Uno de los gestos más cotidianos al pedir en McDonald’s —ese sobre de kétchup que llega sin preguntar— tiene los días contados en algunos países. En Portugal, sin ir más lejos, la cadena de comida rápida más famosa del planeta ha empezado a cobrar por cada sobre individual desde principios de abril, en un movimiento que busca reducir el enorme volumen de desperdicio que se genera cada día.
McDonald’s empieza a cobrar los sobres de kétchup en Portugal para frenar el despilfarro, y en España ya miran con recelo
Aunque la inclusión del sobrecito de kétchup junto al pedido ha sido casi una tradición no escrita en todos sus restaurantes, lo cierto es que una gran parte de esos sobres acaban directamente en la basura, sin abrir. Una realidad que la compañía conoce desde hace tiempo y a la que ha empezado a poner coto de forma gradual.
Según explicó la propia McDonald’s al medio económico portugués ECO, desde el pasado 1 de abril cada paquete de kétchup tiene ya un “precio de venta recomendado”. Eso sí, como suele ocurrir con su modelo de negocio, será cada franquiciado —empresarios con cierta autonomía operativa— quien decida el coste exacto, que ronda los 5 céntimos de euro por unidad.
La medida no ha llegado de la nada. En 2023, McDonald’s ya había limitado la entrega de sobres de kétchup a uno por cliente, como parte de una estrategia más amplia para recortar el uso de plásticos y reducir residuos alimentarios.
Pero la compañía reconoce que el desperdicio sigue siendo significativo, incluso con esa restricción, lo que ha obligado a dar un paso más y aplicar un cobro simbólico.
Aunque la medida todavía no ha llegado a territorio español, el precedente portugués invita a pensar que no está tan lejos. Con el foco cada vez más puesto en la sostenibilidad, y en una Europa que empuja a las grandes marcas a reducir su huella ambiental, el kétchup podría convertirse muy pronto en un extra… y no en un derecho adquirido.