Análisis de Mount and Blade (PC)
El rol vuelve a nuestras máquinas con Mount&Blade. Nos reencontraremos con una forma de juego totalmente libre a la que daremos forma a nuestro antojo. La historia del juego dependerá del camino que elijamos desde el principio. La mayoría de juegos tiene una historia predeterminada con un personaje o personajes a los que tenemos que adaptarnos. En este caso, nuestras primeras elecciones –aun sin entrar en el juego- serán muy importantes para determinar el rumbo que tomará nuestra aventura.
En un principio, el juego pedirá al jugador que determine su pasado: el oficio de su padre (a escoger entre diferentes opciones como ladrón, comerciante, noble empobrecido, etc.), donde y cómo pasó su niñez (desde ser un aprendiz, gamberro, paje en la corte real…), su oficio de mayor, entre los que escogeremos trovador, herrero, guerrero, etc.
Y finalmente por qué decidimos dejarlo todo y aventurarnos a salir del hogar para buscar nuevas aventuras, en este caso, el jugador deberá debatirse entre la posibilidad de que fuera por la muerte de un familiar, el afán de poder o una oscura venganza.
El inicio del juego deja entrever la gran posibilidad de movimiento que tendrá el jugador durante todo el juego. Posteriormente, se nos pedirá que introduzcamos los valores típicos de los juegos de rol en el apartado de atributos que se verán influidos claramente por las respuestas que habremos contestado anteriormente. En este apartado el repartimiento de puntos será muy importante para determinar nuestras actividades, en este caso, primero distribuiremos los puntos específicos para la fuerza o la inteligencia, posteriormente los otorgaremos a categorías mucho más especificas como las de curar heridas, empatía, liderazgo o manejo de prisioneros, por ejemplo, y finalmente a nuestras habilidades de lucha; concretamente con las armas: a una mano, a dos manos, con arcos y ballestas u objetos arrojadizos.
Las posibilidades de configuración son infinitas por lo que podremos dar a nuestro personaje las habilidades que queramos en todo momento. Esto supone una adaptabilidad que aprovecharemos en cada momento de la partida pues se nos presentaran ocasiones de todos los palos en todo momento, desde el traslado de un prisionero hasta la protección de una caravana comercial por lo que si no tenemos un atributo concreto no lo podremos realizar. Dentro de este apartado, si disponemos de esta habilidad, puede que no sea con la cantidad de puntos necesarios por lo que nos será difícil cumplirla con efectividad.
El movimiento del personaje a lo largo y ancho del mapa se realizará con una vista de mapa que es, junto a los gráficos de las aldeas y el movimiento en primera persona, uno de los puntos más flojos del juego. Las posibilidades serán infinitas para el jugador, que verá como se multiplican sus opciones conforme vaya entrando en las diferentes aldeas, castillos o poblados a lo largo de todo el territorio.
Las relaciones entre el protagonista y los diferentes señores de cada zona serán de especial importancia para ir subiendo de nivel. La inclusión en sus ejércitos como tropa de mercenarios puede que sea una de las actuaciones más seguras ya que nos permitirá subir nuestro nivel para progresar en la pirámide social de Calradia, el territorio donde se desarrolla la acción. Pero antes que esto, tendremos que tener en cuenta otros muchos objetivos hasta trabajar para el rey.
Empezaremos nuestra aventura con un caballo y algunos denares que nos permitirán realizar nuestras primeras transacciones. Podemos optar desde el principio por enfrentarnos a los diferentes saqueadores y desertores que encontraremos en nuestro camino y vendrán a nuestro encuentro, lo cual no se recomienda cuando suelen superarte en número y el protagonista va solo ya que acabarán por vaciar nuestro bolsillo y dejarnos en la otra punta del mapa después de saquear nuestro todavía pobre inventario. El camino que el protagonista quiere seguir en los primeros compases del juego para salir airoso y crearse una buena reputación y un respeto entre los diferentes aldeanos es el de crear una pequeña tropa que irá evolucionando con el tiempo, primero reclutando campesinos de las diferentes tribus y aldeas y después, con una reputación más elevada y un bolsillo más holgado, buscando en las tabernas de las ciudades donde siempre habrá mercenarios a sueldo o antiguos veteranos de guerra que querrán incorporarse a nuestro batallón. En algunas ocasiones, encontraremos a estos caballeros que se nos ofrecerán a cambio de nada para seguirnos en nuestra aventura.
En estas mismas tabernas es donde tendremos que crear nuestra red de "amistades" que nos permitirán avanzar más fácilmente por el juego; taberneros, ciudadanos que pueden darnos información sobre el estado de las cosas en un territorio determinado o viajeros que nos darán las nuevas de tierras lejanas donde eventualmente podemos llegar ya sea voluntaria o involuntariamente. Finalmente, también podremos hacer fortuna manejando prisioneros y cazando desertores y asesinos en las diferentes aldeas y llevándolos al señor de turno al que tendremos que convencer para que nos deje actuar en su zona e incorporar a su ejército.
Una vez tengamos formado nuestro grupo, cuanto más nutrido mejor, procederemos a ejecutar las diferentes acciones que nos permite el juego, pero tomar un camino equivocado que no vaya con nuestras habilidades solo nos traerá problemas ya que si nos enfrentamos a un ejército de 80 personas con nuestra troupe de doce, tenemos mucha probabilidad de que nuestras posibilidades pasen por acabar en la otra punta del mapa sin un denar en el bolsillo y sin un maldito compañero que nos ayude. La migración debe ser una de las últimas opciones si no tenemos un ejército potente con una experiencia probada.
