La percepción de un Internet estéril y desprovisto de contenido humano, tal como plantean distintos creepypasta, refleja una nostalgia por la era dorada de la red en las décadas de 1990 y 2000. Según esta visión, el vasto ciberespacio que una vez estuvo repleto de interacciones orgánicas y descubrimientos espontáneos se ha transformado en un dominio donde predominan los bots y el contenido artificial. Este cambio se atribuye a la intervención de grandes corporaciones y entidades gubernamentales, lo que ha dado paso a un escenario donde las experiencias auténticas parecen ser la excepción más que la norma.
Textos escritos por ChatGPT
A medida que avanzamos hacia una era dominada por la inteligencia artificial, como lo destacan distintos expertos, se observa una tendencia preocupante hacia la automatización de la producción de contenido en Internet. Este fenómeno no solo abarca textos y respuestas generadas por máquinas, sino que también incluye imágenes y videos creados por algoritmos, desplazando así la creatividad y participación humana. El aumento de contenido generado por IA como el propio ChatGPT plantea interrogantes sobre la autenticidad y la calidad de la información que consumimos diariamente en la web.
En el contexto de las redes sociales, la situación es aún más dramática. Plataformas como X (anteriormente Twitter) y otras redes muestran una interacción cada vez menor entre personas reales, siendo reemplazadas por perfiles automatizados o bots que simulan actividad humana. Este tipo de interacciones, impulsadas por la rentabilidad publicitaria más que por el intercambio genuino, genera una esfera pública digital donde la verdad y la ficción se vuelven indistinguibles. Por eso, distintos expertos advierten sobre el crecimiento descontrolado de estos fenómenos, que sin una regulación adecuada, podrían conducir a una contaminación informativa significativa.
El papel de la inteligencia artificial no se limita a la generación de contenido, sino que también se extiende a la creación de influencers y personalidades públicas virtuales. Esta nueva ola de 'celebridades' generadas por IA comienza a competir en el mercado de la influencia digital, ocupando espacios que antes pertenecían a individuos reales. Este cambio no solo afecta la percepción pública de la autenticidad, sino que también redefine las estrategias de marketing y publicidad en las plataformas digitales.
Hecho por y para humanos
Si bien es cierto que la presencia de contenido generado por IA está en aumento, aún persiste una base de creatividad y expresión humana que resiste la automatización completa. La necesidad de contenido genuinamente humano es esencial para mantener una diversidad de perspectivas y fomentar un diálogo significativo en el espacio digital. Por eso el futuro quizá esté en destacar que se ha generado algo solo con interacción humana y a su vez, tratar de consumir en mayor medida este tipo de contenidos.
