, podremos comprar tres distritos distintos que mejorarán el límite de población, o nos permitirán recaudar un mayor número de riquezas. Además, también dependiendo de la civilización que controlemos, estos distritos nos ofrecerán puntos de investigación y de ciencia, en el caso de los Vinci; o solamente de investigación en el de los Alin y Cuotl. Los beneficios serán tan sutiles que tendremos que pensar siempre qué tipo de distrito nos conviene crear puesto que algunos nos proporcionarán también tropas de refuerzo, o mejorarán las habilidades defensivas de nuestras ciudades.
El distrito restante, denominado Palatino en los tres bandos, actuará como avance de civilización, es decir, aumentará el tamaño de la ciudad, la vitalidad, el valor del comercio, ampliará las fronteras y aumentará el valor del resto de distritos. En el caso de los Cuotl también otorgará dos puntos de investigación. En este sentido cabe destacar que únicamente podremos crear dos distritos palatinos, puesto que nuestra ciudad evolucionará dos veces: de ciudad a gran ciudad, y de ésta a megalópolis; pero que el resto de distritos podremos crearlos cuantas veces queramos, siempre teniendo en cuenta que cada vez que creemos uno, el siguiente del mismo tipo será más caro. Y esto mismo ocurrirá con las unidades.
En Rise of Legends, como explicábamos, podremos comprar unidades en las distintas edificaciones que irán a parte de las ciudades. De este modo, podemos conformar un ejército de mosqueteros con los Vinci, que serán su unidad básica; o centrarnos en unidades aéreas o de artillería pesada. Como decíamos, al igual que ocurre con los distritos, cada vez que compremos una unidad el precio de las mismas (del mismo tipo) se irá incrementando, hecho que nos obligará a combinar sabiamente las distintas unidades que conformarán el amplio repertorio de combatientes con el que nos encontraremos en Rise of Legends.
Y es que aunque en líneas generales los tres ejércitos compartirán tropas similares (los mosqueteros de los Vinci son guerreros con ataque a distancia y cuerpo a cuerpo con los Cuotl, o espadachines con los Alin), cada uno contará con distintas unidades que conformarán el estilo de juego de cada bando: con los Cuotl, por ejemplo, no necesitaremos grandes ejércitos para arrasar las posiciones enemigas, puesto que sus tropas resultan bastante poderosas; pero los Alin sí necesitan combinar los tres tipos de ejércitos que pueden llegar a controlar en una misma partida. Tampoco podemos olvidar la figura de los héroes, que aparecerán en un gran número, y que por norma general podremos invocar en cada una de las misiones pagando un elevado precio, que además también se irá incrementando conforme vayan llegando héroes al escenario. Éstos, como no podía ser de otra forma, poseerán una serie de habilidades especiales que los harán tremendamente poderosos, pero siempre necesitarán de la ayuda de un ejército para imponerse en el campo de batalla.
En este sentido, el desarrollo de las misiones en Rise of Legends resulta digno de mención. Por norma general las misiones se basarán en conquistar las ciudades enemigas, pero también nos encontraremos con escenarios en los que un reducido número de tropas, con la ayuda de tres héroes que aparecerán desde el principio en la misión, tendrán que afrontar distintos desafíos como conquistar edificaciones concretas, o eliminar a personajes específicos. Además, en la mayoría de misiones nos encontraremos con objetivos secundarios que nos recompensarán con una serie de puntos de experiencias de los que hablaremos después, y que nos facilitarán el avance por el mapa del mundo. Por lo tanto, la monotonía en las misiones no será uno de los rasgos característicos de Rise of Legends.
Como tampoco lo será la facilidad. Si disfrutamos de la aventura en el nivel de dificultad moderado, nos encontraremos con un enemigo que no dudará ni un instante en invadir nuestro territorio con el único propósito de terminar con nuestra nación lo más pronto posible. Si dispone de elementos de ataque como grandes cañones, no dudará en emplearlo para exterminarnos, como tampoco tendrán reparos en enviar a sus héroes para que nuestras tropas caigan bajo sus poderosos ataques. Lógicamente, las torres defensivas serán una de nuestras mejores armas a la hora de proteger el territorio, pero sin un ejército equilibrado, con unidades de todo tipo, resultará tremendamente complicado alzarse con la victoria.
