Pocos géneros gozan de mejor salud hoy en día entre los usuarios de PC que el de los juegos de supervivencia. En los últimos años se han lanzado una gran cantidad de propuestas de este tipo y aunque no todas han sido exitosas, las que han conseguido dar en el clavo han acabado amasando muchísimos jugadores dispuestos a hacer todo lo posible por sobrevivir e imponerse a los demás.
Si eres de los que disfrutan con este tipo de juegos, quizás hayas escuchado hablar de Soulmask, una nueva e interesante propuesta que está haciendo algo de ruido estas semanas tras el estreno de su beta abierta, la cual ha estado disponible para todo el mundo hasta el 10 de mayo. Por supuesto, en Vandal hemos aprovechado esta oportunidad para probarlo y hacernos una mejor idea de qué es lo que ofrecerá cuando se lance su versión final en un futuro, así que hoy os traemos nuestras primeras impresiones tras jugar sus primeras horas.
Supervivencia tribal
Lo primero que hay que comentar es que, a efectos prácticos, es un juego de supervivencia muy clásico en el que vamos a hacer lo mismo que en la mayoría de sus competidores. De este modo, nos crearemos un personaje con un editor sin apenas opciones e iniciaremos partida ya sea en un servidor privado que podamos configurar a nuestro gusto o en uno oficial en el que compartiremos espacio con otros jugadores.
Como siempre, al principio empezaremos prácticamente desnudos y sin nada, momento en el que tendremos que ponernos recolectar materiales, aprender recetas y fabricar herramientas y equipo que nos garanticen sobrevivir a nuestros encuentros contra las criaturas que pueblan este universo. Obviamente, también deberemos buscar comida y agua potable para nutrirnos e hidratarnos, y descansar será necesario de vez en cuando.
Gracias a los tutoriales que se han incluido, estos primeros pasos nos han parecido bastante más sencillos de lo que suele ser habitual en otros juegos, algo a lo que también ayuda que los escenarios estén plagados de recursos básicos y que la recolección sea bastante rápida, por lo que antes de que os deis cuenta ya estaréis equipados y construyendo vuestra propia base, las cuales deben construirse en torno a una hoguera. El sistema de construcción no nos ha parecido todo lo intuitivo que debería y al principio cuesta un poco hacerse a él, especialmente por el engorro que suele suponer tener que colocar cada pieza y estructura que vamos a usar en nuestra limitada barra de acceso rápido. Hasta aquí, todo es muy "estándar" y no faltan cosas típicas del género, como tener que construir hachas para talar árboles o picos para romper piedras, y, por supuesto, existe un sistema de durabilidad que hará que siempre tengamos que estar construyendo cosas.
Una vez nos sintamos lo suficientemente preparados tras subir de nivel, mejorar nuestros atributos (los puntos para mejorarlos los podemos repartir como queramos) y aprender a fabricar una buena cantidad de cosas en nuestro árbol de habilidades, llegará el momento de salir de aventuras para explorar el enorme mapa que tendremos a nuestra disposición, momento en el que Soulmask comienza a mostrar sus cartas.
Como bien indica su propio nombre, en este juego nuestro personaje porta una misteriosa máscara que no es un simple accesorio, ya que nos da poderes. Dependiendo de la que nos equipemos (al principio podemos escoger entre tres, pero es posible desbloquear más), adquiriremos unas habilidades u otras y cada una tiene su propio árbol de talentos que podremos mejorar obteniendo una serie de recursos concretos que deben ser usados en los altares que encontraremos en determinadas ruinas.
A efectos prácticos, las máscaras son el equivalente a las clases del juego, aunque existen algunos poderes comunes a todas ellas que merece la pena destacar. Probablemente uno de los que más utilizaremos será el de reclutar miembros para nuestra tribu, gracias al cual podremos hacer que cualquier personaje humano, ya sea amistoso o enemigo, se una a nuestro clan.
Como podréis suponer, a medida que aumente nuestra población, se nos irán abriendo más opciones y posibilidades, y gracias a un sistema que nos permite programar la IA de nuestros súbditos tendremos la posibilidad de programarles múltiples tareas para así poder despreocuparnos de ellas. De este modo, podremos pedirles que se dediquen a recolectar determinados tipos de recursos, que construyan cosas, que se ocupen de mantener encendida la hoguera de nuestra base para que no se quede sin combustible o que nos acompañen en nuestras aventuras. Es más, gracias a los poderes de la máscara podremos incluso poseerlos para controlarlos directamente, lo que nos da bastante versatilidad a la hora de jugar y organizarnos.
Por otra parte, debemos destacar que el sistema de combate nos ha llamado la atención, ya que está más trabajado de lo que solemos ver en otras propuestas similares. De hecho, nos ha recordado mucho a lo que cabría esperar de juegos tipo Souls, donde el fijado de enemigos, la gestión de la barra de resistencia, los bloqueos y las esquivas tienen un papel fundamental mientras buscamos los huecos en la defensa de nuestros rivales para pasar al ataque. Además, cada arma tiene sus animaciones, combos y movimientos únicos.
Eso sí, en su estado actual tenemos que decir que los enfrentamientos son extremadamente toscos y el intercambio de golpes no resulta del todo satisfactorio, algo a lo que hay que sumarle unos controles durillos y una respuesta de nuestro personaje bastante lenta a todas las órdenes que le damos, por lo que hay un enorme margen de mejora.
A nivel gráfico nos muestra un mundo bonito y detallado repleto de selvas, montañas y playas, aunque los modelados de los personajes no nos han convencido demasiado, al igual que las animaciones, los efectos climatológicos o ciertas físicas. Lo peor ahora mismo es, sin duda alguna, la enorme cantidad de bugs graves de los que adolece, algo normal si tenemos en cuenta que se trata de una beta, pero que demuestra que todavía queda muchísimo por pulir.
Del sonido no hay mucho que decir, ya que la banda sonora apenas se llega a escuchar y tiende a cortarse de forma abrupta al poco de empezar a sonar, y los temas que hemos escuchado no nos han llamado demasiado la atención. Con los efectos pasa algo parecido, ya que no son pocas las veces en las que el juego se rompe y dejamos de escucharlos, lo que suele suceder sobre todo durante los combates.
Un nuevo aspirante en el género
Soulmask parece ser otro juego de supervivencia más en un mercado abarrotado de este tipo de propuestas, pero su forma de enfocar los combates y las posibilidades que ofrecen los poderes de las máscaras podrían permitirle hacerse un hueco si consigue limar todas sus asperezas y exprimir el potencial oculto que tienen sus mecánicas propias, así que ahora solo toca esperar a ver cómo evoluciona el proyecto de cara a su versión final.
Hemos escrito estas impresiones tras descargar la beta en Steam en un ordenador con un procesador AMD Ryzen 5 3600 y una tarjeta gráfica NVIDIA GeForce RTX 3080 Ti
