China sigue a la vanguardia tecnológica. Y no parece que el gigante asiático se quede brazos cruzados. Su hegemonía lleva años gestándose. El pasado 14 de mayo de 2021 marcó un hito para la Agencia Espacial China, al convertirse en la tercera nación de la historia en lograr el aterrizaje exitoso de una nave espacial en la superficie de Marte. Solo Estados Unidos y la extinta Unión Soviética habían conseguido algo similar antes.
Este logro, sin embargo, es solo un capítulo dentro de un plan mucho más ambicioso: una serie de misiones espaciales que incluyen viajes a planetas, asteroides y lunas de nuestro sistema solar. A pesar de que el futuro sigue siendo incierto en cuanto a la concreción de estos viajes, la determinación de China es clara y tiene la tecnología necesaria para ello. Si sus planes se cumplen, en los próximos cinco años las sondas espaciales podrían explorar las regiones más cercanas del sistema solar.
China inicia su conquista galáctica: 5 misiones en 5 años para dominar el Sistema Solar
Recientemente, la Agencia Espacial China ha enviado una sonda a Venus, el planeta más caliente del sistema solar. A bordo de la misión VOICE, la sonda orbitará el planeta a 350 kilómetros de su superficie, cartografiándola con una resolución increíblemente detallada de un metro por pixel. La verdadera novedad, sin embargo, está en las nubes de Venus, pues, debido a las altísimas temperaturas en su superficie, se cree que es en estas nubes donde podrían existir señales de vida.
Además de su exploración planetaria, China se ha propuesto estudiar los asteroides mediante la sonda Tianwen-2. Esta misión incluirá dos viajes consecutivos. Primero, la sonda visitará Kamo’oalewa, un asteroide que sigue la órbita de la Tierra alrededor del Sol, y luego se dirigirá al asteroide 311P/PanSTARRS, situado en el famoso cinturón de asteroides.
Durante este viaje, se examinarán los isótopos de hidrógeno presentes en el agua de estos cuerpos rocosos, con el objetivo de arrojar luz sobre el origen del agua en la Tierra. Esta misión, que se extenderá por diez años, promete abrir nuevas puertas al entendimiento de la evolución de nuestro planeta.
En el horizonte de la exploración interplanetaria se perfila una misión aún más ambiciosa: un doble viaje a Júpiter y Urano. Las sondas Tianwen-4, que serán lanzadas a bordo del cohete Long March 5 en 2029, se encargarán de estudiar estos gigantes gaseosos. Se espera que la primera sonda llegue a Júpiter en 2035 para analizar el plasma y el campo magnético del planeta, mientras que la segunda se dirigirá a Urano, con fecha estimada de llegada alrededor de 2045.
No menos impresionante es la misión Shensuo, cuyo objetivo es atravesar la heliopausa, el límite donde la presión del viento solar se iguala con la radiación del espacio interestelar. Con una distancia de 123 unidades astronómicas de la Tierra, China planea seguir los pasos de las sondas Voyager de la NASA, que alcanzaron este punto en 2012 y 2018. La misión Shensuo se lanzará en 2026 y se espera que llegue a la heliopausa alrededor de 2055, convirtiéndose en la expedición más larga y desafiante de todas las que la Agencia Espacial China ha planteado hasta la fecha.
