Análisis de Need for Speed Underground 2 (NDS)
La saga Need for Speed se ha convertido en una de las gallinas de los huevos de oro de los últimos años gracias a su enésimo reciclaje, Underground, que ha sabido sintetizar la tradición de los juegos de velocidad arcade con las últimas tendencias de modificación de coches. Era cuestión de tiempo que la nueva Nintendo Ds de Nintendo recibiese una entrega, y más considerando el vacío existente en este género en la consola, que contando con juegos como Asphalt Urban GT o el reciente Ridge Racers, no tiene un referente claro todavía.
Este Underground 2 no se convierte en ese referente aunque sí logra ofrecer una notable experiencia de velocidad y tuning portátil, con un apartado gráfico vistoso aunque no espectacular, y numerosas opciones de configuración y modos de juego. Usar la pantalla táctil, lo que se dice usarla, lo hace poco, para la navegación por los menús, mientras que la peculiaridad de la doble pantalla hace los menús mucho más navegables y permite que el mapa de los circuitos se muestre en todo momento, lo que sirve de mucha ayuda.
El juego está estructurado de forma diferente a las versiones consolas, aunque similar, simplificándose en gran medida todo el sistema de compra de coches y dinero. Para comprar coches primero tendremos que haberlos desbloqueado –jugando-, y de igual modo pasará con las mejoras que podremos irles aplicando. En la propia pantalla de selección de coche se puede comprar un coche si no lo tenemos, por lo que el garaje es tremendamente fácil de manejar.
Tres cuartas partes de lo mismo ocurre con el sistema de partes y mejoras para los coches, con un interfaz muy sencillo donde tendremos varios niveles de mejora en cada uno de los atributos de los coches, que irán estando disponibles a medida que avancemos en el juego. Un acierto que hace más fácil el desarrollo del juego pero mucho menos frustrante de cara al jugador es solo tener que comprar una vez una mejora, pudiendo aplicarla gratuitamente a todos nuestros coches. Las mejoras son las mismas para todos los coches, resultando todo muy sencillo. Las mejoras visuales también siguen el mismo esquema, activándose con el tiempo, y como es de esperar se incluye la posibilidad de que creemos nuestras propias pegatinas usando un editor y el stylus de la consola Nintendo DS en la pantalla táctil. Es una buena opción de configuración, aunque la herramienta en sí tiene pocas opciones.
El modo Underground del juego está distribuido en varios subapartados en los que, al igual que en todas las demás facetas del juego, se nos indica nuestra progresión con un porcentaje. Estos apartados son independientes entre sí, activándose las carreras y retos linealmente, uno a uno, en cada uno de los apartados. En Circuito competiremos en carreras normales, a veces con rivales y en ocasiones con condiciones como que el último de cada vuelta se va.
En Rey de Pista serán competiciones contra otro coche, uno contra uno, donde podremos dominar una zona del circuito si hacemos el mejor tiempo en ella. Las pruebas de Aceleración son quizás las más divertidas y nos ubican en las clásicas carreras donde, con cambio manual, tendremos que cambiar de marcha en el mejor momento posible para así adquirir una ventaja frente a nuestros rivales; también tendremos que cambiar de carril para evitar obstáculos.
