Anunciado en el pasado E3 durante la conferencia de Sony, Resident Evil 7 ha jugado al despiste desde su presentación, y la demo que lanzaron para los usuarios de PS4 no aclaró ninguna duda, más bien creó cierto desconcierto. Por su planteamiento fueron inevitables las comparaciones con P.T., el famoso juego/teaser de Konami con el que anunció el cancelado Silent Hills. Y la demo que probamos durante la gamescom el pasado mes de agosto, nos dejó todavía más desconcertados, porque el juego se parecía a Outlast, al tener que estar escondiéndonos de un enemigo, sin ningún arma para defendernos.
Por fin hemos jugado a Resident Evil 7 en profundidad, aproximadamente unas 3 horas, y nos ha encantado lo que propone, al devolver a la serie a sus orígenes, pero a la vez dándole una vuelta de tuerca para que se sienta como algo nuevo. Sabemos que esta promesa ya se había hecho antes, primero con que las partes Leon en Resident Evil 6 iban a ser de terror, después con la intención de que la saga Resident Evil Revelations fuera una mezcla entre acción y survival horror.
Pero esta vez es verdad, Resident Evil 7 es una aventura de terror, un survival horror, con puzles, exploración, sustos, una historia elaborada, un inventario de espacio muy limitado, la obligación de gestionar bien los recursos, y algunos combates muy tensos, que tenemos que elegir bien, ya que contamos con muy poca munición. Básicamente es lo que proponían las dos primeras entregas de la saga, pero ahora desde una perspectiva en primera persona, y con una ambientación diferente, más realista que nunca.
Entre que no nos dejan contar casi ningún detalle del argumento, y que nos queremos estropearos sorpresas, no os vamos a contar demasiado de la historia. Solo os vamos a decir que la aventura se ambienta en el Sur de los Estados Unidos, en Luisiana, y que estamos atrapados en el hogar de una familia de psicópatas, del que debemos escapar, mientras descubrimos una serie de oscuros secretos y misterios. ¿Está conectado con el resto de la saga? Sí, pero eso es algo tendréis que descubrir vosotros.
Lo primero que impacta al comenzar a jugar a Resident Evil 7 son sus gráficos. Con el motor que han denominado RE Engine, han conseguido un gran realismo, con unos escenarios repletos de detalles y una gran iluminación, con unas texturas fotorealistas, que te meten de lleno en la terrorífica ambientación, y además moviéndose a 60fps (jugamos en una PS4 normal). Pero pasado este impacto inicial, lo que sorprende de verdad en este Resident Evil 7 es su propuesta jugable, que Capcom había estado escondiendo hasta ahora.
Estamos ante un survival horror de pura cepa, sin demasiadas concesiones, en el que tenemos que averiguar cómo seguir avanzando por la mansión, sin que nos den ninguna pista importante. Por ejemplo, para escapar de la primera zona sabemos que tenemos que conseguir tres llaves, pero no nos dicen dónde están, y nos toca ponernos a explorar la casa, a resolver puzles y recoger objetos, que tenemos que averiguar dónde podemos usarlos. Además estos primeros objetivos podemos cumplirlos en el orden que queramos, y esta libertad para explorar la casa desde el principio se agradece un montón.
Aunque comenzamos la aventura indefensos y tenemos que huir de los enemigos, a los pocos minutos conseguimos una navaja, que nos sirve para defendernos un poco y romper cajas de madera que esconden recursos, además de para resolver algún puzle. Después obtenemos nuestra primera arma de verdad, una pistola, y pronto comprobaremos que tenemos que pensar bien cuándo utilizarla, porque la munición escasea, y el inventario se llena rápidamente, no podemos llevar muchas cosas con nosotros. Hay que elegir bien cuándo combatimos, y cuándo es mejor huir y salir corriendo. Vamos, como en los Resident Evil clásicos.
Por suerte hay unas salas donde podemos salvar partida, con unos baúles donde podemos guardar objetos, y estos están conectados entre sí: lo que guardamos en un baúl, lo podremos recoger en otro de una localización diferente. Aunque hay que guardar partida en unas grabadoras, lo que recuerda a las clásicas máquinas de escribir, hay que dejar claro que el juego establece puntos de control, sobre todo en situaciones especiales, como jefes finales, por lo que si nos matan volveremos a comenzar desde esta posición, no desde el último guardado. Estamos casi seguros que cuando nos pasemos el juego, desbloquearemos un modo hardcore, sin puntos de control, y no nos extrañaría, con guardados limitados.
Los puzles en el comienzo de la aventura no son demasiado complicados, y se basan más bien en coger objetos clave y usarlos en el lugar adecuado del escenario, por lo que hay que prestar atención a nuestro entorno, y no pasar ningún detalle por alto. Si te quedas atascado, el juego no te va a sacar del atolladero, y esto lo pudimos comprobar en el evento, en el que algunos periodistas tuvieron dificultades para continuar.
Hay muchos documentos por los escenarios que nos cuentan más detalles de la historia (no son pesados y se leen rápido, un acierto), y también hay objetos que no podemos llevar con nosotros, pero que sí debemos observar con atención. Esto es importante, ya que podemos girarlos en 360 grados, y a veces encontramos pistas en ellos, o mecanismos que los abren y que nos dan acceso a otros objetos.
