WiiWare empezó este año, y en tan sólo unos meses ha ofrecido varias joyas, como las sorpresas de Art Style o el preciosista LostWinds. Pero World of Goo va más allá: no sólo es un puzle completo que nos lleva a hacer maniobras de cálculo de estructuras para llegar hasta la meta aprovechando la física , sino que lo hace con un volumen de contenidos que no le hace desmerecer con respecto a juegos de similares características en disco.
Su aprovechamiento de la interfaz de puntero del mando remoto, su sencillez conceptual pero magistralmente plasmada, y un trabajo artístico lleno de encanto capaz de transmitir sensaciones y conectar con el jugador gracias al humor que destila a lo largo de todo su desarrollo, son sólo algunas de las características que le hacen brillar con luz propia y convertirlo en uno de los lanzamientos más importantes del año.