Análisis de Luigi's Mansion 2 (Nintendo 3DS)
GameCube fue la primera consola doméstica de Nintendo en debutar en el mercado sin un juego de Super Mario. Incluso la veterana Game Boy recibió Super Mario Land su mismo día de lanzamiento en 1989 (en Japón, a Europa no llegó hasta 1990) y Game Boy Advance lo hizo acompañada, entre otros, del Super Mario Advance (que no era sino Super Mario Bros. 2 en su versión de Super Mario All-Stars). Nintendo DS llegó con otro remake gracias a Super Mario 64 DS, pero Nintendo 3DS ya tuvo que esperar un poco hasta que llegó Super Mario 3D Land.
La situación de GameCube fue extraña porque, tras tres entregas de Super Mario Bros. en NES, el impresionante debut de Super Nintendo con Super Mario World y el definitorio, a todos los niveles, Super Mario 64 de Nintendo 64, con la consola cúbica de Nintendo nos tuvimos que "conformar" con Luigi's Mansion, una aventura de fantasmas protagonizada por el hermanísimo que, desde luego, no era un plataformas.
Esto le valió duras críticas que, claro, no se centraron en lo que el juego daba, sino en lo que no era y lo que no dio a quienes querían un Mario y punto. Con el paso del tiempo, este juego fue ganándose un hueco en el corazón de los aficionados y sus virtudes han sobrevivido claramente a sus críticas de entonces. De hecho, el juego era bueno técnicamente, divertido y aunque no era demasiado largo al terminarlo podíamos jugar una versión invertida de la mansión en la que se ambientaba. Si a eso le sumamos un buen toque de humor y unos personajes de lo más simpáticos lo que teníamos era un juego muy divertido y agradable de jugar.
Pero Luigi no volvió a protagonizar un juego: durante estos años ha aparecido en más títulos con Mario como protagonista, en los habituales Mario Kart, Smash Bros., Mario Party… hasta ahora. Con Nintendo 3DS Luigi ha encontrado la oportunidad de regresar a su oficio -algo forzado por las circunstancias, ya que sigue sin ser un fontanero valiente y aguerrido- de cazafantasmas con Luigi's Mansion 2. La herencia de la que proviene es positiva, aunque los puntos a mejorar con respecto al original de GameCube estaban claros: escasez de contenidos y duración y algo más de profundidad en su desarrollo jugable. Esos fueron los lastres reales del título original y debemos decir que esta continuación los ha corregido con holgura, aunque tiene sus propios puntos en contra, ya que algunos aspectos no se han ejecutado con la maestría deseable, como veremos.
Lo cierto es que es una pena que hayan tenido que pasar doce años, pero esta espera ha valido la pena, aunque algunos de sus elementos estructurales pueden resultar no demasiado del gusto de todos los jugadores por haberse compartimentado en misiones, algo apto para el juego portátil pero que quizá no guste a los más nostálgicos del anterior título, que planteaba una estructura unificada en su mansión. De la misma manera, el juego está mucho más orientado a los elementos de acción que los puzles y toques de aventura o investigación, algo que se percibe también en el multijugador. Quizá haya perdido algo de espíritu con respecto al original, pero el resultado global es bueno.
La caza de los fantasmas se basa en alumbrar a los fantasmas para luego poder absorberlos con la peculiaridad de que una vez se ha iniciado el proceso de succión de los mismos gracias a nuestra aspiradora de ectoplasma no hay muchas opciones de que se nos escapen. Esta es una importante diferencia con respecto al juego de GameCube, en el que había que pelear bastante con los fantasmas y era relativamente sencillo que se escaparan. Esto hace que en esta continuación la única dificultad real se derive de que haya varios espectros en pantalla que nos molesten mientras estamos en ese proceso de captura.
Al menos, esta menor dificultad en la cacería se compensa con la cantidad de tesoros por descubrir, niveles adicionales y elementos coleccionables que salpican el desarrollo del juego. De la misma manera, cuando nos encontramos con un espectro difícil de atrapar y que nos exige pensar en cómo hacerlo (pues esta dificultad se deriva de los elementos de puzle más que de otros elementos) el título resulta muy gratificante, aunque es una pena que no se haya apostado por introducir este tipo de elementos con mayor asiduidad.
Un elemento novedoso en la jugabilidad de Luigi's Mansion 2 con respecto al original es que ahora tenemos la opción de usar luz negra para exponer objetos ocultos, aunque su uso no tiene mucho misterio. Normalmente solo hay que usarlo cuando vemos que no hay manera de avanzar. Exploramos el entorno usando esa luz negra y sacamos a la luz el elemento escondido que nos permite avanzar.
