Análisis Katana Zero, acción frenética, narrativa y pixel art (PC, Xbox One, Switch)
Es interesante ver cómo la dificultad hoy en día es un tema tan controvertido. Algo que antes era el pan nuestro de cada día –morir y mejorar hasta pasarte un juego– ahora puede desatar debates intensos sobre el estado de la industria. Sí, FromSoftware tiene su propio estilo de hacer las cosas, pero, además, encontramos muchos títulos pequeños, independientes, que nos van a hacer morir una y otra vez. Katana Zero, de Akiisoft, nos va a matar una cuantas veces también, sin llegar a esos límites de complejidad.
Visiones, katanas y tiempo bala
Katana Zero es un juego de acción en dos dimensiones en el que controlamos a un samurái en una época actual. Eso quiere decir que todos los enemigos a los que nos enfrentaremos tienen armas del siglo XXI, incluyendo pistolas, escudos antidisturbios y alguna que otra más. Las razones por las que nos encontramos en esta situación se van desvelando poco a poco, y nos ha sorprendido la carga narrativa que encontramos en este título.
El juego de Akiisoft hace mucho énfasis en la historia y, si bien no vamos a negar que al principio se nos hacía algo pesada –aquí habíamos venido a pegar espadazos– al final nos ha acabado atrapando y animando a jugar hasta el final para descubrir qué estaba pasando. El componente narrativo nos permite tomar algunas decisiones, aunque la inmensa mayoría de ellas sólo modifica el diálogo y no tiene ningún peso en el juego.
Por razones que no vamos a desvelar, poder tomar estas pequeñas decisiones al final acaba teniendo sentido en algunos momentos, por lo que no nos da la sensación de ser algo inútil. Además, nos permite interrumpir a nuestro interlocutor si no queremos que se enrolle, algo que sirve también, en cierta medida, para que podamos definir la personalidad de nuestro protagonista.
En lo meramente jugable, es un título bastante sencillo. Podemos saltar, pegar con nuestra espada y lanzar objetos, así como rodar y ralentizar el tiempo. Nos vamos a encontrar con niveles breves que tenemos que completar antes de que se acabe el tiempo combinando todas esas habilidades y aprovechando el buen diseño de los escenarios para ser los más efectivos posibles.
Nuestro protagonista sólo es capaz de resistir un ataque, por lo que tenemos que completar cada nivel, literalmente, sin que nos toquen. Es un concepto que nos ha recordado un poco a Hotline Miami. Tenemos que medio aprendernos los escenarios y las rutinas de los enemigos, e ir definiendo una ruta óptima para acabar con todos sin que tengan posibilidad de alcanzarnos.
La estrategia es importantísima, ya que muchas veces necesitaremos trazar nuestra ruta con ciertos objetos en mente como, por ejemplo, conseguir un cóctel molotov para explotar unos barriles de gasolina. Tendremos que usar, aparte, todas nuestras habilidades. Tendremos que rodar para esquivar balas o ponernos detrás de enemigos protegidos, y tendremos que usar nuestra katana para desviar las balas que nos disparan. Puede haber momentos muy intensos, pero el tiempo bala está ahí para ayudarnos.
Es cierto que el juego empieza algo lento y simplón en lo jugable, pero os aseguramos que vais a acabar encontrando algunos desafíos notables, que nos van a obligar a darlo todo y enfrentarnos a los rivales con cabeza y precisión. De hecho, la segunda mitad del juego, en la que la dificultad aumenta y la historia alcanza su punto álgido nos ha encantado. Ha sido unos de esos juegos que nos habría gustado que durara más, pero preferimos algo conciso y de calidad a algo estirado artificialmente.
Un elaborado universo pixel art
A nosotros nos encanta el pixel art, pero nos gusta el elaborado, no el que se hace para trabajar menos. En ese caso, Akiisoft ha hecho un gran trabajo. Sin ser el más complejo, está muy cuidado, con multitud de animaciones y pequeños detalles que hacen que luzca genial.
De hecho, queremos destacar el trabajo hecho en el apartado visual para apoyar la narrativa. Los bocadillos están elaboradísimos, utilizando diferentes colores y animaciones, e incluso sonidos, para transmitir lo que están diciendo los personajes y cómo lo dicen. Hay que aplaudir la labor de los desarrolladores aquí, que consiguen que incluso sin voces seas capaz de imaginarte cómo está hablando el personaje. Dicho sea de paso, nos llega con una excelente traducción al castellano.
En lo sonoro, tenemos una muy buena banda sonora que nos acompaña durante las misiones. Hay un detalle muy simpático, y es que al principio de cada misión nuestro personaje se pone los cascos y elige un tema para que sirva de música durante la acción.
Encontramos también una buena variedad de niveles en lo artístico. Vamos desde salones recreativos a laboratorios, pasando por discotecas o calles de corte asiático, que hace que no se haga repetitivo en absoluto en las cinco horas que nos ha durado. Hemos echado de menos más opciones para invitarnos a rejugarlo, pero también es cierto que la aventura principal nos ha dejado muy satisfechos.
Desenfunda tu katana
Katana Zero nos ha gustado mucho. Tarda un poco en arrancar, pero cuando arranca no hay quien lo pare. Es un título que nos permite hacer auténticas locuras, que nos obliga a mejorar, a pesar rápido y a tirar de estrategia para completar los niveles. Audiovisualmente, dentro de su simpleza, hace muchas cosas bien y tiene mucho encanto, y gracias a la interesante historia que cuenta –y lo bien contada que está– nos atrapa hasta el final.
Si queréis un título de acción rápido y frenético, en el que no sólo hay que repartir katanazos sino también pensar, Katana Zero es una gran opción. Además, tiene una buena narrativa, cosa poco habitual en el género. Echamos de menos más opciones para rejugarlo, pero aun así nos parece un título muy recomendable.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código de descarga proporcionado por Devolver Digital.