Seguro que habéis visto un meme o una imagen al respecto en la que un grupo de dinosaurios acaba convirtiéndose en petróleo. Pero el vínculo entre los combustibles fósiles y los dinosaurios es una imagen comúnmente difundida, pero errónea. Muchos creemos que el petróleo y el gas provienen de los restos de estos gigantes prehistóricos, una idea que se ha perpetuado por décadas gracias a los libros de texto y campañas publicitarias, algunas especialmente recientes. Pero, ¿qué hay de verdad en ello?
El bulo sobre los dinosaurios que sigue generando memes desde hace décadas y todo el mundo se cree
Ha sido una campaña colosal. Una empresa energética ha usado imágenes de personas despidiéndose de dinosaurios para simbolizar la transición a energías renovables, en un intento de mejorar su imagen de marca y abrirse a lo nuevo.
Es un concepto imponente e impactante en tiempos de ecologismo, sí, pero este relato es un mito: los combustibles fósiles se originan principalmente de organismos microscópicos acuáticos y materia vegetal, no de los dinosaurios. Lo que se lleva repitiendo durante años y se ha viralizado especialmente en los últimos diez gracias a diversos memes y el auge de las redes sociales, es simplemente mentira.
Esta confusión, como explican en The Conversation tiene una base en los heurísticos, atajos mentales que simplifican información compleja. Al asociar los combustibles fósiles con los dinosaurios, la narrativa se vuelve más accesible y fácil de recordar, pero a costa de la precisión. Los dinosaurios, seres prehistóricos y visualmente poderosos, sirven como un símbolo memorable, ayudando a la gente a recordar que los combustibles fósiles son antiguos y limitados. Esta imagen puede incluso reforzar una conciencia ambiental, subrayando la necesidad de cambiar hacia fuentes de energía sostenibles.
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No obstante, los heurísticos pueden ser problemáticos cuando distorsionan la realidad. Al asociar erróneamente el petróleo y el gas con los dinosaurios, se oscurecen los verdaderos procesos geológicos y biológicos detrás de su formación. El proceso de formación del petróleo es mucho más complejo. Se originó a partir de organismos microscópicos, como algas y plancton, que vivieron hace millones de años en cuerpos de agua. Cuando estos organismos morían, sus restos se hundían hasta el fondo, donde se mezclaban con sedimentos. Con el tiempo, las capas de tierra cubrían estos restos, aumentando la presión y temperatura. Este calor y presión transformaron la materia orgánica en querógeno, que luego se convirtió en petróleo y gas natural.
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Aunque este proceso tardó millones de años, el petróleo es un recurso no renovable y limitado, lo que subraya la urgencia de buscar alternativas energéticas más sostenibles y que suponen un auténtico desafío energético. Aunque los dinosaurios seguirán siendo una imagen vinculada al petróleo en el imaginario colectivo, es crucial educar sobre los verdaderos orígenes de los combustibles fósiles.