Así pues, desde la ciudad tendremos que crear las caravanas para que éstas se dirijan a los distintos destinos asignados para comenzar a intercambiar timonio por oro. Además, mediante este acto conseguiremos que las distintas edificaciones neutrales se pasen a nuestro bando ya que, en el caso de estas dos facciones, podremos comprar las ciudades o edificios neutrales con oro. Esta acción la podemos realizar por la vía rápida, es decir, comprarla directamente pagando la cantidad de oro indicada, que puede ser demasiado alta, o adecuada para nuestra capacidad económica; o esperar a que las caravanas vayan rebajando su precio conforme vayan entregando el timonio. De este modo en vez de pagar mil monedas de oro, esperando unos minutos podremos rebajar el precio casi a la mitad.
Los Cuotl, por el contrario, no usarán el oro, sino que basarán su economía en la energía que generarán las distintas edificaciones que levantaremos. También nuestros mineros podrán obtenerla si realizamos las mejoras pertinentes, pero básicamente la forma de obtenerlas será a través de los distritos. Al no tener el oro, la compra de ciudades neutrales no se producirá nunca, pero esto no significa que no las podamos adherir a nuestra nación sin necesidad de usar la fuerza brutal. Los Cuotl usarán la energía como medio de pago sometiendo, a través de un rayo divino, las ciudades neutrales y a todos los combatientes que se encuentren a su alrededor, que sufrirán una serie de daños por el rayo. Conforme mejoremos una de las habilidades especiales de esta civilización, a través de los citados puntos de investigación, de los que hablaremos a continuación, el precio de energía a pagar se reducirá, y el daño que sufrirán los guerreros pertenecientes a esa ciudad será bastante menor.
Por último, en materia de gestión de recursos cabe resaltar que en la mayoría de escenarios nos encontraremos con distintas edificaciones neutrales que nos ofrecerán oro, timonio, o energía dependiendo del bando que controlemos, así como también habrá una serie de bloques de timonio repartidos por el mapa que podremos recoger para obtener el preciado mineral de manera rápida. Encontrar este tipo de edificios u objetos nos ayudará a mejorar nuestra economía rápidamente, lo que evitará que el enemigo pueda cogernos por sorpresa con ataques repentinos ya que al menos tendremos los recursos necesarios para comprar un buen ejército y edificar las defensas.
De este modo, por ejemplo, dentro de nuestras fronteras nuestras unidades sanarán sus heridas con el paso del tiempo, mientras que los enemigos perderán poco a poco su vida. Lo mismo ocurrirá, pero a la inversa, cada vez que nosotros traspasemos sus fronteras y nos internemos en su territorio. Además, el ataque de nuestras tropas puede verse reducido o aumentado, por lo que siempre tendremos que tener en cuenta el lugar en el que combatiremos para prepararnos más o menos. Sin embargo, existen formas para evitar el temido desgaste en la salud de las tropas invasoras, o la posibilidad de mejorar el ataque y la moral de los combatientes en territorio enemigo. Simplemente usando los puntos de investigación en las mejoras políticas en el caso de los Vinci, o comprando unas unidades especiales con los Salin o Cuotl, evitaremos que todos estos sucesos negativos afecten demasiado a nuestro bando; pero el enemigo también los podrá usar, por lo que no contaremos con ningún tipo de ventaja.
También, cuando hablamos de invasión hacemos referencia a la conquista de las posiciones enemigas. En cada bando existen unas unidades (las de infantería) que al encontrarse cerca de determinadas edificaciones, o en las propias ciudades enemigas, pueden entrar dentro y asaltarlas; terminando así de golpe con sus defensas. No obstante, antes de invadir la edificación en cuestión tendremos que debilitarla, puesto que el número de tropas que se requerirán para asaltarlas será tan elevado que difícilmente podremos tenerlo.
