Puede que Fairy Tail no sea de los mejores mangas de la historia, pero no se puede negar que las aventuras de Natsu, Lucy, Erza, Happy y compañía conectaron muy bien con su generación. A fin de cuentas, estamos hablando de una serie que consta de 63 tomos tras once años de publicación, algo de lo que muy pocos pueden presumir y a lo que debemos sumarle su correspondiente anime, spin-offs, películas y hasta una secuela.
Como shonen no se libra de muchos tópicos y males del género, pero si algo caracteriza a la obra de Hiro Mashima es su buen manejo del ritmo, sus carismáticos personajes, su peculiar sentido del humor y sus espectaculares combates. Todo esto hizo de ella una serie muy amena, ligera, entretenida y divertida que, curiosamente, nunca se ha prodigado demasiado en videojuegos y menos en Occidente.
En 2020, Koei Tecmo y Gust nos sorprendieron a todos con el inesperado lanzamiento de Fairy Tail, un juego de rol con combates por turnos que cubría varios de los arcos argumentales de la serie hasta la saga de Tartaros, pero que, por desgracia, no terminó de convencer del todo. Muchos de sus problemas se debieron a su falta de presupuesto, lo que se acababa traduciendo en una presentación muy pobre que distaba de captar el espectáculo del manga, unos escenarios tremendamente fragmentados, ciudades carentes de vida y una historia contada con prisas y que omitía eventos y batallas importantes. Además, su sistema de combates por turnos, sin estar mal, no conseguía despuntar y no podemos olvidarnos de que el título dejaba sin cubrir la recta final de la serie.
Por suerte, este alocado gremio de magos no ha tirado la toalla y regresará el próximo mes de diciembre con una secuela directa de aquella aventura rolera. En Vandal ya hemos podido jugar sus primeras horas y aunque todavía es pronto para emitir un veredicto, sí que podemos adelantaros ya que esta vez estamos ante un proyecto más ambicioso que capta con mucho más tino el espíritu de esta obra tan querida.
Una secuela con grandes cambios
Como podréis suponer, este nuevo juego retoma la historia de la serie justo donde la dejó su predecesor, por lo que podremos revivir al completo la saga del Imperio Álvarez, el último arco argumental del manga. Además, se ha añadido una trama completamente original a modo de epílogo, aunque esta, obviamente, no la hemos podido jugar todavía.
Por lo que hemos podido ver, esta vez se ha hecho un esfuerzo mayor en mejorar la presentación y aunque seguimos teniendo escenas un tanto estáticas y simples, nos hemos encontrado con unos personajes más expresivos y con un mayor número de vídeos que recrean con acierto algunos de los momentos más intensos de la serie, como los choques contra los Spriggan 12 o el primer encuentro de Natsu con Zeref.
Sin embargo, los cambios y mejoras más notables los tenemos precisamente en su jugabilidad. Sí, seguimos estando ante un juego de rol clásico, aunque esta secuela cambia por completo sus combates y abandona los turnos tradicionales en favor de un sistema híbrido que creemos que capta mucho mejor el dinamismo y espectáculo de las peleas de esta obra.
De este modo, ahora las luchas se desarrollan en tiempo real, con los enemigos y nuestros aliados lanzando sus ataques y técnicas cuando su barra de tiempo les permite actuar al más puro estilo BTC de los Final Fantasy clásicos. A pesar de que solo nos permiten controlar a un personaje a la vez, podemos alternar el control entre cualquiera de nuestros héroes siempre que queramos, lo que incluye también a los que tengamos en la reserva, así que si necesitamos que alguien haga algo concreto, nos bastará con pasar a controlarlo y darle las órdenes que queramos.
A diferencia de otros títulos similares, aquí no hay un menú de comandos para seleccionar nuestros ataques y hechizos. En vez de eso, cuando nos toque actuar podemos realizar un combo de tres golpes básicos presionando el botón de ataque varias veces. Hacer esto nos servirá para generar unos puntos de energía que necesitaremos para desatar las técnicas más potentes de nuestros combatientes, las cuales podemos enlazar justo después del combo básico para crear potentes cadenas de ataques con diferentes propiedades.
