Análisis de Blood Bowl 2 (PC, PS4, Xbox One)
Hay mezclas que por imposibles y ridículamente estrafalarias, acaban funcionando de forma especial. Games Workshop, la multinacional diseñadora de miniaturas y juegos de mesa de origen británico, siempre ha sabido utilizar sus fantásticas bazas a la hora de dar a luz nuevos entramados jugables que expriman las únicas ambientaciones con las que trabaja en sus líneas de Warhammer o Warhammer 40.000. Aunque en los últimos años la empresa ha ido recortando los llamados juegos de especialista -juegos de miniatura que gozan de un soporte más limitado de miniaturas o reglas dada su complejidad-, si hay un título que sigue recibiendo el cariño de los usuarios y aficionados ese es Blood Bowl.
Blood Bowl nos propone una idea descabellada pero increíblemente atractiva: llevar los partidos de fútbol americano a la edad medieval fantástica de Warhammer. Es decir, en lugar de ver jugar a los Patriots de Nueva Inglaterra, los Ravens de Baltimore o los Cowboys de Dallas, disfrutaremos de encuentros de Elfos, Hombres, Enanos y demás razas de Warhammer, en los que la magia y la violencia más extrema -sin olvidar nunca el sentido del humor-, están siempre presentes. Pero, ¿cómo trasladar un complejo entramado de reglas para miniaturas y tablero a un videojuego? Pues sin entrar en demasiados detalles, la verdad es que Cyanide y Focus Home Interactive han dado con la fórmula correcta.
Un juego de encuentros deportivos fantásticos
Como os decíamos al comienzo del análisis, Blood Bowl 2 -secuela de una lastrada e incompleta versión anterior lanzada en portátiles como PSP, consolas y PC a cargo del mismo estudio-, es quizás la adaptación más completa, divertida y entretenida de un juego de mesa de miniaturas de Games Workshop al mundo de los videojuegos. Si algo caracteriza a los juegos de la multinacional británica de modelismo, es su pasión por las reglas complejas y los detalles. "Khorne está en los detalles", suelen decir por ahí, en los terrenos del Viejo Mundo en los que domina el Caos. Y es que tanto Warhammer, como Warhammer 40.000 o incluso este Blood Bowl, vienen con toneladas de reglas, especificaciones, comentarios y libros anexos con los que empaparse hasta el tuétano antes de comenzar a tirar los dados.
Blood Bowl 2 es un título muy complejo, pero que insta al jugador a inmiscuirse en su sistema de juego, que también se abre y ofrece de primeras sin ponerle demasiadas trabas. Blood Bowl 2 incorpora un modo campaña con historia, que a su vez, incluye un lustroso y laborioso tutorial, que ofrece controles, jugadas, características especiales y demás a todos los jugadores, novatos y profesionales, ayudándolos a que comiencen a jugar sus propias partidas en cualquiera de los modos de juego disponibles.
Blood Bowl 2 es un juego de deportes fantásticos basado en turnos, en el que cada equipo debe decidir sus jugadas, pases y estrategias antes de ceder la vez y que el contrario haga lo propio. Ya sean jugadores o bots controlados por la I.A, nos veremos pasando el balón de un jugador a otro, creando líneas de bloqueo en la defensa o intentando conseguir un touchdown en el campo rival. Básicamente hablamos de las reglas del fútbol americano, pero añadiendo una capa de fantasía y brutalidad pocas veces vista.
Una vez iniciemos el modo campaña -y esto es algo que os recomendamos encarecidamente-, el juego nos irá desvelando poco los entresijos de su jugabilidad, enseñándonos desde el movimiento a los pases, pasando por los ataques especiales o las diferencias entre ataque y defensa en el campo. En este modo historia viviremos varios encuentros -siempre controlaremos a los Reikland Reavers un equipo compuesto por humanos y ogros, fieles al Imperio-, algunos de ellos muy complicados y divertidos, que nos ayudarán y mucho a comprender las reglas del Blood Bowl.
Para ser un juego de tablero y miniaturas, en el que el tiempo entre jugadas puede dilatarse hasta extremos casi insoportables -¿quién no ha sufrido la duda de un adversario en su correspondiente turno durante una partida de Warhammer?-, lo cierto es que Cyanide parece haber encontrado el tempo correcto para el ritmo de los encuentros, que pueden resolverse rápidamente -para bien y para mal- en dieciséis turnos de hasta cuatro minutos, siempre y cuando no topemos con un rival -como en la vida real-, que se piense todo más de dos veces. Es el jugador el que decide en todo momento qué estrategia tomar, y eso dice mucho de la libertad que tenemos a la hora de afrontar los partidos en un juego que debería ser bastante encorsetado. Eso sí, esa limitación de tiempo por turnos no quiere decir que la I.A no se tome, de vez en cuando, el suyo para decidir qué hacer en su momento.