Entre lo que podemos llevar con nosotros, además de munición, algún arma y los objetos para resolver los puzles, está la pólvora para crear balas, las hierbas verdes para curarnos, y hay otros elementos que, en combinación con estos, nos permiten crear nuevos objetos. Como novedad están unas pastillas que agudizan los sentidos, y que nos pueden dar diferentes ventajas, como mostrarnos los objetos que podemos recoger en los alrededores, durante un periodo de tiempo limitado.
Sobre las conexiones y guiños con anteriores entregas de la serie, no podemos hablar de ello de manera explícita, pero sí os podemos decir que están ahí de diferentes formas, tanto en las mecánicas como en la narrativa, y un ejemplo de ello lo tenemos en un puzle que tenemos que resolver para obtener la escopeta.
Todo recuerda a los primeros Resident, y lo que más es la estructura de la aventura, en la que tenemos que ir explorando el escenario poco a poco, conseguir llaves, volver sobre nuestros pasos para acceder a nuevas localizaciones, y todo salpicado de sustos y situaciones inesperadas, que muchas veces te pillan con la guardia baja, por mucho que juegues con los sentidos en alerta. Damos fe de la capacidad del juego para dar algún que otro susto y sobresalto, como pudimos comprobar con los gritos de algunos periodistas.
Aunque muchos se han atrevido a decir que esto no es un Resident Evil porque no hay zombis, lo que es cierto, ya desde la primera entrega nos enfrentamos a otras criaturas que no lo eran, y creemos que la base de la saga es algo más que enfrentarnos o no a zombis clásicos. Aquí tenemos, además de la familia de chalados que nos persiguen, otro tipo de criaturas bastante inquietantes, como los Holomorfos, unos enemigos viscosos a los que debemos disparar a la cabeza. No serán los únicos monstruos claro, y habrá muchas sorpresas.
El juego no solo se limita a traer de vuelta la fórmula original pero ahora desde una perspectiva en primera persona, y trae consigo sus propias ideas. Esa demo de la gamescom, en la que os contamos que el juego se parecía a Outlast, al no tener armas y estar obligados a escondernos, tenía una explicación. Como en la demo disponible en PS4, a lo largo del juego conseguiremos cintas VHS que nos cuentan historias paralelas jugables. Esta es una gran idea, ya que a través de estas cintas nos pueden ofrecer situaciones diferentes, con planteamientos jugables distintos, sin romper la estructura base de la aventura, y además es una herramienta narrativa muy jugosa, para contar hechos del pasado sin recurrir a flashbacks.
El otro gran cambio respecto a los primeros Resident Evil es su ambientación, más realista que nunca, pero a la vez más macabra y gore, recordando por momentos a un slasher o incluso al cine de terror de serie B, que es así como empezó la saga, y no como las últimas entregas, más parecidas al espectáculo descerebrado de algunas películas de acción de Hollywood.
Esto viene además de por la localización en el Sur de los Estados Unidos, que recuerda a films de terror como La matanza de Texas, por los antagonistas de la aventura, los Baker, una familia de chiflados psicópatas que nos lo van a hacer pasar muy mal. Para que entendáis su rol en el juego, además de que la historia gira entorno a ellos, es como si nos enfrentáramos a tres o cuatro Nemesis de Resident Evil 3.
Nunca sabemos por dónde van a parecer, nos dan grandes sustos, y toca correr y huir cuando nos persiguen, porque parece que las balas no les hacen nada. Protagonizan los momentos más tensos y espectaculares del juego, y son un buen contraste con la exploración, los puzles y el terror más pausado que ofrece el resto de la aventura.
Por último, comentar que el juego cuenta con un buen doblaje al castellano, lo que ayuda mucho a meterse en la aventura y así no estar pendiente de leer subtítulos, aunque como siempre las voces en inglés son muchos mejores, y se pueden elegir sin problemas en las opciones. El sonido en general es muy bueno, como debe ser en un juego de terror, y la música es testimonial, ya que quieren dar todo el protagonismo a los efectos: ruidos de pisadas, gemidos extraños, el crujir de la madera, y en definitiva quieren que estemos atentos a todo lo que suena a nuestro alrededor, para mantenernos en tensión.
Resident Evil por fin vuelve al survival horror
Nos ha encantado Resident Evil 7, no podemos ocultar nuestro entusiasmo, porque es el regreso a los orígenes que venían pidiendo los fans desde hace años. Y lo han hecho de la mejor manera posible, respetando los elementos clave con los que nació la saga, pero a la vez presentando un nuevo enfoque y ambientación, que hacen que estemos ante algo que se siente nuevo. Quedan dudas por desvelar, principalmente en lo relativas a la dificultad, porque nos cuesta creer que vaya a ofrecer un juego realmente duro, que a la vez quiere llegar a un gran público. No sabemos si habrá puzles realmente complicados cuando avancemos un poco más, o si nos seguirán escatimando recursos y nos lo harán pasar mal, pero son unas incógnitas que no resolveremos hasta que no tengamos acceso al juego completo.
Pero por lo demás, Resident Evil 7 tiene una pinta estupenda, y lo mejor es que está a la vuelta de la esquina, porque se pondrá a la venta el 24 de enero en PS4, Xbox One y PC.
Hemos escrito estas impresiones tras probar el juego en su versión de PS4 en las oficinas de Koch Media en Madrid.