La mayoría de vosotros ya sabréis que desde el pasado 14 de enero Windows 7 está "muerto" para Microsoft, es decir, que los de Redmond no van a volver a dar soporte ni actualizaciones al sistema operativo (a pesar de que han tenido que lanzar una última actualización hace tan solo unos pocos días).
Uno de los principales contratiempos de que Microsoft no dé soporte a Windows 7 es que el sistema puede ser más vulnerable a nuevas amenazas de seguridad aunque, por suerte, un buen puñado de las principales compañías de antivirus del mercado seguirán dando soporte a Windows 7 durante los próximos dos años.
Por lo tanto, si utilizáis Windows 7 y hasta ahora no teníais ningún antivirus, a partir de ahora añadir protección extra con el antivirus que prefiráis va a ser más importante que nunca para cubriros las espaldas.
A continuación tenéis una lista con todos los antivirus y el tiempo de soporte que darán a Windows 7 que ha sido confeccionada por AV-Test (hay algunos pocos casos en los que el tiempo de soporte es inferior a los 2 años):
- AhnLab — al menos 2 años
- Avira — hasta noviembre del 2022
- Bitdefender — al menos 2 años
- BullGuar — al menos 2 años
- Carbon Black — al menos 2 años
- ESET — al menos 2 años
- FireEye — al menos 2 años
- F-Secure — al menos hasta diciembre del 2021
- G Data — al menos 2 años
- Ikarus — al menos 2 años
- Kaspersky — al menos 2 años
- K7 Computing — al menos 2 años
- McAfee — al menos hasta diciembre del 2021
- Microworld — al menos 2 años
- PC Matic — al menos 2 años
- Quickheal — al menos 2 años
- Seqrite — al menos 2 años
- Sophos — en las instalaciones hasta diciembre, a través de la nube hasta junio del 2021
- Symantec/Norton LifeLoc k— al menos 2 años
- ThreatTrack/Vipre — al menos 2 años
- TotalAV — al menos 1 año
- Trend Micro — al menos 2 años
Avast/AVG, eliminado de la lista por espiar
La lista que os hemos dejado un poco más arriba incluía también el antivirus Avast/AVG que hemos decidido eliminar de esta lista por el reciente descubrimiento de que espiaba nuestra forma de utilizar internet y nuestro historial de navegación para, posteriormente, vender nuestros datos (sin dar información personal como nuestro nombre) por millones de euros a empresas de terceros.