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¿Cuáles fueron las peores invenciones de las películas de 'El Hobbit' que Peter Jackson se sacó de la manga?

Las adaptaciones a la gran pantalla del libro de El Hobbit de Tolkien incluyeron numerosos cambios y añadidos por parte de Peter Jackson y su equipo que no agradaron a muchos de los fans.
¿Cuáles fueron las peores invenciones de las películas de 'El Hobbit' que Peter Jackson se sacó de la manga?
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Actualizado: 11:00 3/5/2025

Mientras que la trilogía de películas de 'El Señor de los Anillos' de Peter Jackson ha pasado a la historia como una de las más grandes y formidables del séptimo arte, la posterior trilogía de 'El Hobbit' que el cineasta abordó poco más de una década después ha quedado relegada a un puesto muy inferior por muchos motivos. Pese a que de entrada lo tenía todo para brillar como su hermana mayor, la adaptación de este libro de Tolkien fue acumulando con cada nueva entrega más tropiezos que los fans no eran capaces de perdonar.

En su día, Jackson ya había modificado y cambiado partes de los libros de Tolkien para su primera incursión en la Tierra Media con bastante acierto. Sin embargo, la jugada estuvo a años luz de igualarse en calidad cuando decidió convertir una aventura de unas pocas cientos de páginas en tres películas de exagerada duración con montones de invenciones que no estaban en el texto del profesor británico. ¿Cuáles fueron las peores? A continuación repasamos los que son para muchos los errores más fragrantes y lamentables de la trilogía de 'El Hobbit'.

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Las apariciones de Legolas

El Hobbit - Las apariciones de Legolas fueron invento de Peter Jackson

Seamos sinceros, volver a ver a Orlando Bloom dando vida al elfo Legolas sonaba al principio como algo agradable sobre el papel, pero fue más una jugada de marketing que una aportación convincente a la trama. Y es que el bueno de Legolas nunca llega a ser mencionado ni una sola vez en el libro de Tolkien. Es más, probablemente el escritor ni lo tuviese en mente en el momento en que elaboró la historia de la novela.

Hay que romper una lanza a favor aquí hacia Jackson de todas formas, ya que en teoría Legolas, como hijo de Thranduil, no desentonaría demasiado participando en la Batalla de los Cinco Ejércitos. No cuesta imaginar que hubiese estado de alguna manera involucrado en el conflicto. El error de finalmente incluirlo en las películas recae más bien en su personalidad arrogante, cercana a la de un adolescente, cosa que no tiene mucho sentido si consideramos que la trama se sitúa unos 60 años antes de 'El Señor de los Anillos' y el elfo tiene en realidad miles de años a sus espaldas.

Aunque definitivamente lo que acabó de molestar a la audiencia fue la cantidad de acrobacias imposibles que le vemos realizar en esta trilogía, mucho más inverosímiles que en las películas previas y a todas luces peor ejecutadas en cuanto a efectos especiales (mención de honor a la secuencia en la que desafía las leyes de la gravedad saltando entre rocas que caen al vacío; todo un despropósito).

El triángulo amoroso con Tauriel

El Hobbit - El fallido triángulo amoroso con Tauriel

Incluir a Legolas en la historia no fue suficiente para Jackson. Él y su mujer idearon a Tauriel, una elfa silvana del Bosque Negro que no aparece en los libros, y por si fuera poco construyeron a su alrededor un triángulo amoroso entre el elfo sindar y el enano Kíli. ¿En qué momento pensaron que esa era una buena idea...?

Añadir a una elfa a la trama no era algo malo per sé, al contrario, aportaba más participación femenina a un elenco mayoritariamente masculino. Pero en lugar de crear un personaje tridimensional, con un carácter definido y un buen arco de desarrollo, Tauriel se redujo a ser un interés romántico facilón y sin apenas profundidad. Un papel tremendamente superficial y desaprovechado que no pega ni con cola y ni siquiera ofrece fricciones interesantes a nivel narrativo que nos hagan interesarnos por el resultado final.

