Como ya os hemos explicado en Vandal Random, los mamuts son uno de los animales extintos que mejor se han conservado a lo largo de la historia de la vida en la Tierra. Si nos paramos a pensar, tiene su lógica. Estos animales se han encontrado en áreas de Siberia, regiones en las que han permanecido congelados durante el paso del tiempo. Ahora un equipo de científicos, respaldados por una fuerte inversión de dinero, han aprovechado una nueva técnica de ingeniería genética para intentar resucitar al mamut de la extinción.
Las capacidades de la ingeniería genética
Como os podéis imaginar, extraer ADN de las muestras congeladas en el permafrost siberiano ha sido siempre un auténtico reto para los científicos, ya que el genoma se extrae con mejor facilidad desde tejidos blandos y no se conservan con tanta facilidad sin contaminarse o dañarse.
Los investigadores han tenido que recomponer la información genética del mamut de cantidades muy pequeñas y dañadas a lo largo de los años, todo tras un gran esfuerzo conjunto entre equipos y científicos de diferentes partes del mundo. Hay que tener en cuenta que material genético se degrada con el paso del tiempo, fragmentándose, y convirtiéndose en un complejo puzle que resolver, en el que hay que conocer qué pieza va o encaja en cada sitio.
Los últimos mamut se extinguieron hace algo más de 4000 años, donde los últimos ejemplares de este ser lanudo vivieron en las zonas más remotas del Círculo Polar Ártico. Ahora, gracias a la tecnología CRISPR, un método especialmente revolucionario en la biología en los últimos tiempos, se podría modificar el genoma de un ser vivo extrayendo partes del ADN para luego insertarlos en otro lugar. Sí, algo parecido a lo visto y narrado en Parque jurásico. Con esta sistema, se podría extraer parte del ADN de un mamut, una base estable de su código genético, para insertarlo en elefantes, sus predecesores modernos. El resultado, esperan los científicos, sería un híbrido entre ambas especies con las capacidades suficientes para sobrevivir en entornos como el Ártico. No sería un animal prehistórico cien por cien genuino, pero estaría muy cerca.
Entonces, ¿estamos cerca de clonar un mamut? Es complicado, pero esto es un paso de gigante de cara a la recreación genética de un animal extinto. Eso sí, a diferencia de la película de Steven Spielberg, el objetivo no es convertirlo en una atracción de parque temático. Según los investigadores de Colossal, la empresa que quiere lograr esta hazaña, se busca resucitar al mamut para repoblar áreas del planeta donde previamente vivía y ahora están abandonadas, sirviendo de boost para los ecosistemas.
Y hay más. Revivir un animal del pasado tiene implicaciones directas de cara a la conservación de las especies amenazadas o en peligro de extinción. Si tenemos la capacidad de editar o modificar el ADN de un animal gracias a la técnica CRISPR, podríamos ayudar a estos animales sobrevivir y adaptarse a las condiciones de vida de su entorno. Colossal cree que, si todo va bien, y siguen recibiendo financiación económica, conseguirán revivir a estos seres prehistóricos en menos de cinco años. Competidores no les faltan.