En cada uno de los territorios conquistados podremos construir los mismos distritos que en los escenarios de combate, pero en vez de pagarlos con oro, energía y timonio, emplearemos puntos de construcción que iremos ganando conforme vayamos completando las misiones, amén de los puntos que nos otorgarán los distritos ya construidos en este mapa. Del mismo modo que en los escenarios bélicos, conforme vayamos construyendo más distritos, más caros nos costarán en ese territorio, por lo que tendremos que pensarnos mucho la ubicación de cada uno de los distritos. Éstos, además, no sólo nos ofrecerán puntos de construcción, sino que también otorgarán puntos de ciencia y ejército que luego podremos emplear en comprar nuevos tipos de unidades (con los de ciencia), o preparar una serie de tropas que aparecerán siempre nada más iniciar la partida (con los de ejército).
En este sentido también hay que resaltar la gran libertad que nos ofrecen los desarrolladores puesto que, siempre contando con el espacio límite que nos ponen, podemos iniciar todas las misiones de la campaña escoltados por un gran pelotón de mosqueteros, o hacerlo acompañados de una gran cantidad de dragones voladores, por poner sólo dos ejemplos.. Lo mismo ocurrirá con los puntos de ciencia, ya que en tres ramas específicas, encontraremos unidades especializadas en distintos estilos de combate, ya sea cuerpo a cuerpo, por aire, o artillería pesada; o en el caso de los Alin, perteneciente a cada uno de los tres elementos que emplean, cristal, fuego y arena. Por último, conforme vayamos superando las misiones principales y secundarias iremos ganando una serie de puntos de experiencia que tendremos que emplear en mejorar las habilidades especiales de los héroes, que contarán con cinco poderes específicos que podrán ser mejorados en distintos niveles.
Cada uno de los tres bandos cuenta con un poder especial, que irá desde la devastación industrial de los Vinci, que hará que el territorio sobre el que se lance sufra daños, tanto en las estructuras como en los individuos que se encuentren sobre él; a la posibilidad de invocar un ejército completo por parte de los Alin, o el proyectil estelar de los Cuotl, que revelará una gran zona del mapeado y quemará a todos los individuos que se encuentren en la zona en cuestión. También los Vinci contarán con el recurso de la ciencia, lo que les permitirá investigar en los laboratorios distintos tipos de unidades o mejoras para las mismas, aparte de las mejoras que se obtendrán con los puntos de investigación que, como decíamos, también tendrán las otras dos facciones.
Sin embargo, como era de esperar, cada uno de estos bandos poseerá una serie de habilidades totalmente distintas a las del resto ya que, en general, definen el carácter de cada una de las civilizaciones. Los Vinci poseen habilidades como la minería, que mejora los ingresos de timonio; política, que amplía las fronteras nacionales y reduce el coste de las bases neutrales, así como también reduce los daños al realizar invasiones; e incluso proporciona recursos cada vez que eliminamos a los enemigos con la rapiña. Los Alin, por el contrario, utilizan más la magia, por lo que podrán eliminar por completo la niebla de guerra con la sabiduría de la tierra, o invocar el ya citado ejército en cuestión de segundos. Los Cuotl, que son una mezcla de tribu religiosa tremendamente avanzada tecnológicamente hablando, permitirá generar centinelas con facilidad con la habilidad de Fervor; mostrará partes del escenario con el poder divino, que da paso al proyectil estelar; y mejorarán las defensas de todas las estructuras, así como reducirán el coste de sometimiento de otras naciones, con su sentencia.
Por supuesto, cada bando posee una serie de unidades distintas que tendremos que conocer al detalle para sacarles su máximo provecho. Y es que además, no siempre se conseguirán de la misma forma. Los Alin, en este sentido, son la civilización más compleja al contar con tres ramas distintas en las que compraremos unidades del tipo arena, fuego o cristal.