Alfrid, otro personaje inventado

El Hobbit - Alfrid, un personaje inventado e innecesario

Crear tres películas alrededor de un solo libro se tradujo en la necesidad de rellenar tiempo de pantalla, y además de personajes sacados de la manga como Tauriel, Jackson y sus guionistas tuvieron la idea de inventar para la ocasión a Alfrid Lickspittle, el bufón personal en la corte del Gobernador de Esgaroth.

Alfrid es un cobarde, rastrero y manipulador cuya única función es la de actuar como alivio cómico para la trama, pero se trata de un personaje secundario que no hace más que molestar y que tiene una exagerada cantidad de minutos, todos ellos irrelevantes. Hay muchos otros personajes que merecían un mejor desarrollo, y en su lugar tenemos a Alfrid ocupando un precioso tiempo con sus chistes cansinos, su humor gratuito y sus acciones plagadas de clichés. Lo último que necesitaban estas películas era más comedia.

Azog, un villano que debería estar muerto

El Hobbit - Azog, un villano que debería estar muerto

Azog fue el villano principal y más recurrente de toda la trilogía de 'El Hobbit', pero los que no hayan leído el libro no sabrán que en realidad este personaje debería estar muerto. Así lo escribió Tolkien, quien mencionaba muy de pasada a Azog en el libro y explicaba que este orco, quien había asesinado al rey enano Thrór, había fallecido años antes por Dáin Pie de Hierro en la Batalla de Azanulbizar.

Jackson decidió "revivirlo" para sus películas, lo convirtió en el archienemigo de Thorin Escudo de Roble y, no contento con ello, le aplicó una capa de grotesco CGI para diferenciarlo todavía más del resto de orcos. En realidad debimos haber tenido en su lugar a Bolg, el hijo de Azog en el libro, que es quien realmente lideraba a los orcos en la Batalla de los Cinco Ejércitos, pero por algún motivo esto fue alterado en los borradores iniciales de guion y al final nos comimos con patatas al soso de Azog.

Las "gratuitas" apariciones de Sauron

El Hobbit - Las forzadas apariciones de Sauron que no estaban en el libro

Originalmente, Tolkien desplazó a Gandalf de una gran parte de la narrativa del libro con la excusa de que el mago tenía que lidiar con el Nigromante, quien era en realidad Sauron. La batalla del Concilio Blanco contra este enemigo desde luego no fue un foco de importancia para los hechos que suceden en El Hobbit, y solamente está explicada a través de los eventos de El Silmarillion y los Apéndices de El Señor de los Anillos que llegarían años más tarde.

Por ello, que Sauron tenga una aparición en las películas de Jackson y hasta lleguemos a ver a Gandalf, Elrond y Galadriel luchando contra él (en una escena bastante sobrecargada de efectos especiales), se siente como una inclusión forzada de última hora y un intento bastante errado de conectar las precuelas con 'El Señor de los Anillos'. Para hacer algo así, muchos consideran que era mejor ahorrárselo.

La infame secuencia de los barriles

Hay muchos momentos de las películas de 'El Hobbit' detestados por los fans, pero el que suele llevarse la palma es, con diferencia, la terrorífica secuencia de los barriles en el río que hemos reservado para el final. Esta escena, más bien breve y hasta cierto punto cómica en el libro de Tolkien, es totalmente ridícula y poco creíble en la versión cinematográfica.

La escena está muy fuera de tono: Bombur, uno de los enanos, se convierte en una bola rodante que destruye todo a su paso, Legolas aparece dando piruetas imposibles, los barriles saltan por los rápidos de forma alocada y vergonzosa... Por alguna razón Jackson creyó que el público se lo pasaría pipa observando una escena de acción como esta. En realidad, está más cerca de parecerse más a una secuencia de un videojuego o, si nos apuras, a una atracción de un parque temático. Es un ejemplo perfecto de todo lo que no funciona e hizo mal la trilogía de 'El Hobbit'.

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