Inmersos en plena vorágine por la polémica de la clasificación como película X de Saw VI y su consecuente estreno anulado en nuestro país (siempre habrá quien se consuele pensando que no sólo hay estupideces inconmensurables en la industria del videojuego), probamos el videojuego que adapta la saga al entretenimiento electrónico.
Esta serie de películas, prolífica a la par que exitosa, ha tenido un tortuoso camino hasta su conversión a los videojuegos, con un camino marcado por el auge y declive de la difunta Brash Entertainmente, aunque Konami decidió rescatar el proyecto, que nos ofrecerá una visión diferente del terror al centrarse en la resolución de puzles.
Esto le diferencia desde un primer momento de otros juegos terroríficos, ya que lo primero que encontramos en la partida es un puzle. No nos vamos a engañar, es muy sencillo, se trata más de una cuestión de habilidad que de inteligencia, pero es una toma de contacto muy diferente y promete un avance del juego por su propia senda.
Este primer puzle nos ha presentado al detective Tapp, protagonista del videojuego, y policía que lleva años tras los pasos del peligroso psicópata Jigsaw. Ahora, Tapp ha caído en la trampa del asesino, y despierta con un casco en la cabeza que le abrirá la cabeza si no consigue desarmarlo antes de que termine el tiempo. Para ello, tenemos que pulsar los botones que se iluminan, y, como decíamos, ha resultado sencillo. Sin embargo, consigue trasladar tensión, al empezar directamente fuerte, y es un ejemplo perfecto de por dónde van a ir los tiros del juego.
La situación, eso sí, está extraída de las películas, como casi todo lo que vamos a ver. El juego parece estar destinado en buena medida a complacer a los seguidores de las películas, ofreciéndoles situaciones que ya se han mostrado en el cine.
El hilo conductor va a ser Tapp, quien, una vez se ha salvado a sí mismo, tendrá que buscar a muchos otros personajes que están atrapados en estas instalaciones siniestras de Jigsaw. Para eso, hay que explorar el laberinto que nos separa de ellos, sobrevivir a las situaciones, trampas y demás, y luego resolver grandes puzles.
Esta estructura se ha repetido en todos los capítulos que hemos visto, y es uno de los elementos que menos nos han convencido hasta ahora. En líneas generales, el desarrollo pasa por avanzar por las habitaciones que hay, buscando el camino a seguir, pero hay que tener mucho cuidado: hay trampas escondidas que nos matan directamente (como tirar de un cable y que una escopeta nos reviente la cabeza), y otras que son más complejas, y que incluyen pequeños puzles y elementos de exploración, en salas más grandes.
Vamos a ilustrar esto con un pequeño ejemplo que nos hemos encontrado y nos ha parecido interesante: una sala que se cierra herméticamente, y se va llenando de gas. Para poder escapar, hay que encontrar un objeto escondido en la misma habitación, y luego, con éste, ya podemos acceder al puzle que nos permite activar el mecanismo de apertura de la puerta.
Eso sí, cuidado, porque no estaremos solos. En los escenarios nos encontramos con gente que va a ir a por todas para matarnos, así que tocará defenderse, aportando el factor de acción al juego. El combate cuerpo a cuerpo no nos ha parecido muy bien planteado, pues el personaje resulta algo torpe, y a estas alturas no creemos que se vaya a mejorar -al menos, no sustancialmente- el control de cara a su lanzamiento europeo. Conseguir un revólver se ha mostrado como más interesante, pero no es un juego de disparos, y su presencia es, digamos, anecdótica.
El tercer elemento jugable es llegar hasta el rehén, una persona del pasado personal de Tapp, y ahí resolver un puzle, por lo general más complejo, algo así como el jefe final. Si lo hacemos mal, la persona muere; si fallamos en algún paso, puede resultar torturado. Tomemos un ejemplo: el clásico juego de memoria en el que hay que dar con las figuras idénticas, que están boca abajo. Eso se adapta, muy a su manera, a Saw, con elementos desagradables: cuando fallamos, un clavo de metal atraviesa el cuerpo del rehén. Tensión adicional para puzles, y el elemento morboso de fallar intencionadamente para ver qué pasa.
Una vez superado eso, pasamos a otro capítulo. La estructura, como decíamos, parece repetirse una y otra vez, así que habrá que ver si el conjunto no resulta repetitivo, y si sabe introducir elementos adicionales para refrescar la partida en los momentos en los que empiece a mostrar síntomas de agotamiento.
Visualmente, nos ha gustado que el juego logre recrear la ambientación y tensión de la saga, sobre todo con la presencia continuada de Jigsaw, con su voz y ojos (o, bueno, los de su muñeco) a través de las pantallas repartidas por los entornos sucios, tenebrosos, que componen esta aventura de puzles. Hemos detectado alguna carga demasiado lenta de texturas, y elementos del escenario que no acaban de encajar en el contexto del juego. Por ejemplo, algunos diseños desentonan mucho, pero en líneas generales parece que la ambientación va a ser uno de los puntos fuertes de este proyecto.
Listo para llegar a Europa el 19 de noviembre, Saw promete estremecernos con su impactante puesta en escena, y reclamar atención por su original apuesta por los puzles para retratar la serie de películas de terror más popular de esos últimos años.