Formación de un ejército fuerte
Lo que el principio será un escuadrón formado por campesinos y miembros de algunas tribus, entre las que dispondremos de algún veterano de guerra sobre el que también podremos influir en su formación e indumentaria, podrá convertirse en un ejército si realizamos las maniobras correctas. Un buen entrenamiento nos permitirá que estos ganen puntos de experiencia y se nos permita otorgarles diferentes habilidades como las de lancero, arquero o veterano aunque también puede ser que un nuevo recluta ya tenga este rango desde el principio.
Los encuentros entre dos grupos pueden darnos muchos puntos y hacer que la moral del grupo aumente a grandes zancadas o por lo contrario puede producirse una derrota, lo que significa la baja de un gran número de efectivos sumada al pago de una cantidad de denares y el saqueo de nuestro inventario, que también influirá sobre la moral de nuestras tropas, ya que la comida que tenemos en nuestro poder incluye modificadores de moral que suman o restan según la disponibilidad de estos alimentos.
La relación con nuestras tropas es uno de los fuertes del juego junto al modo de combate. Podremos preguntarles sobre su estado moral, si desean seguir con nosotros y la forma como deben actuar en cada momento; de la misma forma, si una de nuestras acciones no les gusta nos manifestarán su enfado en forma de deserción a la que podemos acceder o convencerlos para que no nos dejen.
Ya en combate el juego gana muchos enteros. La recreación dista mucho de la de la calidad gráfica en las aldeas y el combate a caballo representa una nueva forma de luchar que no habíamos visto –con esta calidad– en otros juegos del género. Nuestras acciones como líder serán claves para la actuación de nuestro ejército al que daremos las órdenes que queramos durante el tiempo que dure el combate: los diferentes embates los protagonizaremos con acciones como: todos al ataque, solo arqueros, solo con armas contundentes, etc. Incluso podremos realizar, sobre todo cuando nuestros soldados aun no dispongan de caballos, de una primera pasada en caballo sobre el enemigo para realizar los primeros ataques con espada y así aligerar la carga de combate mientras llega la infantería a pie.
Cuanto más avance el juego más actos bélicos serán posibles escenarios para nuestras batallas, no únicamente solos sino aliados con algún grupo reducido o con las mismas tropas de los reyes de Calradia, a los que ofreceremos nuestros servicios como comandantes de un ejército mucho mayor en caso de necesidad.
En el caso de las armas nos podremos especializar en un gran número de armamento tipificado en armas a una mano, a dos manos, ballestas o arrojadizas, entre otros. Dentro de estos grupos encontraremos desde espadas a lanzas pasando por arcos, ballestas, cuchillos, etc.; un gran abanico de armas que podremos obtener comprando en las diferentes aldeas o fruto de nuestros combates, que al final nos dejaran un lastre de objetos, a veces útil, a veces inservible, pese a que todos tendrán un valor de venta en los mercados locales.
La economía
El sector económico, muy en boga actualmente, también tendrá su apartado en Mount&Blade. Las transacciones que nos permitirán sobrevivir a lo largo de Calradia las haremos de diferentes maneras. Podemos comprar, siendo buenos chicos y ganándonos los favores de los aldeanos o pasar a la acción y robar, sobre todo ganado, extorsionar para conseguir todo tipo de objetos y después venderlos o finalmente, cuando ya tengamos un ejército fuerte, arrasar las diferentes aldeas y apoderarnos de todo aquello de valor que encontremos.
La otra forma de conseguir dinero será intervenir en las diferentes batallas en las que además del dinero de los vencidos conseguiremos nuevo material –incluso caballos– con los que posteriormente comerciaremos en los mercados locales. La fluctuación de precios es uno de los hándicaps que encontraremos a lo largo de todo el juego y que tendremos que lidiar o bien con nuestros conocimientos sobre comercio o por el contrario con un miembro de nuestra troupe que tenga esta habilidad como más destacada que la nuestra. La cantidad de opciones serán infinitas en cuanto a lo económico se refiere.
La última palabra la tiene el público
El producto ya está en el mercado y a Friendware solo le queda esperar las reacciones de los jugadores. El juego, como todos, presenta pros y contras pero tiene números para cuajar en cierto sector del mercado del rol y la estrategia. Pese a unos gráficos que dejan mucho en el tintero, más propios de los juegos de hace unos años, Mount&Blade nos deja un sistema de juego y gestión económico-militar de lo más completo.
La comandancia en el campo de batalla será uno de los puntos más candentes que tendremos ganas de repetir una y otra vez; si los primeros combates nos parecerán un poco lentos porque nuestro ejército no dispone de caballería, en los más grandes, con la participación de centenares de soldados, la experiencia será única dado el buen trabajo del estudio en este sector del juego. La contundencia y realismo de las batallas se unirán a la perfección de un sector económico propio de las sociedades medievales más avanzadas y una dinámica de relaciones entre reinos que responderán a nuestras acciones en forma de guerra o amistad según evolucionen nuestras acciones.
Finalmente, uno de los puntos que se ha resuelto a medias es la música y los efectos que se repiten en exceso una vez avanzado el juego. Aunque la música de orquesta ambienta muy bien con compases de música medieval. Para concluir podríamos decir que el juego carece de historia pero que esto se convierte en uno de los puntos más fuertes del juego dejando al jugador toda la responsabilidad de sus acciones.