Los efectos de luces, sin llegar al nivel del reciente Spellforce 2, muestran un gran acabado, con todas las unidades generando sombras en tiempo real dependiendo de la posición de la fuente de luz. Además, el modelado de todas las unidades será más que notable, con unas muy buenas animaciones en la mayoría de las mismas. Las edificaciones, siguiendo este camino, también muestran un buen acabado gráfico, con varios elementos móviles en todas ellas –las poleas de los Vinci en las ciudades, las fortalezas flotantes Alin, etc.-, y con un nivel de destrucción realmente bueno. Y es que sin duda, el motor físico en Rise of Legends destacará sobre todo en las secuencias de ataques a las ciudades puesto que, con la lluvia de bombas y disparos, veremos como pieza a pieza cada uno de los distritos se van derrumbando e incendiando.
Los Vinci, por ejemplo, verán caer sus grandes chimeneas partiéndose en varios pedazos que rodarán ladera abajo, mientras rebotan sobre todas las superficies de los distritos restantes, mientras que en el caso de los Alin, las rocas y grandes cúpulas caerán en los fosos situados bajo las ciudades, y allí se irán amontonando todos los escombros de manera realista. Si nuestro ejército ataca con una pequeña construcción enemiga, los ladrillos de la misma se esparcirán por todo el entorno, dejando un rastro de humo y llamas por todas partes. Sin embargo, todo este espectáculo tenía que tener un pero y en este caso lo encontramos en las ralentizaciones que sufriremos en los momentos de máxima acción, cuando decenas y decenas de combatientes se batirán a muerte alrededor de las grandes ciudades. En estos casos las ralentizaciones pueden llegar a ser bastante exageradas, aunque en el resto de momentos de la partida el motor gráfico se mostrará sólido.
Tampoco podemos olvidar la gran variedad de entornos con la que nos encontraremos, puesto que en cada una de las tres campañas recorreremos distintas regiones a cada cual más sorprendente. De este modo, con los Vinci descubriremos parajes pantanosos, grandes praderas con imponentes montañas alrededor, y zonas boscosas con bastante vida en su interior. Los Alin vivirán en el desierto, y los entornos destacarán por su inmensidad, y por la desolación que en ellos encontraremos. Sin embargo, no todo serán desiertos, puesto que también recorreremos zonas repletas de lava, grandes ruinas arcanas, e incluso "bosques de cristal" que serán el origen del mal que asola esta tierra. Los Quotl vivirán en zonas boscosas al estilo Vinci, pero serán entornos más misterios, con gigantescos árboles que tapan la luz del día, y zonas pantanosas en las que a nadie le gustaría perderse. En definitiva, el trabajo realizado en el apartado gráfico, y en especial en todo lo referente a los diseños, tanto de las construcciones, como de los entornos y las unidades es magnífico. Y eso sin hablar de las impresionantes secuencias cinemáticas que se nos mostrarán al iniciar y finalizar cada una de las campañas, encontrándonos además con ciertos momentos en los que, dentro del juego, todo se nos narrará como si de una película se tratara (vemos al protagonista hablando con un amigo sobre su caballo mientras en el fondo se ven todas sus tropas, por ejemplo).
Lo mismo ocurre con el apartado sonoro. Rise of Legends cuenta con un fantástico doblaje al castellano, y con una banda sonora notable, con melodías épicas que acompañarán a nuestro héroe Giacomo por toda la región de Aio. En este sentido, de nuevo destaca la variedad en el repertorio musical, con tres estilos de música distintos para las tres facciones, y con unos efectos sonoros buenos, aunque no destacables. La inteligencia artificial de los enemigos y de nuestras unidades tampoco llegará al sobresaliente, aunque no resulta mala en general. El problema en este aspecto radica en que en ocasiones, nuestras tropas se bloquearán por el camino y en vez de dirigirse al lugar indicado por nosotros, se quedarán paradas intentando saltar el abismo, en vez de cruzar por el puente; o detenidas frente a un edificio sin pensar que bordeándolo se puede llegar igualmente.
Son todos estos elementos los que hacen que esta creación de Big Huge Games sea uno de los títulos más redondos de lo que llevamos de año. Su sistema de juego resulta divertido y profundo, con un modo campaña que nos mantendrá pegados al PC durante semanas, y con un buen multijugador que alargará todavía más la vida del producto. En definitiva, un juego que ningún amante de la estrategia debe dejar escapar.