Counter Strike está viviendo una segunda edad dorada. Tras la decisión de Valve de convertir el videojuego de acción en un free to play y de apoyar con mayor ahínco su vertiente competitiva, Counter Strike: Global Offensive comenzó a batir récords en Steam y volver a ser uno de los videojuegos más jugados y con mayor cobertura mediática en los eSports. Sin embargo, la polémica vuelve a azotarlo fuertemente. Tras el escándalo de Forsaken el pasado año, ahora son seis los jugadores del videojuego los que han sido arrestados en Australia por posible amaño de partidas y encuentros, beneficiándose de las casas de apuestas.
Una investigación que comenzó el pasado marzo
Según nos cuentan en Vandal Sports, la investigación sobre los amaños comenzó el pasado mes de marzo cuando las autoridades australianas recibieron un aviso de una casa de apuestas de una actividad sospechosa vinculada a un torneo de Counter Strike: Global Offensive. La policía australiana habría descubierto que los acusados habrían apostado en su propia contra en distintos partidos para, posteriormente, perderlos a propósito.
De esta forma se garantizaban buenas sumas de dinero, y modificaban el resultado de los torneos y competiciones a placer para su propio beneficio. Al parecer, habrían sido cinco los partidos amañados con un total de 20 apuestas realizadas por los seis jugadores detenidos que se enfrentan ahora a duras acusaciones relacionadas con el amaño de partidos para favorecer apuestas pudiendo enfrentarse a una condena de hasta 10 años de cárcel.
La identidad de los sospechosos no ha trascendido, así como tampoco el resto de detalles de la detención y la operación, que podría seguir en curso y afectar a más deportistas electrónicos.