Si hay un juego que están esperando los aficionados a los juegos independientes en Xbox One, y más ahora que ya ha aparecido Inside, es Cuphead (aunque Below también es un digno contendiente en esa tesitura).
El juego de los hermanos Moldenhauer (de donde sale el nombre del estudio, MDHR), sorprendió a propios y extraños cuando, en el E3 de 2014, apareció en el vídeo del programa ID@xbox que hace Microsoft para cada feria. Esos cuatro segundos de gloria fueron suficientes para cautivar a la audiencia mucho más que sus compañeros de tráiler, algunos de los cuales dispusieron de mucho más tiempo de exposición en ese espacio.
Lo siguiente que vino fue un gran estrés para los hermanos Chad y Jared, ya que ellos estaban tranquilamente desarrollando el videojuego en sus casa en su Canadá natal, y de repente sufrieron una avalancha de periodistas que querían saber más del juego, probarlo, experimentarlo y hablar de él. Tras un periodo de una pequeña crisis por tanta exposición, el juego siguió avanzando, y ya se pudo probar en la Gamescom de 2015, del que os contamos nuestras primeras impresiones hace casi un año.
Allí se dió una de esas paradojas que tan poco ocurren en este sector, dado que la opinión de muchos jugadores se pudo escuchar, y no fue del todo positiva. Por supuesto, todo el mundo habló entonces fantásticamente de su trabajado aspecto gráfico, pero el hecho que sólo fuesen encuentros contra enemigos de gran resistencia (lo que se conoce como "jefes"), hizo que mucha gente se desilusionase, lamentando la no existencia de fases donde enfrentarnos a retos menos complicados que cada uno de esos jefes, los cuales son verdaderas pruebas de gran resistencia.
Por ello, los desarrolladores de MDHR han decidido hacer caso a los jugadores, y han incluido fases de plataformas. Pero por desgracia para los que esperasen algo más sencillo, lo cierto es que la dificultad de Cuphead como juego de plataformas parece que va a seguir lo visto en las fases de peleas contra los diferentes "jefes". Así, nuestros personajes (Cuphead y Mugman) mueren de pocos golpes, hay una cantidad notable de peligros a cada segundo, y por si fuera poco el jugador se enfrenta a dos características del propio juego que lo hacen más difícil aún.
La primera es que ciertos enemigos durante estas fases vuelven a aparecer, así que no podemos respirar tranquilos una vez hayamos acabado con ellos, ya sea porque aparece un nuevo enemigo en el borde de la pantalla, y tenemos que volver a enfrentarnos a él, o ya sea porque al derrotarlo adopta una posición inofensiva que dura unos pocos segundos, tras los cuales vuelve a aparecer. La segunda es el propio aspecto gráfico del juego, que si bien es bellísimo y lleno de detalle, también nos impide, en ocasiones, apreciar con claridad los diferentes peligros que nos acechan, desde una bola de energía que va en nuestra dirección, un enemigo que el desplazamiento aún no ha revelado, o un ataque desde arriba con cierta mala intención.
Con todo, no todo son problemas para los jugadores, ya que hay un par de herramientas que los desarrolladores de Cuphead han otorgado a los que se enfrenten a sus retos para poder tener mayores posibilidades de supervivencia. Por un lado, al jugar a dobles se puede resucitar al compañero de manera parecida a la que realizan otros juegos de plataformas para varios jugadores, esto es, al morir nuestro personaje asciende a los cielos, y con él se va nuestra vida. Pero si nuestro compañero, antes de llegar a traspasar la zona que se ve en pantalla, dedica esfuerzo y tiempo en alcanzarnos, entonces volvemos a la acción, incluyendo unos breves segundos de inmortalidad para no morir justo después.
Esto, que puede parecer una chorrada, no es baladí, porque la cantidad de peligros es tan alta que podría pasar que volviésemos a morir, y por desgracia para el que nos ha devuelto a la vida es posible que a él le pase, ya que no dispone de esos valiosos segundos, y al centrarse en ayudarnos es muy probable que se haya despistado y le alcance un enemigo, trampa o disparo. No creemos que cambien esto, pero id preparándoos para sufrir el efecto anteriormente citado.
El otro es la aparición de unas tiendas que nos permiten comprar mejoras para nuestros personajes, siempre que tengamos dinero suficiente. Estas mejoras son realmente útiles, como la posibilidad de cambiar el movimiento de carga habitual a un movimiento de carga que te otorga invencibilidad mientras lo ejecutas, un disparo triple para nuestro disparo que realizamos cuando aguantamos un tiempo el botón, un café que nos recarga automáticamente con el tiempo el superdisparo, algo más de vida o un disparo teledirigido. De esa manera las cosas se ponen algo más sencillas, pero como siempre, no os fiéis de este juego, porque ni con estos añadidos el juego se torna fácil. Hay que decir que estos añadidos tienen un límite de posibilidades, de manera que no podemos poner ayuda tras ayuda, sino que podemos poner dos armas (la normal y la de carga), el especial y un extra pasivo.
Lo cierto es que siempre que probamos Cuphead nos quedamos con la sensación de "me gusta mucho lo que veo, pero es rematadamente difícil", y en este caso concreto esa sensación se la llevan de lleno las fases de plataformas, que resultan propias tal vez de juegos de antiguos ordenadores de 8 bits, como el Spectrum, en vez de los juegos en dos dimensiones que estamos acostumbrados a jugar en la actualidad. Pero si somos capaces de extrapolar este sentimiento a lo que puede pasar una vez podamos disfrutar de este juego en nuestras casas, lo cierto es que esa enorme cantidad de reto se puede ver superada con las grandes posibilidades que otorgan las nuevas habilidades, y gracias a eso vemos que se puede disfrutar muchísimo si sois jugadores que os van los grandes retos. Esperemos que así sea.
Jugamos a Cuphead en el stand de Microsoft en el E3 2016.