La carrera espacial por el regreso a la Luna ha entrado en una fase de máxima tensión. Mientras la NASA enfrenta retrasos en su programa Artemis III, China avanza con paso firme en sus propios planes.
Una reciente filtración de documentos internos de la Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA), publicada en plataformas como Baidu y recogida por especialistas de Eureka, revela una hoja de ruta concreta que sitúa a China en posición de rivalizar directamente con Estados Unidos en la conquista del satélite terrestre antes de que finalice esta década.
China pretende adelantarse a Artemis
Frente a la compleja arquitectura del programa Artemis —que depende del gigantesco cohete SLS, la cápsula Orión y la nave Starship de SpaceX—, China ha optado por un enfoque más sencillo y pragmático. Utilizará dos lanzamientos consecutivos del nuevo cohete CZ-10: uno para enviar a tres astronautas en la nave Mengzhou y otro para lanzar la nave Lanyue, destinada a descender sobre la superficie lunar. Según los documentos filtrados, la maniobra crítica será el acoplamiento en órbita lunar, una estrategia inspirada en las técnicas utilizadas durante el programa Apolo, pero con tecnología totalmente nueva.
El calendario de lanzamientos revela la ambición china: el cohete CZ-10 debutará en 2027 con una misión no tripulada, seguida en 2028 por un ensayo general con naves tripuladas que orbitarán la Luna, aunque sin alunizar. Finalmente, entre 2029 y 2030, dos misiones consecutivas —Y4 y Y5— llevarán a cabo el alunizaje tripulado, coronando a China como la segunda nación en la historia en enviar seres humanos a la Luna. Todo ello se basa en planes internos que, aunque no oficialmente confirmados, coinciden con declaraciones previas de altos responsables de la CMSA y CASC (China Aerospace Science and Technology Corporation).

China también planea llevar la primera mujer a la Luna
La presión que enfrenta la NASA se intensifica ante estos avances. Según un análisis reciente de The Planetary Society, el retraso de Artemis III hasta al menos 2027, debido a complicaciones técnicas con la Starship y los trajes espaciales de nueva generación, podría dar margen a China para adelantar parte de sus objetivos lunares. Además, la posibilidad de que China lleve a una mujer a la superficie lunar antes que Estados Unidos plantea un nuevo hito simbólico en esta rivalidad espacial que ya no es meramente tecnológica, sino también política.