Para hacer las cosas más interesantes, si dentro de un mismo turno repetimos una misma técnica especial, su coste aumentará, pero también lo hará su daño y eficacia, lo que nos invita a buscar la mejor forma de planificarnos para optimizar nuestro rendimiento en el campo de batalla. Esto, de entrada, implica que tengamos que tomar pequeñas decisiones, como aguantar un par de turnos realizando únicamente ataques básicos para así acumular la energía suficiente que nos permita desatar nuestros hechizos más devastadores o crear un combo muy dañino que escale varias veces.
Sobre esta base tan aparentemente simple que en un principio puede llevarnos a pensar que estamos ante un simple machacabotones, Gust construye unos enfrentamientos que no dejan de sumar pequeñas mecánicas hasta hacer de ellos algo muy ameno, dinámico y divertido. Por ejemplo, los enemigos tienen una barra de postura y existen movimientos que están centrados en reducirla en vez de en restar salud.
Si la destruimos, podremos hacer un ataque combinado o de apoyo entre nuestros personajes y, dependiendo de a quién escojamos, obtendremos unos beneficios u otros. Además, el rival quedará aturdido durante un rato y recibirá más daño de lo habitual. Por si no fuese suficiente, a medida que nuestros magos vayan colaborando entre ellos irá subiendo nuestro rango durante la batalla, lo que aumentará el máximo de nuestro medidor de energía para que podamos acceder a hechizos cada vez más poderosos a medida que se desarrolla un enfrentamiento.
Por si no fuese suficiente, los movimientos más potentes de los enemigos pueden ser interrumpidos si hacemos el suficiente daño con el tipo de ataque que nos especifiquen (cortante, mágico, contundente…), los elementos tienen un papel importantísimo durante los enfrentamientos hasta el punto de permitirnos contrarrestar ciertas mecánicas de los jefes si usamos el adecuado y existe una defensa activa para que podamos bloquear y reducir daño si la utilizamos cuando veamos que vamos a recibir un impacto.
Todo esto hace que no nos podamos acomodar utilizando solo unos pocos personajes, ya que vamos a tener que adaptar nuestras tácticas constantemente dependiendo de los rivales a los que nos enfrentemos, obligándonos, de paso, a cambiar nuestra formación todo el rato durante las peleas para sacarle provecho a las características y propiedades únicas de cada héroe. Por ejemplo, Wendy no tiene mucho aguante, pero sus magias curativas y de apoyo son muy potentes, por lo que una buena estrategia suele ser sacarla de la reserva cuando necesitemos curar a alguien y volver a cambiarla por otro personaje que pueda hacer más daño cuando haya sanado a quienes lo estaban pasando mal. Y si consideramos que solemos tener un grupo bastante nutrido de personajes, las posibilidades estratégicas que tenemos a nuestra disposición acaban resultando mucho más numerosas de lo que podría parecer.
Sumadle a todo esto que os hemos contado que los miembros de nuestro grupo pueden activar un modo especial en el que tienen acceso a técnicas únicas durante unos turnos, que a veces puede aparecer un personaje de apoyo no controlable a ayudarnos si se dan ciertas condiciones y que hay un indicador adicional que nos permite invocar a otros héroes para que hagan potentes magias de efectos muy diversos, y entenderéis rápidamente la cantidad de cosas a las que tenemos que prestar atención durante los enfrentamientos si queremos hacernos con la victoria.
Considerando que todo esto se desarrolla en tiempo real (hay algunas pausas tácticas al realizar ciertas maniobras, como cuando seleccionamos el ítem que queremos usar) y que tenemos que ir adaptando nuestras tácticas al vuelo según lo que vaya sucediendo durante los enfrentamientos, os podemos asegurar que no os va a sobrar tiempo para aburriros mientras en pantalla se desata un auténtico festival de golpes, magias, efectos y ataques combinados que plasman genial el espectáculo del anime.