Esta simplicidad es en buena medida consecuencia de su estructura por misiones, ya que se pierde casi por completo el componente de exploración en un entorno mucho más abierto y unificado. Si estamos en una misión, esta está autocontenida, así que si no hay manera de avanzar la solución está ahí mismo y no en un lugar alejado tras otra cadena de puzles por resolver. Las misiones, además, no son muy originales y recurren a elementos demasiado vistos como buscar una serie de objetos, hacer algo en un tiempo determinado, o misiones de protección, por ejemplo.
En ese sentido, esta entrega ha perdido personalidad y eso se nota también en que aunque hay más fantasmas y más acción, a estos les falta algo de personalidad. Es curioso, porque un elemento muy bien explotado en el anterior juego fue el humor a través de los fantasmas y cómo estos reaccionaban ante el jugador, algo que aquí se ha diluido. Por un lado, al haber más, es lógico que no se pueda ofrecer ese nivel de detalle, pero, por otro lado, que sean tan genéricos e iguales entre sí es un paso atrás.
Desde luego, este aspecto es el menos relevante, ya que parece que el esfuerzo de los desarrolladores se ha canalizado en construir un buen modo cooperativo en el que apostar por el multijugador es un placer. Esto es muy positivo porque es una característica completamente nueva y muy bien explotada en esta entrega, hasta tal punto que puede decirse incluso que es uno de los puntos fuertes del juego. Poder enfrentarse a grandes enemigos en compañía y poner todas las habilidades del grupo en colaboración para poder derrotarlos se convierte en una grata experiencia de juego. También es divertido buscar la salida de un nivel en menos de 30 segundos (tiempo que luego vamos extendiendo) y perseguir a los perrillos fantasma de habitación en habitación, pero lo cierto es que la primera opción es donde tiene su principal punto fuerte.
Todo esto se potencia con la posibilidad de sumar amigos o desconocidos en las partidas multijugador gracias a la conectividad en línea, pero hay un problema evidente: sin chat de voz ni salas de espera, no hay opción de comunicación entre los jugadores. A eso hay que añadir que la estructura de las funciones en línea: terminar una partida implica salir, volver a buscar jugadores y volver a comenzar. Esto se podría haber mejorado sustancialmente con una opción de rejugar y no forzar al usuario a volver a realizar todo el proceso, ya que las esperas en los servidores son sosas y no aportan nada, salvo espera.
La cuestión de la comunicación entre jugadores en partidas en línea puede llegar a ser más grave de lo que parece, ya que no se trata tanto de que se dedique uno o no a la cháchara inútil (que no está de más), sino de que hay cuatro comandos de chat predefinidos que no sirven para comunicar lo que hace falta, sobre todo cuando estamos jugando una partida en la que necesitamos que uno de los compañeros haga algo en concreto. Esto puede ser frustrante y, claro, uno no lo nota en el multijugador local (por cierto, basta con una copia del juego; las otras 3DS pueden bajarse el componente multijugador del usuario principal), pero en multijugador en línea sí puede llegar a ser un inconveniente.
Toda la atmósfera del juego es fantástica. Pierde algo de la frescura del primero, claro, pero seguimos con un Luigi muy expresivo, unos fantasmas graciosos y bien animados en su concepción ectoplasmática que se combinan con una iluminación de alta calidad. El efecto 3D es un buen añadido que funciona bien en el juego, sobre todo cuando inclinamos un poco la consola arriba y abajo y conseguimos ver los techos o dirigir el chorro de aspiración, pero está claro que no es tampoco demasiado espectacular en su carga poligonal y algunas texturas son un tanto repetitivas. Todo eso, en todo caso, se compensa con la gran iluminación y una banda música al servicio de la historia fantasmagórica pero desenfadada que se nos ofrece.
Conclusiones
Con más mansiones, este juego es mucho más largo que el fundacional. Tiene muchas misiones (aunque son poco variadas y no demasiado originales), con lo que -con todo- hay cosas diferentes que hacer. Asimismo, el hecho de que los fantasmas hayan perdido algo de encanto y personalidad no afecta en exceso a la calidad general del juego. Luigi's Mansion 2 destaca, sorprendentemente, por un multijugador cooperativo muy atractivo que se ve, a su vez, lastrado por un planteamiento negativo en cuanto a funciones de comunicación entre usuarios, algo que evidencia una vez más que Nintendo tiene que acelerar su paso en materia de sistemas en línea para ponerse al día e igualar la calidad de servicios y funciones de sus competidoras, sobre todo cuando sus carencias -injustificables- lastran finalmente a un producto que, sin estos problemas, resultaría claramente superior.
El modo para un jugador se ve afectado por el restrictivo estilo de las misiones, cuya estructura resulta al final quizá demasiado rígida en oposición al mundo más cohesionado del anterior juego. Se compensa, con todo, gracias a sus buenas diez o doce horas de duración para la aventura en solitario, que lo sitúan como un juego definitivamente mucho más extenso que su predecesor.