Análisis de Kona (PC, Switch, PS5, Xbox Series X/S, Xbox One, PS4)
Ha pasado más de un año desde que os hablamos de Kôna: Day One, un título canadiense financiado en Kickstarter que, desde entonces ha perdido su subtítulo y su acento circunflejo. También, por supuesto, ha ganado muchas cosas, y ahora es un juego completo que ha sabido materializar las buenas sensaciones que nos dejó en sus impresiones.
Algo se esconde en la nieve
Kona es un juego de exploración y supervivencia en primera persona donde la historia toma un papel principal. Aunque la exploración sí que es muy importante, la supervivencia es más un componente de la jugabilidad que un pilar de ésta. La esencia del juego será explorar los escenarios, encontrar pistas para descubrir la historia, y solventar los "obstáculos" que se presentan para progresar sin morirnos de frío.
El planteamiento es muy sencillo. Tenemos un escenario abierto ante nosotros que, en realidad, son como zonas pequeñas conectadas entre sí, y tendremos que ir a cada una de ellas a conseguir información u ítems que nos ayuden a progresar.
La mayoría de estas zonas tienen algún tipo de casa o establecimiento, y guardan un acertijo que no es más que encontrar el objeto u objetos necesarios. No hay mucha dificultad en el juego, ya que todo se limita a mirar a nuestro alrededor, aunque a veces nos encontramos con un puzle que nos hará pensar un poco más.
Empezamos en un coche, conduciendo por el norte de Canadá, donde nuestro contacto nos espera para ponernos al día sobre un caso que tenemos que investigar. Tras los primeros compases, que nos sirven de tutorial, un accidente sirve de punto de partida para el argumento. Despertamos en el mismo sitio, pero todo está cubierto de nieve, y una tormenta infernal pondrá a prueba nuestra capacidad para sobrevivir. Comienza así Kona.
Pronto veremos que el juego no nos va a dar muchas pistas ni ayudas. Una serie de iconos nos indica nuestro estado físico, mental y nuestra temperatura corporal, un pequeño punto blanco se iluminará al acercarnos si podemos interactuar con un objeto en concreto. Aparte, si necesitamos una serie de objetos que combinar para un fin concreto, nos aparecerán los iconos de los objetos a combinar. Pero ya está, aparte de estos indicadores, no tenemos ninguna ayuda visual sobre lo que hacer.
Eso sí, la voz en off que nos acompaña en todo momento, y que relata los acontecimientos nos dará algunas pistas para seguir. Normalmente, el juego se encarga de guiarnos con naturalidad y acierto, y por ejemplo, si encontramos puntos de interés en un mapa, nuestro protagonista los añadirá al suyo como indicador de que tenemos que explorarlo. Aunque tenemos menús tradicionales, Kona consigue crear una interfaz muy natural, que nos da sensación de libertad y supervivencia.
Para sobrevivir tendremos que encontrar hogueras, estufas de leña o radiadores; cualquier fuente de calor es buena para permanecer con vida. El frío hará mella en las habilidades del protagonista que, por ejemplo, correrá más despacio cuando su temperatura corporal descienda. Por suerte, es bastante fácil conseguir recursos para no morir, y simplemente tenemos que explorar y gestionar bien lo que encontramos.
Siguiendo el misterio
Kona no es un juego que recomendemos por la supervivencia, sino por la historia. La narrativa del juego es genial, bien estructurada y bien llevada, con un argumento interesante y bien contado. El narrador omnisciente y la información que encontramos investigando nos dosifican la historia con acierto, y unas especies de flashbacks nos muestran los eventos acontecidos antes de nuestra llegada.
El aura de misterio está perfectamente recreada, y en nuestro caso, saber más sobre los eventos ha sido lo que más nos ha motivado a seguir jugando. Eso sí, preparaos para meteros bien en el universo, leer muchos documentos, juntar todas las partes en vuestra mente y unir conceptos. Por suerte, tenemos un práctico diario donde anotamos todos los eventos relevantes, y donde, además, podemos ver si nos hemos dejado alguna pista clave por el camino.
Explorando Canadá
En PS4 Pro, funciona a entre 45 y 60 imágenes por segundo de media, en función del escenario, con algunas caídas, pero nada grave. El juego luce bien, con paisajes e interiores bien diseñados, perfectos para la historia que quiere contar y los suficientemente complejos para albergar los misterios de Kona. La imagen se ve bastante limpia en una pantalla 4K, aunque no es resolución nativa, y podemos apreciar dientes de sierra. Os recomendamos que ni lo probéis sin el parche del día 1, porque sin él funciona entre 15 y 25 frames, y llega a caer hasta los 10.
Al igual que os adelantamos en sus impresiones, el aspecto sonoro sí que destaca más, gracias a un narrador que hace un gran trabajo, música acertadísima y buenos sonidos ambientales. El juego, además, nos llega con textos en castellano, aunque por desgracia las voces siguen en inglés (o francés). En cualquier caso, se disfruta perfectamente con los subtítulos.
Una gran historia
Kona es un buen juego que destaca por su historia y cómo la cuenta. Algunos pueden encontrar tediosa la exploración, sobre todo si nos dejamos algo atrás y tenemos que volver, pero en general funciona bien y le da sentido al componente de supervivencia. Eso sí, es un título para quienes busquen un thriller con elementos sobrenaturales y exploración, no para quienes busquen un juego de supervivencia.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código de descarga proporcionado por Koch Media.