Admitimos que durante los primeros compases no nos estaba convenciendo mucho el cambio en el sistema de combate, pero no tardamos en cambiar de opinión en cuanto nos fueron mostrando todas sus posibilidades y los enemigos se fueron endureciendo para obligarnos a sacarle partido a todas nuestras herramientas, por lo que tenemos muchas ganas de ver si es capaz de aguantar el tipo durante la totalidad de la aventura sin estancarse ni llegar a aburrir tras varias horas.
Cambiando un poco de tercio, el otro gran cambio de esta secuela lo tenemos en su mapa, el cual abandona ese mundo fragmentado y lleno de pequeñas pantallas de carga que dividían sus diminutas zonas en favor de uno grande y completamente interconectado y sin transiciones de ningún tipo que nos permite incluso entrar y salir de las ciudades sin necesidad de pasar por una carga.
Como podréis suponer, esto hace mucho bien a la exploración, la cual es mucho más interesante e inmersiva. Además, nos gusta que su diseño no sea exactamente el de un mundo abierto, sino el de una gigantesca mazmorra, con montones de caminos y parajes diferentes esperando a ser explorados. Eso sí, no os penséis que vais a poder ir a cualquier sitio desde el principio, ya que hay bastantes rutas bloqueadas a las que no vamos a poder acceder hasta que consigamos la habilidad correspondiente, por lo que también tiene su punto de backtracking.
Aunque este cambio es indudablemente positivo, lo que no nos ha convencido tanto es que, al menos durante las primeras horas, no hay mucho para hacer en el mapa más allá de encontrar cofres y copias de Plue, recolectar materiales, pegarnos con monstruos y aceptar unas misiones secundarias que no pasan de ser anodinos recados sin casi nada de historia. Además, por motivos argumentales, el mundo está completamente vacío y las ciudades son un páramo.
A nivel técnico también se aprecia una mejora con personajes más detallados y expresivos, una puesta en escena muy resultona para los combates y las técnicas especiales y un mundo algo más bonito. Todo ello manteniendo la estética cel shading del primero, claro. Ahora bien, esto sigue siendo un proyecto un tanto modesto en lo que a valores de producción se refiere con unas texturas muy pobres, secuencias que abusan mucho de una presentación similar al de una novela visual y enemigos y NPC con modelados muy poco variados (de hecho, el bestiario nos está resultando escaso). Además, detalles como ver el gremio de Fairy Tail, que en el manga y en el anime siempre está atestado de personajes, con apenas una docena de sus integrantes, transmite una sensación de vacío que rompe por completo la inmersión.
La música, por su parte, intenta emular el estilo cañero y animado de la banda sonora del anime sin llegar a su nivel, los efectos se limitan a cumplir y el doblaje nos llega únicamente en japonés con los actores habituales de la serie. Desgraciadamente, los textos se mantienen únicamente en inglés.
Revive el final de Fairy Tail a partir del 12 de diciembre
Todavía nos queda mucho por jugar para poder emitir nuestro veredicto final, pero estas primeras horas con esta secuela nos han dejado un buen sabor de boca. No parece que vaya a ser uno de los grandes juegos de rol de un año que nos ha dejado infinidad de joyas del género, aunque sí que apunta a ser un título muy digno, competente y disfrutable por cualquier amante de la obra de Hiro Mashima. El nuevo sistema de combate nos ha gustado mucho, la nueva estructura de su mundo supone un avance enorme respecto al juego anterior y el arco argumental que abarca promete dejarnos una buena cantidad de momentazos.
Por supuesto, queda por ver qué tal está la nueva historia que se ha escrito a modo de epílogo, si las batallas mantienen su diversión intacta con el paso de las horas, si su mundo ofrece actividades más interesantes en las que invertir nuestro tiempo y si el bestiario acaba siendo lo suficientemente variado, entre otras dudas que todavía tenemos, pero ahora mismo nos hemos quedado con ganas de seguir jugando, lo que siempre es una buena señal.
Hemos escrito estas impresiones gracias a una versión todavía en desarrollo para PC que nos ha ofrecido Koei Tecmo.
