Un nuevo estilo visual muy atractivo, un gran diseño de niveles y, sobre todo, Elika, son los protagonistas de uno de los más esperados retornos del año, que no ha decepcionado. Prince of Persia vuelve a combinar acción y plataformas en un mundo de ensueño al que hay que devolverle la vida, robada por Ahriman, señor de la oscuridad.
Elika no solo juega un papel en la historia como la encargada de devolver la luz al mundo del juego, sino que estará presente en todo momento, ayudándonos a salvar, atacando a los enemigos cuando se lo pidamos para formar combos, y salvándonos cuando caigamos al vacío o la oscuridad nos engulla. Con su química con el Príncipe y la excepcional ambientación, se narra una auténtica fábula.
Ha sido criticado por su nivel de dificultad (mínimo, ya que Elika nos salva siempre, y el juego es abierto, por lo que no hay apenas curva), pero universalmente aclamado por su estilo gráfico, llamado "ilustrativo", que logra el objetivo que se propone: darnos la impresión de que estamos ante una película de animación.