En Blood Bowl 2 debemos tener los conceptos de juego muy bien asimilados. Tenemos que ir avanzando, mientras tengamos en nuestro poder la peliaguda pelota de cuero y hierro con la que se juega en el Viejo Mundo, hacia el campo contrario. Da igual el precio a pegar: hay que marcar un tanto -touchdown- en la end zone del rival. Tenemos que tener muy en cuenta los pases que queremos dar, los movimientos de nuestros jugadores por las casillas del terreno de juego y las probabilidades de éxito de cada acción.
Blood Bowl 2 incorpora una suerte de tiradas de dados y porcentajes de éxito, que nos indican antes de cada jugada qué movimientos son más arriesgados y cuáles menos, añadiendo también un poco de emoción a cada turno y buscando el paralelismo con el juego de tablero y los dados, pero de forma virtual. ¿Arriesgamos aún a sabiendas de que es probable que no tengamos éxito en esa jugada? ¡Hemos conseguido hacerle un placaje al rival! Ahora tendremos que volver a tirar los dados para saber qué porcentaje de daño hemos realizado. Es lo más cercano que se puede estar al juego de tablero.
Además, con este sistema de tiradas y chequeos en base a los dados, se incluye en la mecánica del título un plus de aleatoriedad que puede ser tan frustrante como gratificante. Repetimos: no os agobiaréis en ningún momento con las reglas. No penséis que vais a encontrar un galimatías de opciones y habilidades de primeras. Sí, están ahí, para que el jugador veterano las desentierre y aproveche al máximo, y para que el novato, una vez asimile los conceptos básicos, continúe sacándole provecho al juego.
Blood Bowl 2 mezcla con atino, como os decíamos, fútbol americano con el brutal y despiadado mundo fantástico de Warhammer. Es decir, tendremos jugadores que pueden acabar siendo desmembrados por un orco, un grupo de elfos capaces de usar magia para ganar el partido, enanos amigos de la fuerza bruta o un ogro con ganas de gresca una vez se interna en la defensa del rival. Son estas particularidades de raza, intrínsecas a la fantasía medieval de Games Workshop, las que consiguen que cada partido adquiera un matiz o cariz de violencia y trampas -si las podemos llamar así- tan absurdo como desequilibrante y a la postre, divertido.
Es decir: podemos llegar a encontrarnos encuentros en los que hemos tumbado en base a placajes a casi el equipo contrario en cada contragolpe -y cuando decimos "tumbado", hablamos en el sentido más literal-, permitiéndonos marcar y puntuar sin demasiada oposición, y otros, en los que el pase y la carrera serán vitales para sortear la férrea línea defensiva que tengamos delante -el Caos y los Enanos son particularmente duros en este aspecto-. Por eso, podemos decir que Blood Bowl 2 es un juego muy físico, que permite llevar al límite ciertas reglas del fútbol americano normal y corriente.
Razas, personalización y otros modos de juego
Otro de los aspectos fundamentales de Blood Bowl 2 , reglas de juego a un lado, son las capas de personalización y rol que se incluyen en la configuración y desarrollo de nuestros jugadores. En Blood Bowl 2 podemos mejorar a nuestros jugadores en función de la experiencia obtenida por sus éxitos en el terreno de juego, ya sea aumentando sus habilidades o haciéndolos que aprendan nuevos trucos y movimientos -desde hacerlos más rápidos o resistentes, pasando a que sean más letales, permitiéndonos lesionar a los contrarios en un abrir y cerrar de ojos-. En este campo, Blood Bowl 2 funciona como casi cualquier juego de rol tradicional, brindándonos enormes herramientas de mejora para nuestros jugadores y escuadras.
Y no solo eso: hablamos de un juego que -más allá del modo campaña, en el que únicamente jugamos son servidores del Emperador- ofrece varias razas con las que jugar y afrontar nuestros partidos de forma radicalmente distinta, cada una con sus respectivos pros y contras. Por un lado, tenemos a los Hombres, de Imperio y Bretonia, medianos en estatura y equilibrados en fuerza -aunque acompañados de Ogros, que compensan esto- y a los Altos Elfos y Elfos Oscuros, capaces de emplear su velocidad y su agilidad a su favor. Por otro lado, existen los Orcos, capaces de arrancarle las extremidades al contrario y responder con fuerza a los placajes, y los guerreros del Caos, temibles en estatura y físico, con la suficiente capacidad para echar al traste cualquier defensa. También tenemos a los Enanos, un conjunto robusto y bien pertrechado -muy sólidos en labores defensivas- y a los Skavens, rápidos y maliciosos, con un punto macabro ideal para marcar sin ser vistos.
