A escasos días del estreno de la esperada segunda temporada de The Last of Us en Max, Craig Mazin, showrunner de la serie, ha hecho una revelación que podría cambiar el futuro del proyecto en televisión: si Naughty Dog lanza un tercer videojuego, él no estará al frente de su adaptación.
En una entrevista concedida a ComicBook, Mazin ha dejado claro que su implicación creativa termina con la historia de The Last of Us Parte II. A partir de ahí, prefiere mantenerse al margen, como amigo o productor asociado, pero no como director ni guionista.
Segunda temporada: más oscuridad y más infectados
“Eso sería cosa de Neil Druckmann y Naughty Dog”, afirmó Mazin, dejando en manos del estudio original el destino de la franquicia. El anuncio llega en pleno auge de rumores sobre un posible The Last of Us: Parte III, alimentados por las evasivas de Druckmann en entrevistas recientes.
Aunque no hay confirmación oficial, se sabe que el estudio californiano está centrado en su próximo gran título, Intergalactic, cuya llegada no se espera antes de 2027. Esto deja un largo margen en el que todo puede pasar… pero sin Mazin al timón si la adaptación televisiva continúa más allá del material actual.
Mazin aún tiene “cartas que jugar” en la historia de Abby y Ellie
Por ahora, el showrunner tiene aún mucho por contar. La historia del segundo videojuego es tan extensa y compleja que desde Max han optado por dividirla en dos temporadas, lo que garantiza que Craig Mazin seguirá vinculado al proyecto, al menos, hasta el cierre de ese arco argumental. Además, ha prometido que los nuevos episodios traerán consigo una evolución significativa en los infectados, subsanando así una de las críticas más repetidas de la primera temporada: su escasa presencia.
Entre las novedades, ha confirmado la llegada del temible Rey de las Ratas, uno de los jefes más impactantes del juego. Mientras la maquinaria promocional calienta motores para el regreso de Joel y Ellie el próximo 14 de abril, los fans ya especulan sobre el futuro de la franquicia, tanto en consola como en pantalla.
La renuncia anticipada de Mazin podría suponer una ruptura en el tono narrativo que ha sido tan aclamado, pero también abre la puerta a nuevas miradas creativas si finalmente The Last of Us Parte III se convierte en realidad. En un proyecto donde la evolución constante es parte del ADN, el relevo podría ser tan natural como necesario.
De momento, la atención se centra en una segunda temporada que promete más drama, más terror y un acercamiento más fiel a las zonas oscuras del material original. Mazin, consciente del impacto emocional que genera esta saga, asegura que aún tiene cartas que jugar. Pero también deja claro que, cuando la historia de Abby y Ellie haya sido contada, él dará un paso atrás con la misma convicción con la que asumió el reto de adaptar una de las sagas más queridas de la última década.