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Suena increíble, pero sin el ejército de Nueva Zelanda las películas de 'El Señor de los Anillos' no existirían

El ejército de Nueva Zelanda, el país donde se rodó la trilogía de películas de Peter Jackson, se puso a disposición de la producción para ayudar a completar los rodajes relacionados con batallas.
Suena increíble, pero sin el ejército de Nueva Zelanda las películas de 'El Señor de los Anillos' no existirían
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Actualizado: 10:01 22/6/2025

La trilogía de películas de 'El Señor de los Anillos' seguramente no serían lo mismo de no haber sido rodadas, principalmente, en numerosos paisajes reales de Nueva Zelanda. Es bien sabido por muchos que la producción de Peter Jackson decidió trasladarse a lugares impresionantes del país natal del cineasta (como el monte Victoria de Wellington, Fiordland o Southern Lakes) para localizar los parajes de fantasía de la Tierra Media descritos por Tolkien en sus libros. Pero, lo que tal vez no se sepa tanto, es que el país no solo fue testigo de este proyecto de dicha manera.

Entre otros, el ejército neozelandés se volcó con la filmación de las formidables e irrepetibles películas de Jackson para sumarse a las grabaciones de las gigantescas batallas que debían llevarse a cabo, algunas de las cuales eran bastante peligrosas. Probablemente, y solo gracias a este apoyo incondicional del ejército, al final se logró captar en pantalla la magnitud deseada por el director para disfrute de todos.

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¿De qué manera el ejército de Nueva Zelanda ayudó a dar vida a las películas de 'El Señor de los Anillos'?

Como decíamos al principio, la participación del ejército neozelandés en el rodaje de 'El Señor de los Anillos' fue vital en muchos momentos de la producción. Cientos de soldados reales participaron como extras siendo maquillados de elfos u orcos, por ejemplo, en batallas a gran escala que requerían muchas personas en plano. La carga de los Rohirrim durante la Batalla de los Campos de Pelennor en 'El Retorno del Rey' es una clara muestra de esto.

Inclusive, la batalla final de la trilogía que sucede en Mordor incluyó decenas de extras salidos del ejército. Algunos de ellos eran tan diestros en el entrenamiento con armas de utilería que las rompían con facilidad sin quererlo. Otros, en cambio, caracterizados como orcos, no podían dejar de reírse al rugir, y terminaron teniendo que abandonar el set.

El Señor de los Anillos - La ayuda del ejército de Nueva Zelanda fue vital para el rodaje de las películas

Sin ir más lejos, las aportaciones del ejército también fueron claves en este rodaje de la batalla final más allá de lo visto en cuadro, ya que el escenario en el que se iba a rodar, un desierto, estaba plagado inicialmente de minas terrestres y bombas sin detonar. En uno de los extras del DVD de la película el propio Peter Jackson recuerda una de estas escenas en que los protagonistas galopan hacia la Puerta Negra de Mordor y señala los puntos que el ejército había limpiado previamente.

Y es que, en efecto, las fuerzas militares con especialistas en minas se encargaron de despejar la zona lo mejor posible para que nadie sufriese daños. Pero también advirtieron al equipo y al elenco de que tuviesen mucho cuidado con dónde pisaban, puesto que no había una absoluta garantía de que se hubiesen hallado todas las minas. Por suerte, no hubo que lamentar ningún accidente.

El Señor de los Anillos - Rodaje en un desierto con minas terrestres

Los soldados del ejército también aportaron su granito de arena a la planificación de las batallas de forma general. Sus conocimientos en cuanto a movimientos coordinados en grandes grupos o su disciplina ayudó a dar veracidad y establecer orden en medio del caos de rodajes tan masivos.

Detrás de las cámaras, el ejército igualmente colaboró con la producción durante toda la saga proporcionando apoyo logístico donde hiciese falta, desde vehículos para las personas, hasta el transporte a zonas de difícil acceso donde se iba a filmar. En definitiva, toda una asistencia que cimentó la buena relación del país con la producción de New Line Cinema y contribuyó a que en pantalla todo luciese espectacular.

Una prueba más de que las películas, el arte de hacer cine, es un trabajo colaborativo inmenso donde cada pequeña pieza es importante a lo largo de todo el proceso, sobre todo aquellas piezas que tal vez no son tan evidentes para el ojo del público.

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