Blood Bowl 2 incorpora varias razas y equipos -ya citados un poco más arriba-, que confieren lo que podríamos decir como el núcleo base de facciones habituales en Warhammer. Pero hay grandes ausencias. Por ejemplo, los Hombres Lagarto y los Elfos Silvanos únicamente pueden adquirirse de forma extra -habiendo reservado el juego o mediante descarga- y por el camino, se han quedado razas muy queridas, como los Halflings -que son la versión de los hobbits de El Señor de los Anillos para aquellos que no tengan demasiada idea del universo de Games Workshop- o los Enanos del Caos. Ahora mismo es complicado aventurar hacia dónde irán los tiros, pero estamos seguros de algunas de estas razas acabarán apareciendo
Blood Bowl 2, más allá de su modo campaña, incorpora sendas opciones de juego que conseguirán que siempre encontremos hueco para disputar un partido. Hablamos, además del típico partido rápido, de los entramados de ligas online y offline, que ofrece la simulación perfecta de lo que debe ser el juego de miniaturas de Games Workshop. Es aquí cuando el videojuego se abre a mayores opciones de personalización, que nos permiten pormenorizar desde el aspecto de nuestra equipación y nombre, al estadio de fútbol en el que queremos competir -una de las novedades más publicitadas en los tráilers y vídeos de desarrollo desde el anuncio del juego-.
Básicamente, y si nos permitís el paralelismo, es como si estuviéramos delante de un enorme escritorio plagado de pinturas Citadel y nos permitieran combinar formas y colores a placer. Otra de las características introducidas en el sistema de ligas, es la creación de una suerte de mercado vivo de transferencias y fichajes -que siempre se está actualizando- y un renovado sistema de repeticiones -a través de la Cabalvision- y retransmisiones en streaming, por si nos apetece ver disputarse algún encuentro.
A nivel técnico, nos encontramos con un título que ha sido capaz de captar la esencia de uno de los juegos de miniaturas más clásicos y venerados por el hobby. Cyanide y Focus Interactive parece haberse centrado en conseguir un aspecto realista y homólogo a las versiones de plástico y plomo de Games Workshop, usando también una paleta de colores viva y acorde a lo que se debe esperar de un juego de corte fantástico. Los jugadores, sean del conjunto que sean, son diferentes unos de otro, marcando personalidad y presencia en función de la raza.
En otras palabras: no tendremos problemas a la hora de identificar a nuestros jugadores, sean Enanos, Orcos o Skavens. Además, está la inclusión de los estadios, que ahora rebosan vida, y parecen tener una presencia extra en el devenir de los partidos, aumentando en varios enteros la ambientación general. En lo que sí parece ir algo justo, es en las animaciones. Blood Bowl 2 es la traslación de un juego de miniaturas hieráticas sin ningún tipo de articulación, pero su juego no aprovecha el dinamismo que proporciona el medio bajo ningún concepto.
Nos encontramos entonces con carreras, golpes y acciones un tanto toscas y feas, que aunque no son de lo peor que hayamos visto, desentonan demasiado. En la versión que hemos analizado, la de PlayStation 4, no hemos reportado ni encontrado fallos de rendimiento de ningún tipo, si bien es cierto que en momentos muy puntuales, hemos asistido a caídas en la tasa de fotogramas por segundo, sobre todo cuando la cámara decide darnos un primer plano de la acción o hay mucho movimiento en pantalla.
Siguiendo con el apartado visual del título, sí queremos destacar que la interfaz, en algunos momentos, puede hacerse confusa y empeorar por sí sola el desarrollo de un encuentro. Cyanide ha sabido mejorar según qué cosas, y aunque ahora es más amigable, comprendemos -como comentábamos al comienzo del análisis-, que siga pareciendo un juego poco amistoso de cara al jugador novato, por mucho que intente ayudarlo a inmiscuirse en este violento deporte. Huelga decir que el juego está traducido en castellano, algo que facilita muchos las cosas de primeras.
Conclusiones finales
Es curioso, pero son los detalles los que acaban definiendo a Blood Bowl 2 por completo. Por un lado, tenemos un juego con una impresionante cantidad de opciones, modos de juego para aburrir, un sistema de temporadas y ligas que funciona y una serie de posibilidades de configuración de cara a nuestros equipos y jugadores que creemos, son muy bien recibidas. Es una traslación directa del juego de tablero y miniaturas de Games Workshop. Pero por otra parte, nos sigue dando la impresión de que aunque Cyanide se ha esforzado por hacer a su juego más global y ameno para todos los públicos, seguimos encontrando con un título de nicho, que puede ser de primeras, poco apetecible para el usuario medio.
Blood Bowl 2 necesita de tiempo -los encuentros, aunque tienen un ritmo correcto, pueden alargarse hasta casi la hora de duración en función de la prisa que nos tomemos para decidir- y paciencia, y al igual que otros juegos de deporte y estrategia, de maestría. Si amáis el mundo de Warhammer -por poco que sea-, y estáis deseosos de buscar una alternativa fantástica y desenfrenada a los habituales títulos de fútbol que aparecen en consolas y PC por estas fechas, creemos que Blood Bowl 2 merece una oportunidad. Y si tenéis dudas, siempre podéis decidirlo todo en función a una tirada de dados.